El barrio de Las Fuentes debe su nombre a las filtraciones del río Ebro, que hacían brotar agua del suelo sobre el que se asienta.
Las Fuentes, gracias a su cercanía a los ríos Ebro y Huerva y la fertilidad de su terreno, fue una de las huertas más importantes de Zaragoza, abasteciendo a la ciudad con todo lo necesario hasta mediados del siglo XX.
Su desarrollo comenzó en los años 50, con las primeras viviendas surgiendo alrededor de la calle Rusiñol y el Hogar Obrero. Los terrenos pertenecían al vizconde de Escoriaza, cuyos descendientes, propietarios de los tranvías, trazaron una línea que aún hoy marca uno de los límites del barrio. En esa época, los pisos del Grupo Girón acogieron a una población obrera y joven procedente de localidades de la provincia de Zaragoza y del Bajo Aragón.
En 1959, Julián Matute, un sacerdote riojano, junto con once religiosas, inició un proyecto educativo en Las Fuentes. La Obra Diocesana Santo Domingo de Silos facilitó la escolarización de más de 30.000 niños.
Actualmente, Las Fuentes es considerado un barrio envejecido con una alta densidad de construcción. Sus límites están claramente definidos por importantes arterias de la ciudad: el eje norte-sur del Paseo Echegaray y Caballero al norte, y Cesáreo Alierta al sur. Además, está delimitado al oeste por el Camino de las Torres y al este por el Tercer Cinturón de la ciudad.
Entre sus destacados edificios, sobresale el antiguo matadero municipal, transformado en el Centro Cívico Salvador Allende. También destaca el Palacio de Larrinaga, actualmente sede del archivo documental de Ibercaja, un magnífico ejemplo de arquitectura ecléctica aragonesa. Además, la fábrica Giesa y la estación de Utrillas son otros ejemplos emblemáticos de la zona.
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