Sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro
Sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro

Sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro

El edificio para la Confederación Hidrográfica del Ebro fue un proyecto de los arquitectos zaragozanos Regino y José Borobio y se construyó entre 1936 y 1944.

Es una obra que sigue los postulados del racionalismo arquitectónico, y que destaca por la rotundidad de su volumetría e integración en el entorno y por su planteamiento funcional y constructivo.

El racionalismo fue un movimiento arquitectónico que surgió en Europa tras la Primera Guerra Mundial, que rechazaba el ornamentalismo vacuo del Modernismo y tenía predilección por las estructuras sobrias, de formas simples y líneas puras.

En España intruduce el reacionalismo arquitectónico el arquitecto zaragozano Fernando García Mercadal, con un proyecto de monumento a Goya, el Rincón de Goya (1926-28).

En la fachada principal destaca el pórtico de acceso, que integra los bajorrelieves realizados en piedra de Calatorao en 1942 por el escultor Félix Burriel alusivos a la Industria, la Agricultura y Ganadería, las Obras Públicas y la Construcción.

Bajorrelieve de Félix Burriel en la fachada de la Sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro
Bajorrelieve de Félix Burriel en la fachada de la Sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro

La gran dimensión horizontal del volumen hacia el Paseo Sagasta dota al edificio de una imponente presencia, acorde con su carácter institucional.

La construcción sigue criterios racionalistas de funcionalidad y flexibilidad, con espacios de trabajo que se disponen linealmente a lo largo de las fachadas del edificio en módulos de despacho de 4 metros de ancho con amplias ventanas a fachada. Esta modulación permite variar el tamaño de las distintas dependencias según las necesidades y se anticipa a lo que sería la planta libre de los modernos edificios de oficinas.

La sede central de la Confederación Hidrográfica del Ebro cuenta con una escultura-fuente de Ángel Orensanz. La actividad en la naturaleza de la Confederación Hidrográfica del Ebro pudo inspirar este «environment», inspirado en los menhires prehistóricos y en el Land Art, que busca el contraste con el edificio racionalista sede de la institución.

Vista de la Confederación Hidrográfica del Ebro desde el Paseo Sagasta
Vista de la Confederación Hidrográfica del Ebro desde el Paseo Sagasta

Cuando este monolito ecológico se ubicó frente a dicha arquitectura histórica, le faltaba la pátina del tiempo y no gustó, pero se ha ido integrando, el agua de la fuente ha surtido sus efectos e incluso las palomas anidan en el varillaje que lo corona, así que de constituir una agresión al paisaje urbano, ha pasado a ser una intervención que en estos momentos lo mejora. Con el tiempo se ha transformado favorablemente.

A la idea reiterativa del monolito, con el que Orensanz ha poblado el Pirineo aragonés, sumó el concepto de fuente, en este monumento de hormigón armado, de modo que, aunque instalado ante un edificio emblemático del Racionalismo aragonés, el tiempo y la humedad del agua se han encargado de embellecerlo y ahora, gracias a la tonalidad verdosa del musgo, se convierte en una interesante pieza de Arte Ecológico, como un environment que introduce jugosidad en el árido y sobrio espacio urbano en el que se ubica.

La Confederación Hidrográfica del Ebro es, en conjunto, una obra conceptualmente muy bien resuelta, que destaca por la rotundidad de su volumetría e integración en el entorno y por su planteamiento funcional y constructivo.

Dirección: Paseo Sagasta 24-26

 

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