La Catedral de San Salvador o La Seo
La Catedral de San Salvador o La Seo

La Catedral de San Salvador o La Seo

La Seo de San Salvador es uno de los monumentos más importantes de Aragón por ser ejemplo de la fusión de estilos artísticos y la primera catedral cristiana de Zaragoza.

Su singularidad reside no solo en la calidad de sus elementos arquitectónicos y decorativos, realizados por los mejores artistas medievales, renacentistas y barrocos, sino también por ser reflejo de la historia y el arte de Aragón desde la Edad Media.

Ha sido sede de sínodos, concilios y las más relevantes ceremonias relacionadas con la Corona de Aragón. De hecho, la catedral zaragozana era el lugar en el que se celebraba la coronación de los nuevos Reyes de Aragón.

El foro de Caesaraugusta se ubicaba al sur del Ebro, junto al puente y el puerto fluvial. Estaba presidido por el templo del foro, el principal de la ciudad.

Maqueta del Foro de Caesaraugusta
El Foro de Caesaraugusta con el templo principal de la ciudad en el centro (Foto: Tramullas bajo licencia CC BY-SA 4.0)

El templo estaba dedicado a la Pietas Augusta -Piedad de Augusto- y era un templo hexástilo –de seis columnas en el frente- con columnas de orden corintio, con tres gradas de acceso al podium, con las bases áticas y un frontón sencillo.

Interior de la Seo en 1992. Cimientos del templo del Foro Romano Revista Empúries
Interior de La Seo en 1992. Cimientos del templo del Foro Romano (Foto: Revista Empúries)

Una vez implantado el cristianismo en la ciudad, este templo se transformó en la catedral de San Vicente.

Un ejército musulmán atravesó el Estrecho de Gibraltar el año 711 al mando de Tariq ibn Ziyad y, tras vencer al rey Rodrigo en la batalla de Guadalete, conquistó la capital de su reino, Toledo. Al año siguiente el gobernador del Magreb, Musa ibn Nusayr, cruzó también a la Península Ibérica y avanzó hacia Toledo para reunirse con su lugarteniente.

En su camino conquistó algunas plazas, entre ellas, Mérida. Ya en el 713 y desde Toledo, se dirigieron a la conquista del valle del Ebro. Zaragoza, y con ella otras ciudades de la zona, debió caer en la primavera del 714. Comenzaba así la etapa musulmana de la cuenca del Ebro, que habría de durar cuatro siglos.

La conquista se produjo de forma rápida y con escasa resistencia. Sabemos que Huesca se resistió, pero la mayoría de los lugares se rindieron por pacto.

Los gobernantes musulmanes de Zaragoza ordenaron demoler la catedral de San Vicente, principal templo de la ciudad hispano-visigoda para permitir la erección de una mezquita, como símbolo del nuevo poder en contraposición del viejo régimen cristiano expulsado del gobierno.

persona caminando por el lienzo mudejar de la seo de zaragoza

Las fuentes árabes que hablan de la mezquita mayor de Zaragoza, destacan de ella su mihrab, debido a que se creía que su constructor fue Hanash as-San’ání, venerado personaje que había conocido al profeta Mahoma, y que enterrado en el cementerio de báb al-Qibla (junto a la actual iglesia de la Magdalena), era objeto de devoción en todo Al-Andalus.

La tradición cuenta que la mezquita de Zaragoza era la mas antigua de Al-Andalus, mandada construir por el citado Hanash as-San’ání. Contaba con un patio de abluciones porticado, sala de oración de 9 naves, mihrab orientado hacia la Meca y el acceso coincide con la portada actual.

El Muro Mudéjar de la Parroquieta de La Seo
El muro Mudéjar de la Parroquieta de La Seo

La Seo fue levantada en estilo románico sobre la mezquita mayor de Zaragoza, tras la conquista de la ciudad por Alfonso I el Batallador en 1118 y se consagró con la advocación de San Salvador en 1121.

El inicio de las obras de la Seo coincidió con el derribo de la mezquita en 1140, durante el obispado de Bernardo Jiménez y se prolongaron hasta finales del siglo XIII.

Hay un dato importante que es el traslado del cráneo de San Valero en 1170 desde Roda de Isábena a La Seo a instancias de Alfonso II, lo cual impulsó las obras del gran templo románico.

Cimborrio y torre de La Seo desde la Plaza de San Bruno
Cimborrio y torre de La Seo desde la Plaza de San Bruno

Durante el mandato del obispo Pedro López de Luna, la diócesis de Zaragoza se independizó de la provincia Tarraconense al ser erigida sede arzobispal por el Papa Juan XXII en 1318. En este momento recibieron un impulso las obras de trasformación de la iglesia románica en la actual catedral gótica.

Cuando este obispo se convirtió en el Papa Benedicto XIII, más conocido con el apelativo de «Papa Luna», se modificó la catedral. Los tres ábsides románicos se elevaron en altura, pasando de planta semicircular a planta poligonal, dotando al ábside central de dos gruesas torres-contrafuerte, lo que permitió la construcción de un nuevo cimborrio sustituyendo al anterior.

Interior de la La Catedral de San Salvador o La Seo

El cimborrio, iniciado en 1346 se terminó con la participación de los maestros Juan de Barbastro y Domingo Serrano. En 1409 Mahoma Rami decoró el mismo, que al exterior adoptó la forma de tiara pontificia. También se realizó en esta ampliación la fachada exterior mudéjar de la capilla de San Miguel (conocida popularmente con el nombre de parroquieta).

Muro de la parroquieta de La Seo

El muro de la parroquieta, visible desde el exterior, destaca por una exquisita decoración geométrica que queda violentada por la existencia de cuatro ventanas góticas. El cerramiento exterior está resuelto según la técnica oriental de ocultar elementos estructurales, justo lo contrario de la arquitectura gótica, que los resaltaba. Está considerado una de las obras cumbre del mudéjar.

Cúpula de la seo en zaragoza

En el muro exterior y la cúpula de la parroquieta aún asoman los cerramientos de la mezquita que se han conservado hasta nuestros días.

El retablo mayor de La Seo, obra de Pere Johan
El retablo mayor de La Seo, obra de Pere Johan

La reforma afectó también al interior incluyendose importantes bienes muebles, como el Retablo Mayor, encargo de Don Dalmau de Mur, una obra en madera de Pere Johan, labrado en alabastro y policromado desde 1434 a 1480 por varios artistas, destacando Hans Piet D’Anso. Es considerado uno de los mejores retablos del gótico europeo.

En el siglo XVI la catedral fue ampliada de nuevo gracias a la intervención del arzobispo Don Alonso II de Aragón, hijo natural de Fernando el Católico. Se transformó la planta, que pasó de tres a cinco naves y las cubiertas por bóvedas de crucería estrellada sustentadas por esbeltos pilares, formando una planta de tipo salón.

Interior de La Seo. A la derecha, en madera oscura y alabastro, la Capilla de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael o Capilla de Zaporta. A la izquierda, trascoro y capilla y templete barroco del Santo Cristo.
Interior de La Seo. A la derecha, en madera oscura y alabastro, la Capilla de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael o Capilla de Zaporta. A la izquierda, trascoro y capilla y templete barroco del Santo Cristo

El cimborrio también fue reconstruido entre 1505 y 1520. Amenazaba ruina desde el siglo anterior por lo que se sustituyó por la actual construcción, obra de Juan Botero.

En él se conjugan los estilos del mudéjar y el gótico junto al ornato renacentista. El pase de la planta rectangular a la octogonal se resuelve por medio de trompas, y a partir del octógono se voltean cuatro parejas de nervios, paralelas dos a dos, que se cruzan dejando en el centro un nuevo espacio octogonal y formando una estrella de ocho puntas.

cimborrio de la catedral de la seo
Cimborrio de La Seo

El hijo de Don Alonso, Don Hernando de Aragón, también arzobispo, encargó a Charles de Mendíbe ampliar la planta dos tramos desde los pies y añadir cuatro capillas entre las que destaca la magnífica Capilla funeraria de San Bernardo.

En el centro del santuario podemos ver un Coro compuesto por, ni más ni menos, que 117 sillas realizadas en madera de Navarra. Esta sobria sillería está protegida por una verja, de bronce dorado, decorada con tallas de madera, también dorada, que representan la imagen de El Salvador, San Pedro y San Pablo.

Otro de los tesoros que podemos encontrar entre las paredes de La Seo es la Capilla de San Bernardo de Claraval. Esta obra cumbre del renacimiento aragonés alberga los sepulcros del gran mecenas Don Hernando de Aragón y su madre Doña Juana de Gurrea.

Su sepulcro, realizado por Gil Morlanes, se encuentra en la capilla de San Pedro Arbués de La Seo de Zaragoza

Por su parte, la sacristía de la Virgen esconde un valiosísimo joyero con preciosas piezas entre las que se encuentran los relicarios de San Valero, patrón de Zaragoza, San Vicente y San Lorenzo.

Pedro de Arbués (Épila, 1441 – Zaragoza, 1485) fue el primer Inquisidor del Tribunal del Santo Oficio en Aragón, creado por los Reyes Católicos. La Inquisición fue recibida en el Reino de Aragón con oposición, no sólo por parte de los judíos conversos, que era a quienes más perjudicaba, sino también por otros sectores de la población aragonesa, que veían en él un peligro para sus libertades.

La noche del del 14 al 15 de septiembre de 1485, mientras rezaba arrodillado ante el altar mayor de la Seo de Zaragoza, fue acuchillado por ocho asesinos, que lograron escapar. La cota de malla que llevaba debajo del hábito no le salvó porque los homicidas, que lo sabían, le apuñalaron en el cuello, seccionándole la vena orgánica. Falleció dos días después, como consecuencia de las heridas infligidas.

El martirio de San Pedro de Arbués (1664), por Murillo (Museo del Hermitage, San Petersburgo).
El martirio de San Pedro de Arbués (1664), por Murillo (Museo del Hermitage, San Petersburgo)

Tras la muerte del Inquisidor General y canónigo de la Catedral de la Seo, Pedro Arbués, el pueblo, hasta entonces hostil a la Inquisición, se echó a la calle la madrugada del atentado con proclamas en contra de los conversos. Había riesgo de que saquearan la judería y la morería zaragozana, pero el Arzobispo y Virrey Don Alonso de Aragón -ayudado por los nobles López Ximenez, Felipe de Castro, Blasco de Alagón y el Gobernador- salió por las calles a caballo para apaciguar a la turba. Días más tarde, se realizaron los funerales en la Catedral con toda la solemnidad.

Si los conversos creían que la muerte del Inquisidor enfrentaría al pueblo con la Inquisición, se equivocaron. Los alborotos y la agitación social se volvieron contra ellos, pues sólo pensaban en vengar la muerte de Arbués y, de paso, restar poder e influencia socio-política a este poderoso grupo económico aragonés.

A partir de entonces, los conversos zaragozanos no hicieron mas que otorgar, al Tribunal de la Inquisición, el papel de víctima que necesitaba para triunfar en Zaragoza. Las autoridades, por supuesto, supieron sacar tajada de la oportunidad aprovechando el sentimiento de hostilidad hacia los conversos surgido a raíz del atentado, además trataron por todos los medios hacer de Arbués un mártir y convencer al pueblo de la santidad de quién había sido víctima de los perseguidores del Santo Oficio.

Durante los meses siguientes, el Santo Oficio se encargó de castigar a los responsables. Con celeridad fue deteniendo, encarcelando y condenando a los principales cabecillas que aun permanecían en la ciudad.

Aunque muchos de ellos pudieron saber por qué morían, fueron docenas de conversos aragoneses los perseguidos y juzgados para vengar una muerte manipulada desde el principio.

Las represalias se prolongaron hasta 1492 y los miembros de las principales familias conversas aragonesas, acusados de estar implicados en la conspiración, fueron detenidos y condenados a muerte por la Inquisición, destruyendo de modo efectivo la influencia de los cristianos nuevos en la administración aragonesa.

Arbués fue beatificado por el Papa Alejandro VII el 17 de abril de 1662, y canonizado por Pío IX el 29 de junio de 1867. Su sepulcro, realizado por Gil Morlanes, se encuentra en la capilla de San Pedro Arbués de La Seo de Zaragoza.

Sepulcro de San Pedro Arbués de La Seo de Zaragoza realizado por Gil Morlanes
Sepulcro de San Pedro Arbués de La Seo de Zaragoza realizado por Gil Morlanes

En el Barroco se procedió a la inserción de nuevos elementos decorativos en el interior y la construcción de la torre campanario, bajo el mandato del arzobispo Antonio Ibáñez de la Riva. La torre de La Seo es un diseño del italiano Juan Bautista Contini, discípulo de Bernini. 

Esta torre barroca envuelve y oculta el antiguo alminar de la mezquita, de planta octogonal.

La torre-campanario de La Catedral de San Salvador o La Seo fue proyectada en estilo barroco romano en 1683 por el arquitecto Giovanni Battista Contini para sustituir a la antigua torre mudéjar
La torre-campanario de La Catedral de San Salvador o La Seo fue proyectada en estilo barroco romano en 1683 por el arquitecto Giovanni Battista Contini para sustituir a la antigua torre mudéjar

Aunque se inició en 1681, el grueso de la fábrica se construyó entre 1686 y 1704, bajo la dirección de los maestros aragoneses Pedro Cuyeu, Gaspar Serrano y Jaime Borbón. Es una torre doble, la misma estructura de los alminares mudéjares.

La decoración se completó entre 1786 y 1789, colocando las estatuas alegóricas del día, la noche y la muerte, alrededor de un reloj y la representación de las Virtudes en el tercer piso, obra de Joaquín Arali.

Estatuas alegóricas del día, la noche y la muerte alrededor del reloj de la torre de La Seo
Estatuas alegóricas del día, la noche y la muerte alrededor del reloj de la torre de La Seo

El acceso a La Seo se efectúa a través de tres puertas: la de la fachada principal (Plaza de la Seo), la de San Bartolomé (Plaza San Bruno) y la de la Calle Pabostría.

La fachada principal, situada en el muro oeste y utilizada para el culto, es la de la fachada neoclásica que da a la Plaza de la Seo, donde estuvo también el acceso de la mezquita. Fue encargada por el arzobispo Añoa a Julián Yarza, un discípulo de Ventura Rodríguez. Al parecer, siguió el proyecto de una puerta diseñada por Ventura Rodríguez para el tempo del Pilar que no se realizó. Las obras comenzaron en 1763 y se prolongaron hasta 1767.

La fachada principal está construida en piedra salvo algunas zonas altas hechas en ladrillo revestido de yeso. Muy desarrollada en anchura para poder acoger tres puertas de ingreso a tres ámbitos distintos, consta de dos pisos, el inferior de altura doble al superior, articulados verticalmente en cinco calles mediante parejas de columnas de orden gigante en el piso inferior, y planos en resalte en el superior. En el piso inferior, dividido en dos zonas, se dispone el acceso principal en la calle central, adintelado rematado con un gran dintel semicircular que apoya en un entablamento que separa las dos zonas de este cuerpo y que a su vez apea en dos esbeltas columnillas similares a aquellas otras de orden gigante, pareadas y corintias que flanquean el acceso, articulan el muro y que soportan el entablamento; en las calles externas se disponen los accesos laterales también adintelados, de menores dimensiones y rematados con frontones triangulares y sobre ellos, en la zona superior, óculos ovalados. Rematan la composición dos pilastras sencillas en los extremos.

El piso superior, separado del inferior por una cornisa de gran vuelo, sustituye los soportes del cuerpo inferior por planos en saliente en los que se colocan sendas hornacinas que flanquean otra central que alberga la escultura de El Salvador. Las otras dos hornacinas contienen las estatuas de San Pedro y San Pablo. Remata un entablamento y un frontón triangular flanqueado por pebeteros en forma de llama.

La fachada principal de La Seo es obra arquitecto del Julián Yarza que, al parecer, siguió el proyecto de una puerta diseñada por Ventura Rodríguez para el tempo del Pilar que no se realizó.
La puerta principal de La Seo es obra arquitecto del Julián Yarza que, al parecer, siguió el proyecto de una puerta diseñada por Ventura Rodríguez para el templo del Pilar que no se realizó

Al este se encuentra la puerta de San Bartolomé, por la que entran los visitantes, restringido a las horas en las que no se celebra el culto. A través de un acceso adintelado flanqueado por columnas toscanas se accede a un vestíbulo de planta rectangular de tres tramos cubiertos con bóveda de crucería simple. Desde este vestíbulo se accede al patio, oficinas, archivos y Museo de Tapices por el lado izquierdo; y por un acceso principal en arco carpanel se accede al interior del templo. Cerca de la puerta de San Bartolomé encuentra un arco ojival sobre el que se construyó la casa llamada del Deán.

La tercera, entrada de la iglesia cristiana medieval y situada a los pies del templo en el lado sur, es la puerta de la Pabostría, que aboca a la estrecha calle homónima. De acuerdo a un sencillo diseño, se trata de un acceso bajo arco apuntado de doble rosca bajo el cual abre un arco carpanel de menor altura. A continuación se dispone un atrio de planta rectangular y dos tramos cubierto por crucería estrellada que comunica con el interior del templo a través de una portada de yeso decorada con motivos del renacimiento italiano.

Su construcción se debe a la iniciativa de Hernando de Aragón tras la última reforma del recinto y data de 1558. Desde el siglo XVIII permaneció oculta tras una cancela barroca de madera de 1783, pero la restauración finalizada en 1998 la devolvió a su estado original, trasladando la sobrepuerta barroca a modo de cortavientos a la puerta de san Bartolomé.

Cimborrio y torre de La Seo desde el Ebro
Cimborrio y torre de La Seo desde el Ebro

La Seo está incluida dentro de la declaración de Patrimonio Mundial que la UNESCO concedió al Mudéjar de Aragón en el año 2001.

En 1938 el cabildo creó en la Sacristía y las salas del primer piso de La Seo el Museo de Tapices. Considerado único en el mundo, conserva una colección de sesenta y dos tapices que por su riqueza, calidad, rareza y antigüedad constituye una de las joyas del patrimonio español.

DirecciónPlaza de La Seo, 2
Teléfono: 976 291 231
Sitio web: https://catedraldezaragoza.es/visita-turistica/
Entrada: El precio de la entrada es de 6 €. La entrada a La Seo incluye la del Museo de Tapices
Horarios: De lunes a sábado de 10 a 14:30 h y de 16 a 20 h. Domingo de 10 a 12 y de 16 a 18:30 h.

 

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