Una visita a la muralla romana de Zaragoza
Visitando la antigua Muralla Romana de Zaragoza

24 horas en Zaragoza: Lugares imprescindibles que ver

Zaragoza es una capital con alma de pueblo, estirada en orgullo pero escueta en dimensiones, que se puede recorrer apaciblemente en 24 horas, gozando de su cultivada historia y gastronomía.

Un día en Zaragoza te permitirá viajar desde la Caesaraugusta romana hasta la Zaragoza Mudéjar. Podrás visitar la Saraqusta taifal de la Alfajería, admirar los majestuosos palacios Renacentistas y explorar la ciudad donde creció el joven Francisco de Goya. Tapas por El Tubo redondearán el plan.

Zaragoza no se comprende en un día… Pero 24 horas son un buen comienzo para empezar a caer bajo su hechizo. ¡Déjate seducir!.

Nuestra visita a Zaragoza arranca en su muralla, en concreto en su tramo mejor conservado, de unos 80 metros de longitud, situado justo al lado de la Plaza del Pilar y del Torreón de la Zuda.

Construida en el siglo I, la Muralla Romana de Zaragoza protegía un perímetro de 3.000 metros con unos 120 torreones defensivos custodiados por más de 2.000 hombres armados, levantados a intervalos de entre 14 y 16 metros de distancia, y recorría la Avenida César Augustoel Coso y la Calle Echegaray y Caballero.

Estatua de César Augusto, el fundador de la ciudad de Zaragoza
La impresionante estatua erigida en honor a César Augusto, el emperador romano que fundó Zaragoza

Junto a la Muralla Romana se encuentra la estatua del emperador César Augusto, el fundador de la ciudad. Es posible que hayáis visto otras esculturas de Augusto iguales en otras ciudades españolas (Tarragona, Mérida, Astorga…), ya que la de Zaragoza, al igual que la de las otras ciudades es una réplica en bronce de la original, que se encuentra en los Museos Vaticanos de Roma.

Vista del Torreón de la Zuda desde la Avenida Cesar Augusto
El Torreón de la Zuda es todo lo que queda del antiguo alcázar musulmán

Justo al lado se encuentra el Torreón de la Zuda, sede de los gobernadores musulmanes de Zaragoza. Su nombre tiene el origen en la denominación del alcázar o conjunto de fortificaciones, residencia del gobernador musulmán y casa de gobierno.

Vista de las Murallas Romanas y del Mercado Central desde el mirador del Torreón de la Zuda
Vistas desde el mirador del Torreón de la Zuda

Tiene cimientos romanos, ya que fue construido aprovechando uno de los torreones de la antigua muralla defensiva. Cuando el rey Alfonso I de Aragón conquistó la ciudad convirtió el antiguo alcázar musulmán en el palacio residencial de los reyes de Aragón. También sirvió varias veces de cárcel real. Jaime I el Conquistador y su esposa Leonor estuvieron presos en La Zuda durante 1224, tras el levantamiento de la nobleza aragonesa.

Hoy en día se utiliza como oficina de turismo y puede visitarse gratuitamente (de lunes a sábado de 10 a 14 horas y de 16.30 a 20 horas y domingos de 10 a 14 horas).

A unos pasos se encuentra el Mercado Central de Zaragoza o de Lanuza, un edificio de 1903 completamente actualizado para el siglo XXI. Pasead por fuera del edificio viendo sus relieves y su arquitectura modernista o bien entrad para apreciar su cubierta férrea y productos emblemáticos de las cocinas locales, como la borraja en invierno o el ternasco, presente en sus puestos de carnicería durante todo el año.

El Mercado Central de Zaragoza, también llamado de Lanuza, se inauguró en 1903 en las inmediaciones de la Basílica del Pilar de Zaragoza, junto a la antigua Muralla Romana de la Ciudad
Proyectado por el arquitecto Félix Navarro, el Mercado Central de Zaragoza es un magnífico ejemplo de arquitectura industrial modernista
El Mercado Central de Zaragoza se encuentra situado junto a las Murallas Romanas en la Avenida Cesar Augusto, a muy pocos metros de la Plaza del Pilar
El Mercado Central se inauguró en 1903 en las inmediaciones de la Basílica del Pilar, junto a la antigua Muralla Romana de la ciudad

En esta misma zona de Zaragoza, entre las murallas y la Plaza del Pilar, se encuentra la Iglesia de San Juan de los Panetes, con un campanario de ladrillo inconfundible, entre lo Mudéjar y lo Renacentista, y también a medio camino del cielo y el suelo. Inclinada y amenazante desde hace siglos. Pero ahí sigue.

Puerta de entrada y fachada principal de la iglesia de San Juan de los Panetes
La Iglesia de San Juan de los Panetes destaca por su bella torre inclinada, de influencia mudéjar y renacentista

Desde allí seguiremos caminando hasta llegar a la Plaza del Pilar, el epicentro de la mayor parte de las festividades que se celebran en Zaragoza.

La Plaza del Pilar es un gran teatro al aire libre donde miles de vecinos acuden a diario a saludarse, debatir o tomar algo y una oportunidad única para contemplar la vida de la ciudad desarrollarse ante tus ojos.

Los más de 24.000 metros cuadrados de superficie peatonal que tiene la plaza de Pilar, la convierten en la segunda más grande de Europa (por detrás de la Plaza Roja de Moscú).

La Basílica de Nuestra Señora del Pilar se encuentra en el centro de la Plaza del Pilar, junto al Ayuntamiento de Zaragoza
Vista de la Basílica del Pilar desde la plaza homónima
La Fuente de la Hispanidad fue inaugurada en 1991, poco antes de la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América
La Fuente de la Hispanidad se encuentra en la Plaza del Pilar de Zaragoza, justo enfrente de la iglesia de San Juan de los Panetes

A un paso está la Fuente de la Hispanidad, ideada por el escultor Paco Rallo en 1991 para recordar el patronazgo de la hispanidad que ostenta la Virgen del Pilar. Representa un mapa de Latinoamérica: en la parte superior izquierda se observa una estría o canal, es la Península del Yucatán y América Central. La cascada representa el norte de Sudamérica y el estanque es el resto del continente hasta Tierra de Fuego.La Basílica de Nuestra Señora del Pilar es uno de los santuarios marianos más importantes del mundo católico y un centro artístico de primer orden que reune obras de gran valor de diferentes épocas, especialmente los frescos pintados por Francisco de Goya.

Durante su primera etapa, Goya se convirtió en un destacado pintor religioso, género que practicó con gran maestría el resto de su vida. En Zaragoza trabajó principalmente en la Basílica del Pilar, donde dejó magníficas obras que ejemplifican el carácter, capacidad técnica y originalidad de su pintura.

En 1772, mientras Ventura Rodríguez, el arquitecto del Pilar, edificaba la Santa Capilla, el joven Goya recibió el encargo de decorar con un fresco la bóveda del coreto, el pequeño coro que hay frente de la Santa Capilla, donde representó “La adoración del Nombre de Dios”.

'La adoración del Nombre de Dios', fresco de Francisco Goya en el Pilar de Zaragoza
Entre mayo y junio de 1772, Goya pintó al fresco en la bóveda del Coreto del Pilar, ‘La Adoración del Nombre de Dios’, su primera obra importante tras volver de Italia

Lograr este encargo no le resultó fácil a Goya. Durante años intentó acceder a una beca para la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, y al no lograrla se fué a Italia por su cuenta para aprender todo lo que pudiera.

De regreso a Zaragoza, con tan solo 25 años y envuelto del prestigio que le daba su formación en Italia, consiguió el encargo de la bóveda del coreto tras demostrar al Cabildo que sabía pintar al fresco (además de ofrecerles un presupuesto mucho más económico que su competencia, al pintor académico González Velásquez).

El fresco que pintó “La adoración del Nombre de Dios”, con un modelado suave y cuidadas formas de clara influencia italiana, encajó perfectamente con la idea conceptual del Pilar.

En 1780, el Cabildo encargó a Francisco Bayeu, por entonces pintor del Rey de España, el resto de las cúpulas y bóvedas que rodeaban a la Santa Capilla y el pintor, contó con su hermano Ramón y con su cuñado Francisco de Goya.

La Santa Capilla es el corazón de la basílica del Pilar
La Santa Capilla es la obra más espléndida de la basílica del Pilar de Zaragoza

Goya se encargó de la cúpula situada frente a la capilla de San Joaquín, con la letanía “Regina Martyrum”. En ella, Goya rompió con todos los moldes y empleó una innovadora técnica de pintura suelta y un dibujo poco académico que no agradó al Cabildo.

Tras pintar con mayor adecuación clasicista las pechinas, después de haberle sido rechazados varios borradores para estas, Goya dejó el proyecto muy dolido con el Cabildo y enemistado con Bayeu.

A pesar de las duras críticas que recibió nada más acabar el proyecto, con el paso del tiempo la transgresora “Regina Martyrum” se convirtió es una de las obras religiosas más importantes de Goya y la que lo consagró como gran pintor.

Mirador de la Torre San Francisco de Borja (una de las cuatro torres de la Basílica de Pilar)
Vistas desde el mirador de la Torre San Francisco de Borja, la más próxima en la ribera al puente de Santiago

Mucha gente lo sabe, pero por tan solo 3 euros se puede disfrutar de las mejores vistas de Zaragoza desde el mirador de la torre San Francisco de Borja (una de las cuatro torres de la Basílica de Pilar). Abre todos los días de 10 a 14 horas y de 16 a 18 horas; excepto en los meses de verano que se prolonga su apertura en dos horas más. Se accede desde fuera de la basílica, por la Ribera del Ebro en la esquina con la Calle Florencio Jardiel.

Desde ahí divisamos, además de las impresionantes cúpulas de la catedral, los 14 puentes que sirven para cruzar el río, los más característicos, el de Piedra o el Puente de Hierro, pero también otros más modernos como el del Tercer Milenio del recinto de la Exposición Internacional de 2008.

Recomendamos subir en los últimos minutos de su horario. Es la mejor opción si se quiere disfrutar de un bonito atardecer con el Ebro a tus pies y es entonces cuando una mezcla de colores inunda toda Zaragoza.

Fuente con el monumento al pintor Francisco de Goya en la Plaza del Pilar de Zaragoza
Monumento a Francisco de Goya en la Plaza del Pilar

Volvemos a la luz, a la plaza abierta, y nos encaminamos hacia el Monumento a Goya. Fue concebido por el arquitecto José Beltrán Navarro y el escultor Federico Marés, quien dirigió las obras del monumento, originalmente como estatua pintoresca con dos hombres y dos mujeres ataviados como majos y majas del siglo XVIII, que inmortalizara Goya en los cartones para tapices. Fue inaugurado el 8 de octubre de 1960.

Justo enfrente encontramos el Palacio de la Lonja, un edificio construido en la época de mayor esplendor de la ciudad para acoger las transacciones comerciales de los mercadores zaragozanos.

La Lonja representa uno de los mejores ejemplos de la arquitectura renacentista y está considerado el edificio civil más importante del siglo XVI en Aragón. Se trata del edificio plenamente renacentista más importante de Aragón.

La Lonja está considerada la obra cumbre de la arquitectura civil renacentista aragonesa
La Lonja ha sido definida como el edificio civil aragonés más importante del siglo XVI. En esa época, Zaragoza era conocida como ‘la Harta’, ‘la Florencia española’, rica en palacios y casas señoriales

También fue el primero en adoptar este estilo, con influencia del palacio florentino del quattrocento italiano, aunque con los matices del Mudéjar aragonés que podemos observar en la decoración de retratos de yeso policromado.

Mirad qué exposición anuncia, ya que su interior acoge muestras artísticas cargadas de contemporaneidad. ¡Y suelen ser gratis!.

Un visitante contempla una obra en una exposición en La Lonja
Una persona observa una obra en una exposición en La Lonja

¿Paseas con niños? Perfecto. Tras la Lonja puedes hacerles una foto de lo más vintage. «Retrátalos» cabalgando sobre el caballito de bronce que hay en esa replaceta, idéntico al que usó mil veces un antiguo fotógrafo local.

El caballito de la Lonja es una estatua que representa el caballito originalmente en cartón, en el que fotografiaba Ángel Cordero Gracia
El Caballito de la Lonja fue instalado en 1991 para recordar al fotógrafo minutero Ángel Cordero Gracia

En perpendicular a la Plaza del Pilar discurre la siempre concurrida Calle Don Jaime I. Al final de esta vía es posible cruzar al otro lado del Ebro por el Puente de Piedra.

El Puente de Piedra es el más antiguo que se conserva sobre el Ebro y se sitúa donde también había un paso en época romana
El Puente de Piedra es el más antiguo que cruza el río Ebro. Sus orígenes se remontan a la fundación de la ciudad, hace más de 2.000 años

Tiene, aproximadamente, 500 metros de largo que, con buen tiempo, son un placer para la vista, pero si sopla el cierzo… Si ruge el viento desde el Moncayo, hay que ser valientes y cruzar. Si hay un lugar para descubrir el carácter del cierzo, es este.

El Puente de Piedra es el más antiguo que cruza el río Ebro y cuyos orígenes se remontan a la fundación de la ciudad, hace 2000 años.En el lugar donde se encuentra el Puente de Piedra, ya existía uno de madera en la época romana. Coincidía con la prolongación de Cardo Maximus (actual Calle Jaime I), frente a una de las puertas principales de la ciudad y servía tanto de puente como de acueducto.

Saborea el paseo, sin prisas, disfrutando de todas la panorámicas para hacerte una idea de cómo se construye Zaragoza.

No puedes irte de Zaragoza sin esta fotografía, hecha desde el Balcón de San Lázaro tras cruzar el Puente de Piedra.

Vista desde el Balcón de San Lázaro del Puente de Piedra y la Basílica del Pilar
El Balcón de San Lázaro es el mirador más instagrameable de Zaragoza

El pintor Juan Bautista Martínez del Mazo realizó, desde este lugar, su famosa Vista de la ciudad de Zaragoza en 1647.

La Vista de Zaragoza en 1647 es un cuadro de Juan Bautista Martínez del Mazo
La mejor forma de darse un paseo por la Zaragoza del Barroco es esta maravillosa vista pintada por Juan Bautista Martínez del Mazo en 1647

Cruzando de vuelta el río Ebro llegarás en apenas unos minutos hasta la La Seo.

El cimborrio y torre de la Catedral de La Seo desde el Puente de Piedra
Vista del cimborrio y la torre de La Seo desde el Puente de Piedra

Como la Basílica del Pilar es tan grande y famosa, hay forasteros que la visitan y que se marchan de Zaragoza sin sospechar que en la misma plaza hay otra catedral, la de San Salvador. La Seo, como la llaman los zaragozanos, es la segunda catedral en importancia, pero la primera en el tiempo. Se asienta sobre lo que fue el foro romano y más tarde la mezquita mayor, de cuyo minarete todavía perdura la impronta en la torre.

La torre de la catedral del Salvador (La Seo) de Zaragoza
La torre de La Seo fue proyectada en estilo barroco romano en 1683 por el arquitecto Giovanni Battista Contini para sustituir a la antigua torre mudéjar

Empezó a construirse en el siglo XII en estilo románico y fue objeto de numerosas reformas y ampliaciones hasta 1704, cuando se colocó el chapitel barroco rematando la torre. En ella hay elementos de todas las épocas y estilos intermedios, pero los que tienen una especial relevancia son los Mudéjares del ábside, la capilla de la Parroquieta y el cimborrio, que forman parte, junto con la Aljafería y la Iglesia de San Pablo, del conjunto del Mudéjar aragonés declarado Patrimonio de la Humanidad.

Interior de la Catedral del Salvador (La Seo de Zaragoza)
Interior de La Seo, espacio en el que se coronaron Reyes y se enterraron nobles

Se edificó a finales del siglo XII, siguiendo las pautas artísticas del románico tardío, con elementos desarrollados en la catedral de Jaca.

La Seo se amplió en el siglo XIV, levantándose los ábsides superiores y la parroquieta para albergar el sepulcro de Don Lope de Luna. El muro de la parroquieta, visible desde el exterior, está considerado una de las obras cumbre del Mudéjar.

El muro mudéjar de La Seo de Zaragoza es una de las joyas de la catedral
Persona caminando por el paño mudéjar de La Seo

La Seo alberga en su segunda planta el Museo de Tapices: 65 telas de los siglos XV a XVII, aunque solo se muestran 23. Presume de ser la segunda colección de tapices más importante de España.

En el interior de La Seo se puede visitar el Museo de Tapices
El Museo de Tapices en el interior de la Seo

Un cubo de placas de ónice frente a La Seo marca la entrada al Museo del Foro Romano. El foro era el centro económico, social, religioso y político de la ciudad romana. Y en la colonia de Caesar Augusta (ciudad romana que da a Zaragoza su nombre) también había uno.

Este museo nos ofrece una visión de la vida cotidiana de Caesar Augusta. El foro de Zaragoza era muy especial, ya que no se encontraba en el cruce de las dos vías principales de la ciudad (el cardo y el decumano), como era característico urbanismo romano, sino muy cerca del río Ebro.

vestigios de los edificios públicos del foro romano de Caesaraugusta
Estructuras del foro de Caesaraugusta: basamentos de columnas y cloaca (Foto: Tramullas bajo licencia CC BY-SA 4.0)

Los restos arqueológicos que se han conservado, pertenecen al mercado de la época del emperador Augusto y al Foro de la ciudad, construido en la época de Tiberio. Fueron descubiertos por casualidad en 1988 durante la remodelación de la Plaza de La Seo.

Detrás de La Seo se esconde el Arco del Deán, uno de los rincones con más encanto de la ciudad, donde al pasar los relojes se atrasan hasta el siglo XIII, que fue cuando se construyó este pasadizo elevado para comunicar directamente la catedral con la nueva Casa del Deán. Su precioso mirador, con ventanales de tracería gótico-mudéjar, data del siglo XIV.

El Arco del Deán es la única construcción medieval no palaciega que ha llegado hasta nuestros días
El Arco del Deán se esconde en una callejuela del casco antiguo, justo detrás de La Seo

Con la catedral como referencia, seguimos por el Casco Histórico hacia el Teatro Romano de Caesaraugusta.

El teatro de Zaragoza fue uno de los mayores de toda la Hispania romana. Sus 7.000 metros cuadrados y su capacidad para 6.000 espectadores en una urbe de unos 20.000 habitantes nos indican la importancia que los espectáculos teatrales tenían en el mundo romano. Si bien, todos los vecinos de Caesar Augusta entraban gratis a su teatro, símbolo de prosperidad de la urbe.

El teatro fue edificado en época de Tiberio (14-37 d.C.) y finalizado en época de Claudio (41-54 d.C.), siguiendo el modelo del Teatro Marcelo de Roma. Es el monumento mejor conservado de la antigua Caesaraugusta.

El Teatro Romano de Zaragoza fue uno de los mayores de toda la Hispania Romana. Su capacidad para 6.000 espectadores en una urbe de unos 20.000 habitantes nos señala la importancia que los espectáculos tuvieron en el mundo romano
El Museo del Teatro de Cesaraugusta muestra los impresionantes restos arqueológicos del antiguo teatro romano de Zaragoza
Una maqueta reconstruye la antigua colonia de Caesaraugusta en el Museo del Teatro Romano
Maqueta de la antigua colonia de Caesaraugusta (Zaragoza) situada en el Museo del Teatro Romano

Durante sus más de 200 años de funcionamiento, fue lugar de encuentro y esparcimiento de la sociedad zaragozana, ejerciendo un papel muy importante como transmisor de los valores culturales, políticos y religiosos del Imperio Romano.

Durante siglos, los restos del teatro romano de Caesaraugusta permanecieron ocultos bajo el urbanismo de la ciudad. Fueron descubiertos de manera fortuita en 1972, cuando un vecino alertó a la prensa de la existencia de restos arqueológicos en una obra en construcción. En el año 2003 se inauguró el Museo del Teatro Romano de Caesaraugusta.

Otro museo imprescindible es el Museo Goya, un referente de la figura y de la obra de Francisco de Goya en Aragón y en el resto de España.

La antigua Casa Palacio del infanzón Jerónimo Cósida y su esposa Violante de Albión, del siglo XVI, es hoy la sede del Museo Goya.

La exposición se reparte en 3 plantas. La primera está dedicada a artistas predecesores de Goya, de los siglos XV a XVII. La segunda es la principal, con pinturas y dibujos de Goya y algunas de otros artistas contemporáneos suyos. Pero sobre todo con una amplísima colección de sus grabados: los Caprichos, los Desastres de la Guerra, la Tauromaquia, los Disparates y los Toros de Burdeos. La experiencia en esta sala es totalmente inmersiva: casi a oscuras, iluminando únicamente los grabados.

En el Museo Goya de Zaragoza podrás la obra pictórica y los grabados de Francisco de Goya
El Museo Goya cuenta con más de 500 obras en sus diferentes salas, que reúnen 25 piezas originales de Goya, y todas las series de sus grabados
En la sala principal del Museo Goya se muestra una magnífica selección de cuadros del pintor
La planta segunda del Museo Goya está dedicada al genial aragonés, con una sala centrada en su pintura, que muestra 19 obras del autor de Fuendetodos, y otra dedicada a las series que Goya grabó desde 1778 hasta 1825
El Museo de Goya de Zaragoza expone las cinco grandes series que Goya grabó
En el museo se muestran todas las grandes series que Goya grabó desde 1778 hasta 1825: Copias de Velázquez (1778), Caprichos (1799), Desastres de la guerra (1810-1815), Tauromaquia (1816),Disparates (1816-1820) y Toros de Burdeos (1824-1825)

La tercera planta recoge el legado de Goya a través de otros artistas de los siglos XIX y XX a los que sirvió de inspiración. Por último en el sótano se realizan proyecciones audiovisuales sobre su vida y trayectoria.

El itinerario por Zaragoza en un día continua en la Plaza de San Felipe, un animado espacio rodeado de varios palacios renacentistas que además es perfecto para tomar algo en alguna de sus terrazas.

Las dos figuras ecuestres (Atleta Clásico y Atleta Moderno) de Pablo Gargallo en la Plaza de San Felipe
El conjunto monumental ‘Saludo Olímpico’, de Pablo Gargallo, que flanquea la entrada al Museo del gran escultor aragonés

En la Plaza San Felipe se encuentra el palacio de Argillo, del siglo XVII, que alberga el Museo Pablo Gargallo, con más de 150 obras del gran escultor zaragozano (de la localidad de Maella): bronces, dibujos, plantillas de cartón recortado (singular paso previo para algunas de sus piezas), grabados, joyas y documentación de uno de los artistas esenciales del siglo XX español.

En su patio y salas se descubre la figura de este escultor que compartió aventuras creativas con Picasso, Greta Garbo o Kiki de Montparnasse. Es el museo más visitado de la ciudad.

El espectacular patio renacentista del Museo Pablo Gargallo
El elegante patio interior con columnas del Museo Pablo Gargallo

Si el hambre ya aprieta a estas horas, nada mejor que dirigirnos hacia El Tubo, la zona más famosa de tapeo de la ciudad.

Entre las calles Alfonso I y Don Jaime I está el meollo de Zaragoza, su corazón y también su estómago. El Tubo es un denso entramado de callejuelas (Cuatro de Agosto, Mártires, Libertad, Ossau, Cinegio, Estébanes, Blasón Aragonés, El Pino y Plaza Santiago Sas) plagadas de tascas y bares.

Hay mil posibilidades, pero deben probarse los champiñones con aceite, ajo y perejil de El Champi, las croquetas de Doña Casta, las migas de diseño de La Miguería, las anchoas en salmuera de Bodegas Almau, el espectacular Cave Ovum de El Méli del Tubo, la tostada de solomillo del Bula del Tubo, las pochas de Tudela de Casa Lac y cualquiera de las tapas de inspiración taurina de Los Victorinos.

Bares del Tubo de Zaragoza para tapear
De tapas por El Tubo de Zaragoza

La arquitectura Mudéjar zaragozana es Patrimonio de la Humanidad. ¿Por qué? Solo hace falta mirar la Iglesia de San Pablo. Especialmente de noche, cuando su torre recibe una sugerente iluminación para dar brillo a sus cerámicas de colores y sus ladrillos jugando a crear geometrías.

Tras contemplarla, cerrad los ojos. Imaginad que estáis rodeados de huertas y campos, como en sus orígenes. Entonces solo era una ermita y los fieles llegaban armados con una hoz afilada y en forma de gancho para desbrozar la maleza del camino. Hoy el barrio se llama Parroquia del Gancho.

La torre Mudéjar de la Iglesia de San Pablo de noche
La iglesia de San Pablo data del siglo XIV. De esta etapa es su interesante torre octogonal de ladrillo, con estructura de alminar y de estilo mudéjar

Continuamos la ruta yendo por el Paseo María Agustín hasta la Aljafería, el Palacio de la Alegría que soñó para su recreo el monarca Al-Muqtadir. Este palacio fortificado fue construido en el siglo XI como máximo exponente del esplendor que alcanzó la taifa de Saraqusta.

La Aljafería es una de las tres grandes joyas artísticas de la presencia musulmana en el sur de Europa, junto con la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba, y uno de los monumentos más representativos del Mudéjar aragonés, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.

Torreones de la muralla oriental del Palacio de la Aljafería
Torreones que cubren la muralla del lado Este del Palacio de la Aljafería

Tras la conquista cristiana, la Aljafería fue residencia de Pedro IV de Aragón y palacio de los Reyes Católicos.

Luego tuvo varios usos poco edificantes (Inquisición, cárcel Real y cuartel), hasta que se instalaron las Cortes de Aragón en 1987.

Patio de Santa Isabel del Palacio de la Alfarería
El Patio de Santa Isabel es un espacio abierto y ajardinado en torno al cual se reúne el Palacio de la Aljafería
En el acceso al Salón Dorado de la Aljafería se reprodujo el lado norte de la arquería de la mezquita aljama de Córdoba mediante arcos entrelazados que se coronan por un bucle decorativo
Arquería de acceso al Salón Dorado, la principal estancia del Palacio de la Aljafería

El Patio de Santa Isabel, con su jardincillo y sus pórticos de arcos afiligranados, es tan hermoso, tan plácido, que dan ganas de quedarse en él y no ver nada más, pero hay que visitar también el Salón Dorado y el Oratorio para hacerse una idea del esplendor de Zaragoza en la época taifal.

Techo del Mihrab de la Aljafería, el oratorio privado del rey musulmán y su corte
El mihrab servía de oratorio privado del rey musulmán y su corte y estaba adornado con relieves vegetales y otras formas
Espectacular techo mudéjar del Salón del Trono de la Aljafería
El magnífico artesonado mudéjar que cubre el Salón del Trono de la Aljafería

Por último, se puede visitar la Torre del Homenaje o del Trovador, que es en realidad la parte más antigua de todo el Palacio. ¿Sabías que la ópera Il Trovatore, de Verdi, se inspira en la leyenda de la Torre del Trovador de la Aljafería?.

Tras admirar los principales tesoros de la ciudad, nos dirigimos hacia el centro.

En apenas diez minutos llegaremos hasta el Paseo de la Independencia, la avenida más importante de Zaragoza.

Antes de la Guerra de la Independencia este lugar estaba lleno de viviendas, conventos e iglesias. Los Sitios de 1808 y 1809 hicieron estragos en la ciudad, y la mayor parte de los edificios mencionados terminaron destruidos por la artillería francesa.

El Paseo de la Independencia visto desde Puerta Cinegia
El Paseo de la Independencia es una de las vías más transitadas de la ciudad. La favorita de muchos para ir de compras o simplemente pasear
El modelo a seguir a la hora de la creación del Paseo Independencia fue la famosa Rue de Rivoli de París
El hermoso Paseo de la Independencia recuerda a la Rue de Rivoli en París

Con la permanencia de los franceses en la ciudad en 1811 se planeó la construcción de una gran vía triunfal aprovechando el espacio creado. El arquitecto municipal Joaquín Asensio, guiado por las ideas ilustradas y siguiendo el modelo de la Rue de Rivoli de París, diseñó el denominado Paseo Imperial.

Con tan solo algunos bancos y árboles levantados, las obras se paralizaron en el año 1813, al abandonar los franceses la ciudad.

A finales del siglo XIX el paseo ya era el centro de buena parte de la actividad de la ciudad, lleno de cafés, quioscos de prensa y multitud de personas paseando por el bulevar central o por las arcadas.

El siguiente punto de destino es Santa Engracia, una iglesia que se erigió sobre las ruinas del antiguo convento de Santa Engracia, destruido en durante los sitios de los ejercitos napoleónicos en 1808 y 1809 y del que solo se conserva la fachada, una extraordinaria portada de alabastro en forma de retablo que data de la época de los Reyes Católicos.

La fachada plateresca flanqueada por columnas abalaustradas de la iglesia de Santa Engracia de Zaragoza
Vista de la Iglesia de Santa Engracia desde el Monumento a Joaquín Costa en Zaragoza

En el interior recomendamos visitar la magnífica cripta, que guarda 2 sarcófagos paleocristianos de mármol del siglo IV, así como otro pequeño sarcófago, bajo el altar, con los restos de Santa Engracia.

A pocos metros, siguiendo la Calle Joaquín Costa, se encuentra la Plaza de los Sitios. Aclaremos su nombre: plaza de los Sitios, ¿qué sitios? Unos hechos que nos trasladan a la Guerra de la Independencia, cuando las tropas de Napoleón asediaron la ciudad durante meses, entre 1808 y 1809. Entonces surgieron personajes como Agustina de Aragón y otros héroes de los Sitios, a los que se homenajea con el Monumento escultórico de Agustín Querol que domina el centro de la plaza.

En el centro de la Plaza de los Sitios se erige el Monumento a los Sitios de Zaragoza realizado en 1908 por Agustín Querol
Vista del Monumento de los Sitios desde la Plaza homónima

La Plaza de los Sitios es un lugar muy frecuentado por los zaragozanos dadas sus atractivas zonas ajardinadas y exuberante arbolado. La plaza además, suele estar animada por la celebración de diversas ferias y exposiciones.

La construcción de los principales edificios que la rodean así como la urbanización de esta zona se produjo con motivo de la celebración de la Exposición Hispano Francesa en 1908. Algunos de los que se conservan albergan hoy en día el Museo de Zaragoza, la Escuela de Bellas Artes o el Colegio Gascón y Marín.

El gran patio central del Museo de Zaragoza está presidido por el busto de Goya
El gran patio central del Museo de Zaragoza está inspirado en el Patio de la Infanta
La galería central de la fachada principal del Museo de Zaragoza está presidida por tres esculturas, obras de Carlos Palao
Detalle de la Fachada del Museo de Zaragoza

En el Museo de Zaragoza se exhibe desde el hacha de Cauvaca (Caspe), el objeto más antiguo fabricado por el hombre (100.000 años), hasta pintura contemporánea. Pero lo que todo el mundo viene a ver son los cuadros de Goya y, en particular, sus retratos: Carlos IV, María Luisa de Parma, Fernando VII, el duque de San Carlos, el infante Luis María de Borbón…

Desde el museo tomamos la calle Mefisto y apareceremos en el Paseo de la Constitución, y mejor si cruzamos a su bulevar central para caminar entre los parterres y las estatuas que adornan el recorrido.

Escultura 'Pareja paseando bajo un paraguas' en el Paseo de la Constitución
La escultura ‘Pareja bajo paraguas’, de Manuel López García, en el Paseo de la Constitución

Pronto distinguiremos la geometría acristalada de una famosa entidad bancaria. En su interior se encuentra una de las obras maestras del Renacimiento aragonés, el antiguo Patio de la Casa Zaporta, más conocido como el Patio de la Infanta.

Es una de esas joyas que podrían haberse perdido varias veces a lo largo de la historia, pero que milagrosamente consiguieron subsistir al paso de los siglos.

Gabriel Zaporta fue un comerciante y banquero judeoconverso, originario de Monzón, que se estableció en Zaragoza hacia 1535. Fue el primer banquero de la Corona de Aragón y mantuvo prósperas relaciones comerciales con Valencia, Francia, Flandes e Italia, a donde exportaba productos como lana, trigo, azafrán y ganado.

El Patio de la Infanta, una joya zaragozana poco conocida
El Patio de la Infanta es una de esas joyas que podrían haberse perdido varias veces a lo largo de la historia, pero que milagrosamente consiguieron subsistir al paso de los siglos

En 1550, con motivo de la celebración de su boda con Sabina de Santángel, de quien estaba profundamente enamorado, inauguró un espléndido patio en el palacio que tenía entre las calles San Jorge y San Andrés, en el límite de la antigua judería.

La noche del 11 de septiembre de 1894 la casa sufrió un terrible incendio del que sólo se salvaron el patio y la escalera. El 4 de febrero de 1903 se decidió demoler el inmueble.

El patio fue vendido al rico anticuario francés Ferdinand Schultz, quien lo desmontó, lo traslado y lo volvió a montar en su tienda de antigüedades, en el número 25 de la Rue Voltaire de París.

Originalmente el Patio de la Infanta estaba integrado en la Casa Zaporta de Zaragoza en el siglo XVI, y fue desmontado tras un terrible incendio en 1894 y vendido en 1903 al anticuario Ferdinand Schultz
El Patio de la Infanta, desmontado, esperando su traslado a París, a la tienda del anticuario Ferdinand Schultz, a principios del siglo XX

En 1957 la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja (hoy Ibercaja) compró el patio y en 1980 lo decidió instalarlo dentro de su nueva sede central de la plaza Basilio Paraíso (aunque para visitarlo, hay que entrar por San Ignacio de Loyola), donde todavía hoy podemos visitarlo y admirar algunos de los secretos que todavía esconde.

Para cenar, te proponemos el entorno de la Plaza de los Sitios, la milla de oro gastronómica de la capital aragonesa.

Restaurantes de moda para ver y ser vistos, con una cuidada decoración, una amplia oferta gastronómica que nos permite dar la vuelta al mundo sin salir del centro.  Además, la mayoría de ellos tienen un horario amplio que va desde la mañana hasta la noche, lo que los hace ideales para desayunar, tomar el vermú, comer, cenar o tomarse una copa.

Ginger Fizz Bar, Calle Joaquín Costa, 16, Zaragoza
Ginger Fizz Bar (Calle Joaquín Costa, 16)
Garbo Gentlebar (Plaza de los Sitios 18)
Garbo Gentlebar (Plaza de los Sitios, 18)

Te aconsejamos seguir esta lista de restaurantes donde comer bien en la Plaza de los Sitios.

Si dispones de dos días en la ciudad de Zaragoza puedes incluir a esta ruta el precioso Parque Grande José Antonio Labordeta, un largo paseo por las riberas del Ebro hasta la zona de la Expo o una divertida mañana en el Parque del Agua Luis Buñuel.