Etopia Centro de Arte y Tecnología acoge el proyecto expositivo y cultural ‘Consolas, democratizar la imagen digital 1972-2003‘, la mayor exposición realizada en España sobre la historia de las consolas y la imagen digital.
En la muestra se exhibe una impresionante colección con más de cien consolas, siendo cada una de ellas la muestra de su propio contexto determinado (tecnológico, económico, social, artístico, cultural, ideológico…).
El visitante puede descubrir el origen militar de la imagen digital y su evolución posterior a través de hitos tecnológicos, científicos y artísticos que preceden a la creación de los videojuegos. Etopia presenta un viaje cronológico por la arqueología de la imagen digital y aborda los orígenes y primeras experiencias artísticas y científicas, hasta la aparición de las consolas, cuya democratización irrumpió en el mercado en 1972.
Hablamos con Abraham San Pedro, comisario de la exposición, para que nos explique toda esta pasión por las consolas con más detalle:
¿Qué te ha atraido tanto del mundo de las consolas como para montar una exposición?
Pura casualidad. Yo soy comisario de arte y toda mi vida he estado relacionado con el mundo del arte. Siempre me ha interesado la relación entre el arte, la ciencia y la tecnología, pero su parte más industrial y de ocio, como es el producto seriado del videojuego, nunca había entrado en mi ámbito de trabajo.
Yo estaba preparando una macro exposición, que se va a hacer ahora en París, sobre los orígenes de la imagen digital.
Investigando, me topé con la relevancia y trascendencia que los videojuegos y consolas habían tenido en el nacimiento y desarrollo de la imagen digital.
Como buen coordinador de exposiciones, busqué colecciones de consolas en alquiler, pensando en la producción de la futura muestra. Descubrí que no había nada para alquilar, y empecé a comprar consola por aquí y consola por allá.
Y cuando me di cuenta tenía la colección. Y pensé, ahora quiero que sea una muy buena colección. Y entonces me compré las piezas incunables, a precios muy obscenos. Las malas, las clones y las réplicas no las necesito, pero las buenas, las claves, están todas, no falta una.
Cuando me encontré con la colección, me dije, esta colección en sí misma, ya cuenta algo. A partir de ahí creé el discurso: que el videojuego y la consola está inscrito en el nacimiento y desarrollo de la imagen digital. Y entonces se generó la exposición, pero como os he contado, de forma casual.
¿Crees que desde el mundo del arte, el entretenimiento está valorado como se merece?
Las exposiciones que se han hecho hasta ahora en los grandes museos europeos sobre videojuegos han sido sobre ‘art games‘, videojuegos que pretenden ser esteticistas, es decir, que su objetivo no es vender unidades, sino ser artísticos y bellos, o de artistas, que utilizan la sintaxis y la gramática del videojuego para hacer obras de arte.
Pero el videojuego ‘raw‘ (crudo), el de verdad, el que se vende, por ejemplo Mario Bros, ese nadie, hasta día de hoy, lo ha colocado, como he hecho yo, al mismo nivel que otros videojuegos considerados obras de arte. Nadie lo ha hecho antes porque ese tipo de videojuego está discriminado.
Del mismo modo que el arte digital, hasta los años 90, no era considerado más que mal arte o un absurdo de la ingeniería, el videojuego ha sido minusvalorado como producto audiovisual. Se le considera un hijo bastardo, que no tiene entidad ni calidad. Sin embargo, el videojuego, además de mover mucho más dinero que otras artes, tiene entidad, tanto conceptual, como ideológica y estética.
Espero que esta exposición sirva para dar un paso hacia adelante en la integración del videojuego como manifestación cultural de nuestro tiempo.
¿Los videojuegos son un reflejo de la época?
Claro, y además estamos ‘gamificados’, desde el lenguaje directivo, hasta las aplicaciones del diseño de software, la estructura sintáctica y gramátical del lenguaje del videojuego lo ha impregnado todo. Y no solo lo ha impregando todo, sino que también se ha apoderado por completo de la cultura.
¿Cual es tu opinión de todo lo ‘retro’ que ha vuelto recientemente a la cultura popular? ¿por qué funciona?
Yo creo que porque todos tenemos complejo de ‘Peter Pan‘. Yo el primero. He pagado fortunas por los libritos de Flash Gordon que tenía cuando era pequeño, y que he comprado de mayor, porque los de pequeño los perdí.
Y el gusto por lo ‘retro’, creo que tiene mucho que ver con el desapego y la incertidumbre del momento actual. Es decir, cuando el mundo cambia a la velocidad que está cambiando (fijaros como estamos haciendo la entrevista: separados, con mascarillas y un gel desinfectante en medio de la mesa) nos gusta echar mano de lo conocido, de lo reconfortante, de lo cálido y del recuerdo.
Esta podría ser la explicación de que Mario Bros siga funcionando, y de que el ‘8-bit’ y el ‘pixel art‘ estén en su mejor momento.
De todas las máquinas que tienes, ¿cuál es tu joya de la corona?
Tengo una favorita, la Vectrex, la única consola vectorial de la historia, lanzada al mercado en el año 1982.
Es la única a la que he jugado en mi vida. No es la más revolucionaria ni la más cara, pero si es la más rara, la única consola que no está basada en pixeles.
La conseguí por un precio impúdico, porque la quería sin un solo rasguño. La encendí para comprobar por qué la gente era tan fanática de esta consola. Jugué y si, todo era muy bello, pero a los dos minutos era más de lo mismo.
¿Cuál ha sido la que más te ha costado conseguir?
El Robot de la Famicom, un accesorio creado en 1984 por Nintendo para la consola Nintendo Entertainment System. Me ha costado más de tres años en subastas japonesas.
A principios de los años 80 casi todos los videojuegos y consolas son japoneses, y en Japón hay un problema, Ebay está prohibido. Ellos utilizan Yahoo Auction y tú como extrajero no puedes entrar y pujar en sus subastas.
Para poder comprar ciertas cosas he tenido que hacer verdaderas virguerías legales, como registrarme como ciudadano japonés.
¿Qué es lo que te parece más interesante del videojuego actual?
Me gustaría que no siguiera por donde va ahora. Es muy violento, oscuro y pesimista y ve al hombre de un modo muy negativo. De los videojuegos que se hacen hoy en día, son pocas las excepciones que no tienen una versión apocalíptica del mundo, basada en la violencia y no en la competición, sino en la aniquilación del otro.
Las productoras ‘majors’ ofrecen cosas que pedagógicamente y culturalmente dicen poco bueno del ser humano.
Os invito a que cuando visitéis la exposición, observéis un pequeño mural de imágenes en las que se ve la evolución de la imagen digital, desde el primer videojuego y hasta principios de los años 2000. De un modo intuitivo, podéis ver la evolución, no solamente tecnológica, sino también la del mensaje y la del color, y como poco a poco pasa, de un optimismo alegre en los inicios, a un oscurantismo tremendo en la actualidad.
La exposición ‘Consolas, democratizar la imagen digital 1972-2003‘ se podrá visitar hasta el 30 de enero de 2021 en Etopia (Avenida Ciudad de Soria 8, acceso por Avenida Autonomía 7, de lunes a viernes, de 10 a 14 y de 17 a 21 h, sábados de 10 a 14 y de 17 a 21 h y domingos de 10 a 14 y de 17 a 21 h).