Barrio de Valdespartera

El barrio de Valdespartera surgió de la necesidad de expandir Zaragoza y dotar a la ciudad de viviendas sostenibles.

El proyecto de urbanización del sector 89/4, aprobado en 2002, se llevó a cabo para este propósito. El nombre del barrio se deriva de la ubicación de los terrenos en los que se encontraba el antiguo Acuartelamiento de Valdespartera, al sur de la ciudad, que abarcaba las 243 hectáreas de suelo que conforman el barrio en la actualidad.

Se considera que Valdespartera es una ecociudad porque cumple con los criterios de desarrollo sostenible, como la construcción de viviendas de coste asequibles, un urbanismo integrador y equipamientos lúdicos, deportivos y culturales. Además, la arquitectura bioclimática del barrio utiliza energías alternativas.

El desarrollo del barrio de Valdespartera se vio desde el principio como una oportunidad única para ampliar Zaragoza y completar su ordenación urbana. Al estar cerca del eje histórico norte-sur, donde se encuentran los principales ensanches del siglo XX, se integraría perfectamente al tejido existente de la ciudad.

La estructura viaria del barrio se compone de dos avenidas principales, la Avenida del Séptimo Arte (Norte-Sur) y la Avenida Casablanca (Este-Oeste), que dividen el terreno en cuatro cuadrantes de malla ortogonal.

El diseño del carril bici es una alternativa sostenible al automóvil y tiene un papel importante en la estructura viaria del barrio. Además, hay calles de tráfico compartido entre coches, peatones y ciclistas con zonas de estancias y juegos.

El tranvía también ha jugado un papel fundamental e integrador en la estructura viaria del barrio, permitiendo conectar el barrio con el centro a lo largo del eje vertebrador de la ciudad.

Cuando se planificaba este barrio de Zaragoza, alguien propuso nombrar sus calles con títulos de película. La idea fue criticada por algunos, pero finalmente se llevó a cabo. Hoy, Valdespartera es un tributo permanente al Séptimo Arte.

El abanico de películas en las placas satisface a cualquier amante del cine. Ver el plano del barrio es como preparar palomitas y disfrutar del mejor cine de todos los tiempos desde el sofá.

Hay westerns para viajar en La Diligencia o cruzar el Río Bravo. También podemos reírnos con Una noche en la ópera o bailar Con faldas y a lo loco. Nos enamoramos en Los Puentes de Madison y desenamoramos en Casablanca. Hay épicas como Ben-Hur y Espartaco y homenajes a los pioneros como La quimera del oro de Charlot, El acorazado Potemkin y El gabinete del Doctor Caligari.

El desarrollo urbanístico de este barrio tuvo una gran repercusión en su día y se considera un punto de inflexión en el urbanismo y la arquitectura sostenible de la ciudad. Este proyecto pretendió ser el inicio de futuros nuevos barrios y rehabilitaciones siguiendo estos criterios bioclimáticos.

En la actualidad, se puede observar que muchos de los equipamientos iniciales, especialmente los globales, se quedaron en oportunidades perdidas debido a las sucesivas crisis y recesiones. El campo comercial del barrio es todavía deficiente y demasiado polarizado, con amplias zonas sin actividad.

No obstante, Valdespartera ha ido ganando identidad con el paso del tiempo. Los árboles crecen, los núcleos familiares, tanto jóvenes como mayores, están aprovechando sus ventajas, y se respira un fuerte espíritu de barrio que resulta difícil de lograr.

A pesar de las críticas iniciales, que lo consideraban un barrio inhumano o fuera de escala para la gente, el tiempo está demostrando que, aunque no esté tan cerca del centro como otros lugares, tiene sus ventajas, como estar más cerca de la naturaleza.

Valdespartera es un barrio en crecimiento que aún tiene mucho potencial. Será interesante ver cómo se desarrolla y si logra convertirse en la joven microciudad que estaba destinada a ser.

 

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