Bar Bonanza

En el número 4 de la calle Refugio se encuentra uno de los bares más emblemáticos de Zaragoza, el Bonanza. Su discreto letrero en la fachada catalogada puede pasar desapercibido para los viandantes, pero al cruzar la puerta, uno se transporta a la Zaragoza de 1972, retrocediendo 50 años en la historia.

El Bonanza fue un punto de encuentro emblemático para artistas y literatos durante las décadas de 1960 y 1980. Su estilo bohemio aún impregna cada rincón del local.

Manolo García Maya, el camarero y artista más popular que ha tenido Zaragoza en el último medio siglo, dejó su huella como pintor impresionista y su espíritu alegre y desenfadado.

Aunque Manolo falleció hace unos años, su presencia sigue viva en el bar: sus pinturas y las de sus amigos como Ángel Aransay o Mariano Viejo, el caballito del tío vivo, las fotos eróticas, el trillo que compró en el rastro, y el cuadro ‘El cuarto estado’ de Giuseppe Pellizza.

La clientela ha cambiado con el tiempo, pero el espíritu artístico permanece, atrayendo a nuevas generaciones de jóvenes artistas.

La carta del Bonanza sigue siendo la misma de hace 50 años, sin cambios ni en la forma ni en el fondo. Todavía se pueden disfrutar de las tortillas de jamón, queso, morcilla, escabeche y longaniza con pan con tomate.

Entre las raciones, sigue llamando la atención el plato de verdura (jamón, queso, chorizo y salchichón), que Manolo instauró con ironía como la ración más icónica del Bonanza.

En cuanto a las ensaladas, solo hay una, pero elaborada con excelentes materias primas: tomate, olivas, escabeche y boquerones.

Dirección: Calle Refugio, 4

 

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