En 1940 se derribó el Palacio de los Pérez de Nueros. Su magnitud, su esplendorosa fachada y tesoros artísticos que escondía en su interior no fueron suficientes para salvarse de su trágico final.
Sobre este solar se edificó, según proyecto de 1941 del arquitecto Teodoro Ríos Balaguer, la sede del que se llamó Banco Aragonés de Crédito, inaugurado el 2 de octubre de 1945.
Aunque se trataba de una entidad de carácter local, sin demasiado peso en el contexto financiero nacional, quiso dotarse de unas instalaciones comparables a las de otras entidades bancarias.
En 1951 el Banco de Santander compraba la finca instalando allí su sucursal, reformándose el edificio en 1953 con proyecto de Regino Borobio. Estas obras se desarrollaron en planta baja, con un carácter interior fundamentalmente.
Está construido con fachada a dos calles y chaflán curvo, con ladrillo visto y revocado, y aplacado de piedra; consta de sótano y cinco plantas y la baja y entreplanta están dispuestas a modo de basamento del edificio , con despiece de hiladas.
Tienen las fachadas un tratamiento compositivo diferenciado en el chaflán y la principal a Coso de carácter simétrico, con un predominio del lenguaje academicista característico de este tipo de edificios correspondientes a entidades bancarias: balaustradas, hornacinas con jarrones, frontones partidos y alguna referencia puntual a la arquitectura local (planta ático), pilastras, etc., y un coronamiento en el chaflán con el escudo de España, se configuran como elementos significativos de la fachada principal.
El edificio es una muestra del eclecticismo de lenguaje marcadamente clasicista que se da en edificios destinados a sedes de entidades de esta índole, desde la década de los años veinte.
En la actualidad, el edificio ha sido recientemente rehabilitado para recuperar su uso y configuración espacial original.
Dirección: Coso nº59, justo al lado del Teatro Principal