Pizco Cerámica es un nuevo espacio artístico ubicado en la Plaza de San Pedro Nolasco, en el Casco Histórico de Zaragoza, donde se crean piezas únicas de cerámica artesanal. Fundado por Bárbara Crespo, este taller es un lugar donde la creatividad cobra vida. Cada una de sus piezas está elaborada a mano con dedicación, desde jarrones exclusivos hasta vajillas personalizadas para ocasiones especiales. Su pasión por la cerámica comenzó cuando creó su propia vajilla antes de independizarse, y desde entonces, ha seguido su sueño de establecer un taller en el que no solo comercializa sus creaciones, sino que también comparte sus conocimientos mediante talleres personalizados.
Al entrar a Pizco, se perciben claramente sus dos facetas: la exposición de sus obras y el taller donde cualquier persona puede aprender a trabajar la arcilla. Bárbara, con su torno y herramientas, crea cuencos, vasos y otros objetos, mientras explica que su trabajo con arcilla blanda le permite explorar diferentes técnicas, tanto en mesa como en torno.
La trayectoria de Bárbara ha sido todo menos convencional. Dejó su trabajo como terapeuta ocupacional, tras seis años ayudando a niños y familias, para dedicarse de lleno a su verdadera pasión: la cerámica. Aunque el cambio no fue fácil, siguió formándose en modelado y torno, participando en talleres a nivel nacional, y finalmente decidió abrir su propio espacio hace un año y medio.
En Pizco, no solo se venden creaciones artesanales, sino que también se ofrecen experiencias únicas a través de sus talleres. Bárbara organiza clases tanto de torno como de modelado, donde los participantes pueden disfrutar de momentos creativos y relajantes. Ofrece talleres regulares para aquellos interesados en profundizar en este arte, así como sesiones de tres horas, ideales para grupos pequeños, donde se pueden crear piezas desde cero en un ambiente relajado con picoteo incluido.
Cada pieza en Pizco se realiza con arcillas de alta temperatura, y el proceso es meticuloso: tras secar la pieza, se hornea durante siete horas, se esmalta y vuelve al horno, hasta alcanzar la perfección en un plazo de dos a tres semanas. La dedicación al detalle y el respeto por los tiempos del proceso son pilares fundamentales de su trabajo.
Para Bárbara, Pizco es más que un taller de cerámica; es un lugar donde también puede seguir haciendo lo que siempre ha amado: hacer feliz a las personas. Con cada pieza y cada experiencia, busca transmitir esa felicidad, manteniendo un trozo de su antigua profesión y, al mismo tiempo, desarrollando su pasión artística.
Dirección: Plaza de San Pedro Nolasco, 2
Teléfono: 624 124 713
Sitio web: https://pizcoceramica.com/