En Villanúa, un presioso pueblo en el valle del Aragón, se encuentra la fascinante Cueva de las Güixas («de las brujas»), un sitio cargado de historia, naturaleza y leyendas. Esta cueva subterránea, esculpida pacientemente durante más de 25.000 años por el agua en el Pirineo aragonés, promete a sus visitantes una experiencia que mezcla el atractivo espeleológico con el misterio de sus antiguos habitantes.
El recorrido hacia la cueva inicia en el Centro de Interpretación Subterránea, donde una introducción detallada prepara a los visitantes para lo que van a encontrar en su interior. Desde allí, un corto paseo por el Camino de Santiago, que desciende desde el Somport hacia Jaca siguiendo el curso del río Aragón, lleva hasta la entrada de esta maravilla natural. Es importante llevar calzado cómodo y una prenda de abrigo, ya que la cueva mantiene una temperatura baja incluso en verano.
Una vez dentro, la Cueva de las Güixas sumerge a los visitantes en un mundo ancestral. Formada durante la Era Cuaternaria, esta gruta bajo el pico Collarada, el más alto de la Jacetania, alberga impresionantes formaciones de estalactitas y estalagmitas. Además de su belleza natural, la cueva fue refugio de las primeras comunidades humanas en la región desde el Neolítico, como lo demuestran vestigios que se remontan a más de 5.000 años y restos de la época romana.
Pero más allá de su interés natural y arqueológico, la cueva posee una historia oscura ligada a las leyendas locales. Desde el siglo XV hasta el XVIII, fue un escenario de rituales y aquelarres, según documentos antiguos y tradiciones orales. En este lugar se reunían mujeres como Guirandana de Lay, acusadas de brujería, quienes en realidad eran sanadoras que conocían las propiedades de plantas y minerales. Estas mujeres fueron víctimas de la ignorancia y el miedo de una época que no entendía su profundo conocimiento de la naturaleza.
Un atractivo adicional de la cueva es una chimenea natural que conecta la gruta con el exterior. Esta abertura, creada por el hundimiento del terreno, permite la entrada de luz y también de una colonia de murciélagos que actualmente habita el lugar. Aunque rodeados de supersticiones, estos mamíferos voladores desempeñan un papel crucial en el equilibrio ecológico, ayudando a controlar plagas, polinizar plantas y dispersar semillas.
Las visitas guiadas a la Cueva de las Güixas son una excelente oportunidad para sumergirse en este mundo subterráneo y aprender sobre su geología, su uso histórico y las leyendas de brujas que aún perduran en el imaginario popular. En definitiva, esta excursión en Villanúa es ideal para quienes buscan un plan que combine naturaleza, historia y misticismo. No pierdas la oportunidad de conocer este enclave único del Pirineo aragonés, donde cada rincón narra una historia y cada paso revela el fascinante encuentro entre realidad y leyenda.