La Almozara es un barrio residencial moderno que se caracteriza por sus altos edificios, grandes zonas peatonales y amplias zonas verdes. Las avenidas son relativamente pequeñas, unidireccionales y con poco tráfico rodado, lo que favorece los movimientos peatonales, el comercio local y el transporte público. Limita con la ribera del Ebro, el barrio del AVE y el Casco Antiguo.
Conocido durante buena parte del siglo XX como La Química, el nombre del barrio proviene de la zona denominada como ‘al-musara’ en la época musulmana.
En el siglo VIII, esta área era una gran explanada extramuros conocida como ‘al-musalla’ o ‘al-musara’, donde se llevaban a cabo eventos militares, religiosos y públicos, así como oraciones multitudinarias.
En aquel entonces, la zona estaba rodeada de cultivos de cereal, huertas y un extenso soto en la orilla del río Ebro. Fue a mediados del siglo XI cuando se construyó en estas tierras el Palacio de La Aljafería.
Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, estuvo al servicio del Taifa de Zaragoza durante su destierro del Reino de León y Castilla (1081-86) y solía utilizar este espacio para entrenarse junto a su contingente de tropas andalusíes y castellanas.
La Puerta de Sancho marcaba el límite de la ciudad medieval amurallada y el comienzo de la huerta de La Almozara. Era la principal salida de intramuros por el Noroeste de la ciudad. La puerta se abría dando salida por el muro de rejola al final de la calle Predicadores, en la entrada de la actual calle de Santa Lucía.
Su nombre se refería al rey de Aragón y de Navarra Sancho Ramírez. Se la menciona por primera vez en 1180 en documentos que hacían referencia a molinos cercanos a ella. También se la citará en siglos posteriores por ser por donde salían los condenados al destierro.
En su inicio, la avenida nos regala una pequeña y singular plazoleta, dedicada a la Puerta de Sancho. Resalta aquí uno de los monumentos más conceptuales de la capital, un conjunto escultórico realizado por Florencio De Pedro en 1992.
En la plaza hay un dibujo de la antigua Puerta de Sancho sobre una placa de latón.
En el siglo XIX, con la expansión del ferrocarril, esta parte de Zaragoza volvió a tomar relevancia. Con la construcción de un puente ferroviario sobre el Ebro, se empezaron a construir también las primeras viviendas de La Almozara. En 1870 circuló el primer tren por este puente que, permitía comunicar las estaciones del Norte y el Portillo, uniendo así las líneas de Madrid, Barcelona y Alsasua.
Junto a las casas habitadas por los agricultores fueron apareciendo almacenes y fábricas como la Industrial Química de Zaragoza, Cartonajes Barco, Cauchos Miju, Piensos CIA (Compañía Industria Agrícola), refrescos Konga o la Unión Alcoholera.
Durante buena parte del siglo XX la zona era conocida como La Química.
El auge de la construcción en la década de 1960 impulsó el desarrollo del barrio, atrayendo a residentes de otros barrios, pueblos y regiones.
El desarrollo industrial provocó un fuerte impacto ambiental con suelos contaminados, además del impacto estético fruto de las fábricas y la división del barrio en dos con la edificación de la estación de Caminreal, frente a la de mercancías de La Almozara.
Los vecinos del barrio se unieron para exigir el traslado de las factorías fuera de la zona, recuperar el nombre histórico del barrio en lugar del nombre de la Química, y solicitar la apertura de colegios públicos y centros de salud, así como el uso y disfrute de la ‘playa de los Ángeles‘.
Finalmente, en 1979 la fábrica de sulfúrico de la Industrial Química cerró sus puertas.
En la década de los 80 se llevaron a cabo importantes mejoras en la infraestructura de la zona. Se inauguró una nueva salida hacia las Delicias, se construyó la Plaza Europa y se realizó una ampliación y remodelación del Puente de la Almozara en 1987, utilizando en parte la estructura del antiguo puente ferroviario.
El aislamiento permitió que la mitad Oeste del barrio (denominada Puerta de Sancho en homenaje a la puerta medieval de Zaragoza que daba al camino de La Almozara), no se desarrollara hasta los 80 libre de las influencias del desarrollismo y con un urbanismo moderno que aportaba edificios y entornos de calidad.
Además, los terrenos ferroviarios y de la trasladada Química dejaron paso a una moderna zona residencial y un gran parque que articulaban el barrio con la ciudad.
En 1989, se eliminó el paso a nivel de entrada al barrio, se inauguró el centro de salud de La Almozara y se puso en funcionamiento la depuradora del barrio.
En 1992 se derribó el silo de piensos CIA, se urbanizó la plaza Europa y se ubicó en dicha plaza el obelisco diseñado por el escultor Alberto Pagnussat.
En 1994, se llevó a cabo una profunda renovación de las calles de la parte antigua del barrio, que transformó los caminos de La Almozara y Pablo Gargallo en avenidas.
En 2003, se inauguró la Estación Intermodal Zaragoza-Delicias, que, a pesar de su nombre, se construyó en terrenos pertenecientes a La Almozara.
Con motivo de la Expo 2008, se inauguraron tres nuevos puentes sobre el río Ebro: el Puente del Tercer Milenio (que cerró el tercer cinturón de la ciudad), el Pabellón Puente y la Pasarela del Voluntariado. Además, se ocultaron las vías del tren y la AP-68 fue transformada en el paseo del Agua, lo que puso fin a la tradicional fragmentación y aislamiento del barrio.
Tras la Expo 2008, el mercadillo o rastro se trasladó en el aparcamiento Sur, donde actualmente se lleva a cabo los miércoles y domingos.
La ejecución del llamado ‘barrio del AVE’ supondrá la construcción de más de 3.600 viviendas, lo que hará que la población del barrio aumente un 40%.
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