Seiscientos noventa zaragozanos y zaragozanas están disfrutando desde septiembre de una estancia en los balnearios de la provincia gracias al programa de termalismo social de la Diputación de Zaragoza, que este año se ha recuperado tras el parón por la pandemia y que ha vuelto a ser un éxito con más de 1.400 solicitudes. Todas las plazas se han adjudicado a vecinos de los municipios de la provincia, por lo que los de la capital se han quedado en lista de espera tal y como establecían las bases.
Las 690 estancias ofertadas se desarrollan por turnos que empezaron en septiembre y continuarán hasta fin de año. Gracias a la subvención aportada por la Diputación de Zaragoza, los precios oscilan entre los 95 y los 245 euros según la duración de la estancia y el establecimiento elegido.
Podían optar a una de las plazas los pensionistas y los mayores de 60 años, así como sus acompañantes. Además, una de las novedades de esta edición es que han podido solicitar plaza las personas mayores de 55 años que tengan una patología clínica crónica específicamente vinculada a enfermedades reumatológicas, renales, respiratorias y dermatológicas.
También se ha ofrecido la posibilidad de hacer estancias cortas de cinco días además de las de nueve días que ya se ofertaban anteriormente. “La idea ha sido un éxito, hasta el punto que 419 de las 473 solicitudes recibidas desde los municipios de la provincia eran para disfrutar de una estancia corta”, explica Trébol, que recuerda que con el programa de termalismo social la DPZ persigue un doble objetivo.
Las estancias se desarrollan en el balneario Alhama de Aragón (100 plazas), el balneario de Paracuellos de Jiloca (225 plazas), el balneario La Virgen de Jaraba (215 plazas) y el balneario Termas de Pallarés de Alhama de Aragón (150 plazas). En todos los casos incluyen el alojamiento en régimen de pensión completa y en habitaciones dobles; un reconocimiento médico personalizado a la llegada y el seguimiento de los tratamientos termales (con un mínimo de tres tratamientos diarios en el caso de las estancias de cinco días y de ocho en las de nueve); y el transporte desde Calatayud hasta el balneario –que es opcional–.