Montañana, un encantador pueblo situado en la comarca de la Ribagorza en Huesca, es un verdadero tesoro del Pirineo aragonés que, tras años de abandono, está recuperando poco a poco su esplendor medieval.
Con una riqueza arquitectónica que le ha valido los títulos de Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural, esta villa invita a los visitantes a recorrer sus calles empedradas y a admirar su fascinante patrimonio.
En sus años de mayor esplendor, durante la Edad Media, Montañana fue un importante enclave del condado de Ribagorza y posteriormente del Reino de Aragón. De esa época provienen algunos de sus monumentos más emblemáticos, como las murallas, la iglesia de Santa María de Baldós, y la ermita de San Juan. Hoy en día, los restos de estos y otros edificios se pueden explorar, permitiendo a los visitantes un auténtico viaje al pasado.
Tras un período de decadencia y abandono en el siglo XX, debido a la falta de inversión en infraestructuras básicas como agua y luz, Montañana experimentó un proceso de despoblación que llevó al deterioro de sus edificios y al silencio de sus calles. Sin embargo, desde finales del siglo XX, el pueblo ha sido objeto de un ambicioso plan de restauración impulsado por el Gobierno de Aragón y la Fundación Montañana Medieval, que ha trabajado incansablemente para devolver a la localidad su antiguo esplendor.
Gracias a este esfuerzo, Montañana ha visto cómo se recuperaban y restauraban muchos de sus monumentos históricos. Entre ellos, destacan la Torre de la Mora, que estuvo a punto de desplomarse tras ser alcanzada por un rayo, así como otras torres, el puente medieval de doble arcada sobre el río Noguera Ribagorzana, el Ayuntamiento y varias viviendas tradicionales, como Casa Roseta y la Casa Museo. Además, la iglesia de Santa María de Baldós, ubicada en lo alto del pueblo, ha sido restaurada cuidadosamente, recuperando su bóveda medieval y sus frescos góticos del siglo XIV.
La historia de Montañana no solo se puede descubrir a través de sus monumentos, sino también participando en las visitas guiadas organizadas por la oficina de turismo local. Estas visitas ofrecen una visión detallada de la evolución de la villa y de las numerosas intervenciones de restauración que se han llevado a cabo. Asimismo, durante ciertas fechas, se celebran eventos como Montañana Historia Viva, una recreación histórica que transporta a los visitantes al Medievo con un rigor histórico absoluto, mostrando cómo era la vida en Montañana en aquella época.
Para los amantes de la naturaleza, Montañana ofrece rutas senderistas por su entorno, que permiten disfrutar de paisajes espectaculares y vistas impresionantes del caserío y sus alrededores. Una de las rutas más recomendadas lleva a un mirador natural desde el que se obtienen las mejores panorámicas de la villa y su entorno montañoso.
En resumen, Montañana no es solo un destino turístico, sino un lugar donde la historia y el futuro se entrelazan. Con su oferta cultural y su entorno natural privilegiado, se ha convertido en uno de los referentes del turismo en la Ribagorza Oriental, una región llena de maravillas por descubrir, como el Monasterio de Alaón, las huellas de dinosaurios de Arén y el Parque Natural de Posets-Maladeta en el término municipal de Montanuy. Quien no haya visitado Montañana o cualquiera de estos lugares, debería planear una escapada a esta encantadora zona de Huesca.
También te puede interesar: