Qué ver en Zaragoza: cosas que no te puedes perder
Lugares que ver en Zaragoza imprescindibles

Lugares que ver en Zaragoza imprescindibles

Esta lista de los mejores lugares que ver en la ciudad de Zaragoza te ayudará a no perderte nada de la capital de Aragón y que te estamos seguros, superará todas tus expectativas.

 

Basílica del Pilar

Vista desde el mirador de la Torre San Francisco de Borja
Vista desde el mirador de la Torre San Francisco de Borja

La Basílica del Pilar es el edificio más representativo de Zaragoza, el templo barroco más grande de España, uno de los centros de peregrinación más importantes del país y un centro artístico de primer orden que reúne obras de gran valor de diferentes épocas, especialmente los frescos pintados por Francisco de Goya. Según la tradición en este lugar se apareció la Virgen en el año 40 d. C. sobre una columna de jaspe, conocida popularmente como «el pilar», de ahí su nombre.

Después de ver su imponente exterior con hasta once cúpulas con tejas vidriadas de colores, merece la pena entrar en su interior para ver el Retablo del altar mayor, el coro, el humilladero, las pinturas al fresco de Francisco de Goya y sobre todo, la Santa Capilla que alberga la talla de madera de la Virgen.

Mucha gente lo sabe, pero por tan solo 3 euros se puede disfrutar de las mejores vistas de Zaragoza desde el mirador de una de las cuatro torres de la Basílica de Pilar. Es la torre San Francisco de Borja, que abre todos los días de 10 a 14 horas y de 16 a 18 horas; excepto en los meses de verano que se prolonga su apertura en dos horas más. Se accede desde fuera de la basílica, por la Ribera del Ebro en la esquina con la Calle Florencio Jardiel.

 

Plaza del Pilar

Plaza del Pilar en Zaragoza
La Plaza del Pilar

Visitar Zaragoza y no pasear por la Plaza del Pilar, sería como visitar París y no ver la Torre Eiffel.

Recorrer esta mítica plaza es actividad obligada en Zaragoza y una experiencia que no te puedes perder. Ningún viaje a Zaragoza está completo sin un paseo por la Plaza del Pilar. Es el símbolo más universal de una ciudad con veinte siglos de historia.

Además de concentrar importantes edificios relacionados con la vida civil, cultural y religiosa de la ciudad, es su principal foco turístico y el epicentro de la mayor parte de las festividades que se celebran en Zaragoza, desde San Valero, patrón de la ciudad, a las Fiestas del Pilar o la Navidad.

La Plaza del Pilar es perfecta para tomar algo en alguna de sus terrazas y observar alguno de sus edificios históricos como la Iglesia de San Juan de los Panetes, la Lonja y el Ayuntamiento.

Entre los monumentos más bonitos de la plaza se encuentran el dedicado a Francisco de Goya, que pasó una parte de su vida en la ciudad, la figura de la Bola del Mundo realizada en honor al Descubrimiento de América y la Fuente de la Hispanidad, que tiene un mapa de las Américas.

 

La Seo

La Catedral de San Salvador o La Seo
La Catedral de San Salvador o La Seo

La Seo de San Salvador es uno de los monumentos más importantes de Aragón por ser ejemplo de la fusión de estilos artísticos y la primera catedral cristiana de Zaragoza. Ha sido sede de sínodos, concilios y las más relevantes ceremonias relacionadas con la Corona de Aragón. De hecho, la catedral zaragozana era el lugar en el que se celebraba la coronación de los nuevos Reyes de Aragón.

Construida en el siglo XII sobre el antiguo foro romano y la mezquita aljama, este templo te maravillará por las excelentes muestras de arte gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico. En el exterior puedes ver el impresionante cimborrio mudéjar de la Capilla de San Miguel Arcángel, la fachada neoclásica, la torre barroca del siglo XVII y el muro exterior de la Parroquieta, mientras que su interior no te puedes perder el retablo mayor gótico, la Parroquieta, la Sacristía mayor, el coro, el trascoro y el órgano.

Antes de terminar la visita de la iglesia te recomendamos pasarte por el Museo de Tapices, que muestra una de las mejores colecciones del mundo de tapices flamencos de los siglos XV, XVI y XVII.

Arco del Deán

El Arco del Dean de Zaragoza
El Arco del Deán

Justo detrás de la Catedral de la Seo y cerca de la Plaza de Santa Marta, desde la que tendrás vistas a la Torre de la Seo, se encuentran el Arco y la Casa del Deán

Es un lugar con un encanto especial, uno de esos rincones de Zaragoza a los que siempre llevamos a nuestros invitados de fuera.

Fue construida en el siglo XIII, siguiendo el modelo de casón medieval aragonés, y sirvió de residencia al Deán. Para comunicarla con el templo, éste ordenó en 1293 la construcción de una estructura de unión, el Arco del Deán.

Un deán vendría a ser algo así como el segundo de a bordo dentro del organigrama diocesano. Por encima de él queda el obispo o el arzobispo, en el caso de Zaragoza. Su trabajo consiste en coordinar la intendencia, las cuentas y el personal de una catedral.

Desafortunadamente, no es visitable, así que tendremos que conformarnos con disfrutarla desde el exterior.

 

Casco Antiguo

Las mejores vistas del Mercado Central y las murallas romanas de Caesaraugusta las puedes divisar desde el mirador del Torreón de la Zuda

El Casco Antiguo de Zaragoza es un lugar imprescindible para visitar. En él encontrarás restos romanos, muestras del mudéjar aragonés y antiguos edificios medievales. Una ruta por sus calles puede empezar acercándote a la parte trasera de la Iglesia de San Juan de los Panetes para ver la antigua muralla romana y el Torreón de la Zuda, antigua torre del alcázar musulmán y actual Oficina de Turismo, donde puedes subir de forma gratuita a su mirador.

Al salir del mirador, camina unos metros por la Calle Alfonso I. Si echas la vista atrás, podrás disfrutar de una excelente perspectiva de la Basílica del Pilar. Continúa hasta llegar a la Plaza de San Felipe, que está rodeada de varios palacios renacentistas y la Iglesia de San Felipe.

La siguiente parada será en la Plaza de España, donde encontrarás el Palacio de la Diputación, la sede del Banco de España y el Monumento a los Mártires, dedicado a aquellos que perdieron la vida durante la Guerra de la Independencia.

Desde aquí puedes recorrer un tramo de la Calle del Coso, una de las más antiguas de la ciudad, para después ir pasando por lugares como la Plaza San Pedro Nolasco en la que se encuentra el Teatro de Caesaraugusta o la Iglesia de la Magdalena que destaca por su torre mudéjar.

 

Museo Goya

El Museo Goya de Zaragoza
El Museo Goya de Zaragoza

La misión del Museo Goya es sumergirnos en el mundo del pintor aragonés Francisco de Goya, en sus pensamientos y en su manera de ver la pintura y reflejar la realidad a través de ella. Se encuentra ubicado en la calle de Espoz y Mina, 23, en una de las más bellas edificaciones del Renacimiento zaragozano.

En la actualidad, el museo alberga más de 500 piezas. Entre ellas destacan 25 obras de Francisco de Goya: 24 pinturas y un dibujo, además de las cinco grandes series de grabados que realizó entre 1778 y 1825. De hecho, el museo es el segundo de España (tras el Prado) con más obra de Goya.

Los fondos del Museo Goya provienen en su mayoría del legado del ilustre profesor, crítico y coleccionista zaragozano José Camón Aznar. Además, desde 2015, el museo ha incorporado nuevas adquisiciones procedentes de Ibercaja y de la Real Sociedad Económica de Amigos del País.

 

El Tubo de Zaragoza

El Tubo de Zaragoza
El Tubo de Zaragoza

Hablar de Zaragoza es hacerlo (con permiso de El Pilar) de su barrio de tapas por excelencia: El Tubo, apenas un par de manzanas en el Casco Histórico, cuyas angostas callejuelas albergan multitud de bares.

Cuatro de Agosto, Estébanes, Mártires, Libertad, Ossau, Pino, Blasón Aragonés o Cinegio son solo algunos de los nombres de las calles que conforman El Tubo, la quintaesencia del tapeo zaragozano.

Dicen que no hay mejor manera de conquistar a una persona que saciando su apetito y eso el Tubo lo hace a la perfección, ofreciendo a sus comensales el mejor repertorio de cocina en miniatura de la ciudad. Tapear por estas calles es, sin duda, uno de los mejores planes que se pueden hacer en Zaragoza a la hora del almuerzo o de la cena.

Hay mil posibilidades, pero deben probarse los champiñones con aceite, ajo y perejil de El Champi, las croquetas de Doña Casta, las migas de diseño de La Miguería, las anchoas en salmuera de Bodegas Almau, el espectacular Cave Ovum de El Méli del Tubo, la tostada de solomillo del Bula del Tubo, las pochas de Tudela de Casa Lac y cualquiera de las tapas de inspiración taurina de Los Victorinos.

 

Zaragoza Romana

Museo del Teatro Romano de Caesaraugusta de Zaragoza
Museo del Teatro Romano de Caesaraugusta

Zaragoza es una ciudad con una rica historia de más de 2000 años. Para conocer sus orígenes nos tenemos que remontar al año 14 antes de cristo, cuando el emperador César Augusto decidió fundar una nueva ciudad en la confluencia de los ríos Ebro, GállegoHuerva, enclave privilegiado donde ya existía el asentamiento íbero de Salduie.

Aconsejamos empezar la ruta en el Museo del Foro de Caesaraugusta, situado en la Plaza de la Seo y que alberga los restos del Foro y las cloacas en el que cada hora se proyecta un audiovisual de 15 minutos explicando la historia de los romanos en la ciudad, que te servirá como una perfecta introducción a la visita de Zaragoza.

A pocos pasos se encuentra el Museo del Puerto Fluvial, situado en la margen derecha del Ebro y que fue muy importante en la época romana para el comercio de mercancías. Seguimos la ruta en el Museo de las Termas Públicas, un antiguo complejo que lo utilizaban los romanos para relajarse a través de los baños fríos y calientes, y también para socializar y hacer negocios.

Y para finalizar, nada mejor que el Museo del Teatro, nuestro favorito, en el que puedes ver las gradas del antiguo teatro del siglo I d. C. que tenía una capacidad para 6000 espectadores y otros interesantes restos.

 

Puente de Piedra

El Puente de Piedra de Zaragoza
El Puente de Piedra

El Puente de Piedra es el más antiguo que cruza el río Ebro y sus orígenes se remontan a la fundación de la ciudad, hace 2.000 años.

Tiene, aproximadamente, 230 metros de largo que, con buen tiempo, son un placer para la vista, pero si sopla el cierzo… Si ruge el viento desde el Moncayo, hay que ser valientes y cruzar. Si hay un lugar para descubrir el carácter del cierzo, es este.

El Puente de Piedra se levanta con la ayuda de ocho arcos, aunque uno de ellos, el más próximo al Casco Viejo, hace años que quedó enterrado bajo el paseo Echegaray y Caballero, junto a la Lonja.

En el lugar donde se encuentra el Puente de Piedra, ya existía uno en la época romana. Coincidía con la prolongación del Cardo Maximus (actual Calle Jaime I), frente a una de las puertas principales de la ciudad y servía tanto de puente como de acueducto.

Todo buen zaragozano que se precie conoce bien las maravillosas vistas desde la ribera del Ebro, justo al lado del Puente de Piedra y de los restos del antiguo Convento de San Lázaro. Desde su pequeño mirador podréis ver alucinantes vistas presididas por el Pilar.

La puesta de sol es un momento muy especial del día en el que el cielo experimenta un precioso cambio de color, que comienza cuando una débil luz amarilla se proyecta en las fachadas del Pilar y la Lonja.

Mercado Central

Mercado Central de Zaragoza
Mercado Central de Zaragoza

El Mercado Central o de Lanuza, diseñado por el arquitecto aragonés Félix Navarro Pérez en 1895, es otro de los lugares que visitar en Zaragoza imprescindibles. Inspirado en el centro comercial parisino Les Halles, este fantástico edifico rectangular de hierro y cristal sustituyó el antiguo mercado al aire libre que se realizaba en esta plaza y se ha convertido con el paso del tiempo, en otro de los reclamos turísticos de la ciudad.

Enclavado en el corazón del Casco Antiguo de Zaragoza, al pie de la línea del tranvía, junto a los restos de las murallas romanas y al lado de la Plaza del Pilar, es el mercado más impresionante y fascinante de Zaragoza y uno de los pioneros en la nueva tendencia de reconvertir los mercados tradicionales en centros ‘gourmet’.

Y es ideal para ver cómo comemos los zaragozanos, perdiéndose por sus pasillos para ver los puestos de carne, pescados, o de las frutas y hortalizas que llegan desde la huerta aragonesa.

 

Palacio de la Aljafería

Palacio de la Aljafería en Zaragoza
Palacio de la Aljafería

En sus más de mil años de existencia los muros del Castillo de la Aljafería han sido testigos de la historia de Aragón y por sus patios y salones todavía se susurran los cuentos y leyendas que contaban los trovadores a reyes y reinas.

La Aljafería se contruyó en el siglo XI, un tiempo en el que Saraqosta, conocida como Medina Albaida (la ciudad blanca), era la capital de uno de los reinos taifas musulmanes más poderosos de la Peninsula Ibérica, cuyas fronteras llegaban hasta el mar Mediterráneo.

Su importancia radica en que es el único testimonio conservado de un gran edificio de la arquitectura islámica hispana de la época de las taifas.

Reinaba el monarca Abu Yafar Ahmad ibn Sulayman (Al-Muqtadir), un apasionado de las matemáticas y la astronomía.

Después de la conquista de Zaragoza en 1118 por Alfonso I se reformó y pasó a ser la residencia de los reyes cristianos de Aragón.

En el interior del palacio encontrarás los típicos arcos de herradura de estilo árabe y rincones con encanto como la Torre del Trovador, el Salón Dorado, la mezquita, el patio de Santa Isabel, el Salón del Trono, la iglesia de San Martín y el Palacio mudéjar.

Patio de la Infanta

El Patio de la Infanta de Zaragoza
El Patio de la Infanta

En el interior de la sede central del grupo bancario Ibercaja, un moderno edificio de cristal situado justo al lado la plaza Basilio Paraíso, se encuentra una de las obras maestras del Renacimiento aragonés, el Patio de la Infanta.

Es una de esas joyas que podrían haberse perdido varias veces a lo largo de la historia, pero que milagrosamente consiguieron subsistir al paso de los siglos.

Este patio interior que pertenecía al palacio residencia de Gabriel Zaporta, un importante comerciante y banquero de origen judío, está formado por dos pisos y una galería superior soportada por columnas, decorados con ocho tapices del siglo XV al XVII de la colección Ibercaja, elaborados sobre cartones de Rubens, Jordaens o Gaspard van der Bruggen.

 

Parque Grande José Antonio Labordeta

Parque Grande José Antonio Labordeta de Zaragoza
Parque Grande José Antonio Labordeta

El Parque Grande José Antonio Labordeta, el pulmón más grande y conocido de la ciudad, es otro de los lugares que ver en Zaragoza más bonitos. Actualmente, se trata de una de las zonas verdes más utilizadas por los ciudadanos para salir a correr, montar en barca, celebrar picnics o pasear a sus mascotas.

El tren chuchú, las fuentes, el Cabezo Buenavista, el Batallador, el Jardín Botánico, el Rincón de Goya, el Jardín de Invierno, la Rosaleda, el Quiosco de la Música, las terrazas… el Parque Grande forma parte imborrable de la memoria colectiva de los zaragozanos.

La gran mayoría de niños de Zaragoza hemos dado aquí nuestras primeras pedaladas. Casi siempre en compañía de nuestros abuelos, que pagaban con gusto el alquiler de una bici. Las escenas de nietos abusando de la bondad de los yayos siguen siendo habituales y también los quioscos de alquiler permanecen abiertos. Todavía prestan sus bicicletas, pero se han especializado en tener vehículos de lo más curiosos: tándems, triciclos, cuatriciclos con sombrilla, cochecitos a pedales…

 

Iglesia de San Pablo

Iglesia de San Pablo de noche
Iglesia de San Pablo

Alfonso I el Batallador conquistó la Zaragoza musulmana en el año 1118 y al poco tiempo la devoción popular construyó más allá de las murallas de la ciudad una modesta ermita románica dedicada a San Blas.

La pasión por aquel eremitorio creció durante todo el siglo XII, pese a que no era fácil llegar. Poco a poco, algunos zaragozanos se asentaron en la zona y erigiendo allí sus viviendas extramuros. Durante la Edad Media el barrio de San Pablo llegó a tener casi tantos habitantes como el antiguo centro amurallado. Por esta razón, en 1284 se vio necesario derruir la antigua ermita y construir la iglesia de San Pablo, un nuevo templo de mayor tamaño.

Es un templo notable, fragmentado, construido en sucesivas etapas, cuya traza inicial del siglo XIV seguía la estructura típica de nave única, dividida en cuatro tramos, con capillas abiertas entre los contrafuertes y cabecera poligonal de cinco lados. De su primera época es también su magnífica torre octogonal de ladrillo situada a los pies que deriva de la estructura del alminar almohade y que se puede considerar como uno de los hitos más señalados de la arquitectura Mudéjar zaragozana.

 

La Expo Zaragoza 2008

El legado de la Exposición Internacional del año 2008 en Zaragoza
Edificios de la Exposición Internacional de 2008

Zaragoza es una ciudad moderna, con excelentes infraestructuras que acogió la Exposición Internacional del año 2008 bajo el lema “Agua y Desarrollo Sostenible”. Durante noventa y tres días, la capital del Ebro atrajo más de seis millones de personas y varios cientos de representantes internacionales de más de cien países.

La celebración de la Exposición Internacional de 2008 hizo posible la recuperación de las riberas del Ebro, así como sus aceras, avenidas y puentes. También transformó el meandro de Ranillas en el Parque del Agua, que constituye la mayor zona verde de Zaragoza. Un lifting que situó a Zaragoza a la vanguardia de las capitales españolas.

Además, la Expo Zaragoza 2008 dejó en nuestra ciudad un legado de edificios y construcciones de arquitectura de vanguardia. En la actualidad, el grueso de los pabellones de la Expo se han reconvertido en la Ciudad de la Justicia, en zona empresarial y en sedes como la de la Seguridad Social o la Consejeria de Educación. El Palacio de Congresos da también vida a esta zona, al igual que el Acuario, la Pasarela del Voluntariado, el Puente del Tercer Milenio o el Frente fluvial.

 

Museo Pablo Gargallo

El Museo Pablo Gargallo en la Plaza San Felipe
El Museo Pablo Gargallo

El Museo Pablo Gargallo se ubica en el Palacio de Argillo, precioso edificio que data de 1661 y que posee las características de la arquitectura civil de la nobleza aragonesa en la transición del modelo renacentista al barroco. En su patio y salas se descubre la figura de este escultor que compartió aventuras creativas con Picasso, Greta Garbo o Kiki de Montparnasse.

Recorriendo sus pasillos podemos comprobar cuán grande era la predilección de Gargallo por la anatomía humana. Vanguardista de pro, el escultor centró su obra en el reconocimiento de las formas del cuerpo humano realizando esculturas con láminas y planchas de metal. Inspirándose, además en el cubismo, sorprenden muchas de sus obras en la que, a veces, en las zonas donde debería haber un músculo o un hueso no hay nada, solo un hueco vacío.

Actualmente las colecciones del museo cuentan con piezas pertenecientes a todas las épocas y todas las tendencias de la producción de Gargallo, estando también representadas casi todas las temáticas que fueron objeto de sus trabajos y la mayor parte de los materiales y técnicas que utilizó para la ejecución de los mismos.

 

La Lonja

La Lonja de Zaragoza
La Lonja

 

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