El pasado del barrio de Casablanca está estrechamente ligado con el Canal Imperial de Aragón. Con la llegada de agua al sur de Zaragoza, comenzaron a surgir torres y casas rodeadas de campos de cultivo.
A lo largo de muchas décadas, el barrio se mantuvo apartado del centro urbano y fue considerado rural hasta principios del siglo XXI. A pesar de esto, el barrio experimentó un constante crecimiento y desarrollo.
Hoy en día, Casablanca mantiene una atmósfera de comunidad donde casi todos se conocen. Quienes han vivido allí mucho tiempo, sienten que dejar el barrio sería difícil por ser un lugar cómodo para vivir.