Situado en un entorno privilegiado del Pirineo aragonés, el municipio de Sallent de Gállego se convierte en un destino imprescindible tanto en invierno como en verano. Conocido por su cercanía a la estación de esquí Aramón Formigal-Panticosa, la más grande de España en cuanto a kilómetros esquiables, este encantador pueblo pirenaico ofrece una amplia oferta de actividades para disfrutar de la naturaleza, el deporte, la cultura y la gastronomía.
Sallent de Gállego es famoso por su espectacular ubicación, al pie de la imponente Peña Foratata y a la orilla del embalse de Lanuza, ofreciendo una imagen única que ya impresiona antes de llegar al casco urbano. El pueblo está dividido en dos partes por el río Aguas Limpias, que se cruza a través de un pintoresco puente medieval del siglo XVI. Entre sus calles empedradas se encuentran monumentos históricos como la iglesia gótica de la Asunción, del siglo XVI, patrocinada por Juan de Lanuza, el primer Justicia de Aragón. Además, se pueden descubrir magníficas casonas infanzonas como Casa Félix, Caperán o Lorentón, y la histórica Torre de los Martón.
El turismo en Sallent de Gállego no se limita a la temporada invernal. Durante el verano, el municipio cobra vida con actividades al aire libre, como el senderismo y las rutas en bicicleta. Un paseo a pie por el sendero GR 11 conecta Sallent con el Balneario de Panticosa, mientras que otra ruta popular lleva alrededor del monte Pacino, un recorrido muy apreciado por los locales.
En el término municipal de Sallent se encuentra el pueblo de Lanuza, a orillas del embalse homónimo. Este pequeño pueblo, que resurgió tras ser abandonado para la creación del pantano, es hoy sede del Festival Pirineos Sur, un evento cultural de renombre internacional que cada verano atrae a cientos de personas para disfrutar de la música de artistas de todo el mundo. También es interesante visitar otras localidades cercanas como Escarrilla, famosa por sus opciones de alojamiento y su cascada natural, o Tramacastilla, donde se puede explorar la iglesia románica y disfrutar del barranquismo en el descenso del barranco del Gorgol.
El bosque de El Betato y las cascadas del río Escarra son algunos de los muchos parajes naturales que se pueden descubrir en los alrededores. Además, el pintoresco pueblo de Sandiniés ofrece una de las mejores vistas panorámicas del Valle de Tena desde la Punta de las Eras, convirtiéndolo en una visita obligada para los amantes de la fotografía y el senderismo.
Hacia el norte del municipio, en la frontera con Francia, se encuentra El Portalet d’Aneu, un paso histórico situado a 1.794 metros de altitud, que conecta Aragón con el Bearn francés. Esta carretera, abierta en el siglo XIX, ha sido testigo de siglos de intercambios culturales y comerciales entre ambos lados de los Pirineos.
Sin duda, Sallent de Gállego es un lugar que combina a la perfección el encanto de la montaña con una rica oferta cultural y de ocio, haciendo de este municipio pirenaico un destino ideal tanto para los amantes de la naturaleza y los deportes de invierno como para quienes buscan tranquilidad y belleza en cualquier época del año.