Graus, conocida como la puerta de la comarca de la Ribagorza, es un destino lleno de historia y encanto, situado en la confluencia de los ríos Ésera e Isábena. Este pintoresco pueblo, además de ser un paso obligado para quienes se dirigen a lugares como la estación de esquí de Cerler, Castejón de Sos para hacer parapente, o la catedral de Roda de Isábena, merece ser explorado con calma para descubrir sus múltiples atractivos.
Uno de los puntos de interés más destacados al adentrarse en el casco histórico de Graus es el monumento a Joaquín Costa, un influyente político y pensador que decidió retirarse en esta villa hasta su fallecimiento en 1911. Su legado aún perdura en Graus, donde su casa se mantiene como testimonio de sus últimos días.
Sin duda, el corazón de Graus es su Plaza Mayor o Plaza de España, considerada una de las más hermosas de la provincia de Huesca. Rodeada de soportales y con edificios de gran valor arquitectónico, como el Ayuntamiento, construido en estilo renacentista aragonés, y las coloridas Casas Barón y Heredia, la plaza ofrece un conjunto armónico que captura la esencia de la capital ribagorzana. También se destacan otras construcciones de interés, como la Casa Bardaxí y el Palacio de Don Rodrigo Mur, así como las Casas Fantón, Oliván, Oncino y Solano, que reflejan la rica historia de la localidad.
Además de su arquitectura, Graus cuenta con un importante patrimonio religioso. La iglesia parroquial de San Miguel, con elementos románicos y barrocos, alberga una venerada imagen de Cristo donada por San Vicente Ferrer en el siglo XV. No lejos del casco antiguo, se alza la Basílica de la Virgen de la Peña, un monumento icónico desde el cual se obtienen impresionantes vistas del entorno desde su claustro.
Este santuario también es el hogar del Museo de los Iconos, que exhibe una notable colección de arte religioso de diversas tradiciones iconográficas de Oriente y Occidente, con piezas provenientes de Rusia, Grecia, Chipre y otros países.
Graus es también un lugar vibrante en cuanto a festividades y tradiciones. La Mojiganga, una representación satírica de la vida cotidiana, es parte central de las fiestas patronales en honor al Santo Cristo y San Vicente Ferrer, celebradas en septiembre y declaradas de Interés Turístico Nacional. La villa también es famosa por su Fiesta de la Longaniza, que celebra este producto local con eventos que han alcanzado el reconocimiento del libro Guinness de los récords por la longaniza más grande del mundo.
Por último, para quienes buscan tranquilidad y espiritualidad, a solo 10 kilómetros de Graus se encuentra el templo budista Shang Kagyu, en Panillo, un lugar ideal para disfrutar de paz y sosiego, abierto tanto a curiosos como a quienes buscan una experiencia más profunda.
En Graus, cada rincón invita a descubrir su historia, cultura y tradiciones, ofreciendo una experiencia única que combina el encanto del pasado con una vibrante vida presente.