Tras los pasos de Einstein en Zaragoza
Tras los pasos de Einstein en Zaragoza

Tras los pasos de Einstein en Zaragoza

El físico alemán Albert Einstein visitó España entre febrero y marzo de 1923 e impartió conferencias en Barcelona, Zaragoza y Madrid.

En 1919, una expedición británica a África había demostrado que su revolucionaria teoría general de la relatividad era cierta y en 1921 había ganado el Premio Nobel de Física.

Einstein llegó en tren a Zaragoza, procedente de Madrid el 12 de marzo de 1923, con el fin de impartir dos conferencias en la Universidad de Zaragoza. La visita, que tan solo duró 50 horas, fue todo un acontecimiento que revolucionó la vida cultural de la capital aragonesa.

A la estación le fueron a recibir el profesor Antonio de Gregorio y Rocasolano, por cuyas investigaciones bioquímicas se interesó Einstein, el cónsul de Alemania y fotógrafo Gustavo Freudenthal, estudiantes, súbditos alemanes y algunas autoridades.

Reseña de la visita de Einstein a Zaragoza publicada en el diario zaragozano "El Noticiero" el martes 13 de marzo de 1923 (Imagen del Ayuntamiento de Zaragoza /zaragoza.es)
Reseña de la visita de Einstein a Zaragoza publicada en el diario «El Noticiero» el martes 13 de marzo de 1923 (Imagen del Ayuntamiento de Zaragoza /zaragoza.es)

El mismo alcalde los llevó en su coche al Hotel Universo y Cuatro Naciones (hoy desaparecido), en el número 52 de la Calle Don Jaime I, justo enfrente de la Plaza Ariño.

Aunque pocas personas entendían muy bien lo que había descubierto, Einstein era una celebridad, y todo el mundo lo reconocía por la calle.

La prensa zaragozana se hizo gran eco de la noticia (El Día, Heraldo de Aragón y El Noticiero) con abundantes reseñas, tanto de sus conferencias, como de su vida social.

“Por el desgaire simpático de su traza y por su hermosa cabeza de revueltos cabellos grises, más que un pensador germano parece un artista latino”, publicó el Heraldo de Aragón.

Albert Einstein dando una conferencia en 1923
En 1923, el físico alemán Albert Einstein visitó España para impartir una serie de conferencias. Una de ellas tuvo lugar en el Aula Magna de la Universidad de Zaragoza, donde el científico pronunció una ponencia sobre su teoría de la relatividad general

Un periodista de El Noticiero (periódico aragonés fundado en 1901 y desaparecido en 1977) se fijó en el perfil inmediato del hombre: fumaba mucho, pero no bebía alcohol ni café, dijo que dormía de nueve a once horas diarias y destacó la importancia de Ramón y Cajal.

El lunes 12 de marzo de 1923, a las 6 de la tarde, a las dos horas escasas de su llegada, Einstein pronunció en francés en el Aula Magna de la Facultad de Medicina y Ciencias (hoy edificio Paraninfosu primera conferencia, que trató sobre su teoría de la relatividad. Con la sala abarrotada, expuso sus teorías en un acto de gran relieve académico que estuvo presidido por el rector de la Universidad de Zaragoza Ricardo Royo Villanova.

Placa en el Aula Magna del Paraninfo que recuerda la visita de Albert Einstein en 1923
En el Aula Magna del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza se conserva una placa que recuerda la visita del físico alemán Albert Einstein en 1923

Al terminar la charla la comunidad científica de la capital maña agasajó al ilustre invitado con un banquete en el Casino Mercantil.

Aquí Einstein dió un discurso en alemán, en el que mostró su preocupación por la República de Weimar que, tras la derrota alemana en la I Guerra Mundial, se encontraba en una profunda crisis económica y social y en el que expresaba «su confianza de que se llegue a salvar la crisis de Alemania para hacer posible la urgentemente necesaria reconstitución de Europa».

La segunda conferencia tuvo lugar al día siguiente, el 13 de marzo, en el mismo lugar que la anterior y en esta ocasión trató sobre la estructura del espacio.

El Aula Magna de la antigua Facultad de Medicina y Ciencias, hoy edificio Paraninfo, es una de las salas más grandes y emblemáticas de la Universidad de Zaragoza
Aula Magna de la antigua Facultad de Medicina y Ciencias (hoy edificio Paraninfo)

Durante ella, Einstein realizo diversas ecuaciones y dibujos en una pizarra. Este hecho hizo que el rector Ricardo Royo Villanova propusiese que dicha pizarra se conservase intacta, tal y como la dejó el eminente científico «para que quede algo perenne y constante del paso de Einstein por la Universidad de Zaragoza, a fin de poder mostrarlo a las generaciones venideras, como reliquias de la fecha de hoy», declaró al Heraldo de Aragón.

El periódico El Día se hizo eco del acto. Su redactor escribió con humor: «el sabio profesor se adelanta a la pizarra. Todas las respiraciones quedan cortadas para no perder sílaba de lo que allí se va a decir. El salón de actos de la Facultad de Medicina parece más solemne y severo que nunca. Es un sabio. Todo un sabio de verdad quien emite sus ideas revolucionarias sobre algo abstracto. Para la mayoría de los oyentes, toda aquella larga disertación viene a ser algo así como un jeroglífico, Sin embargo, nadie pierde detalle. Los rostros presentan una angustiosa sensación de querer comprender todo lo intrincado de aquellas palabras. En su cerebro, la teoría de la relatividad ha tomado posiciones que pesan demasiado sobre las sustancia gris. Eisntein sigue perorando».

Durante la elaboración de este artículo preguntamos a un destacado responsable de la Universidad de Zaragoza si la famosa pizarra se conserva en la actualidad, y lo que nos dijo es «que el rector la guardó con tanto empeño, que cuando falleció nadie logró encontrarla. Ha de estar en algún sitio, esperando que la encontremos algún día».

En 1923, el físico alemán Albert Einstein visitó España para impartir una serie de conferencias.
En 1923, Albert Einstein visitó España para realizar una serie de conferencias sobre sus teorías científicas

Einstein, un enamorado de la arquitectura y del arte en general, no sólo impartió dos conferencias, sino que quiso conocer la ciudad.

Visitó la basílica del Pilar, la Lonja -de la que salió entusiasmado-, la Aljafería y la Seo. También le dió tiempo de asistir al Teatro Principal para ver ‘La Viejecita’, zarzuela cómica de Miguel Echegaray de éxito en esos días.

La noche anterior a abandonar la ciudad, el cónsul alemán en Zaragoza, Gustavo Freudenthal, le invitó a cenar a su vivienda en el Coso y le organizó una pequeña fiesta. Einstein no se separaba de su violín cuando viajaba, y ofreció un pequeño concierto a los postres, acompañado de una joven pianista zaragozana, Trinidad Castillo.

Einstein partió en el tren rápido de la tarde con destino a Bilbao el 14 de marzo de 1923. Recibió 575 pesetas por cada conferencia y 250 pesetas más para gastos.

La Universidad de Zaragoza recuerda con una placa en el Aula Magna del Paraninfo sus sendas conferencias y el Ayuntamiento de Zaragoza puso su nombre a una calle del polígono de Cogullada.

Además, Zaragoza cuenta con un monumento que rememora el centenario de la visita de Albert Einstein a la capital aragonesa. Se trata de un conjunto de esculturas que impulsan su legado y sus mayores logros, y que están ubicadas en el exterior del Puente Zaha Hadid, sede de Mobility City, desde su acceso por el barrio de la Almozara.

El Memorial a Albert Einstein, en el Pabellón Puente de Zaragoza, conmemora el centenario de la visita del físico alemán a la ciudad
En el exterior del Pabellón Puente, en Zaragoza, se encuentra un memorial que recuerda el centenario de la visita de Albert Einstein a la ciudad