En el centro de Zaragoza es posible comer bien, pagar un precio ajustado y huir de la comida en serie, de las cocinas industriales y de los menús del día impostados.
Esta pequeña guía puede ser un salvavidas para no ahogarse entre la plaza de España, el paseo Independencia, la plaza de Aragón, y otros rincones en el entorno de Sagasta y Gran Vía.
El Bula Lacarra de Miguel y El Bula Mártires
En Zaragoza hacía falta un local de tapas de estilo creativo y joven, pero sin juegos de manos.
Aquí encontraremos un buen producto y algunas recetas imaginativas como el rulo de cabra a la plancha con confitura de tomate, la tostada de foie a la plancha o los revueltos de trigueros y boletus, pero sobre todo buen producto a precio asequible como el solomillo de cerdo ibérico en adobo sobre pan con tomate con casse o las patatas bravas gajo con espuma de nitrógeno de alioli, mayonesa de oliva negra y picante casero. Todo de primera.
Las brutales croquetas merecen destacarse por encima del río de croquetas que nos sepulta. Entre su amplia variedad de carnes, recomendamos el chuletón de vaca vieja gallega, el solomillo de vaca a la brasa, el lomo de buey black angus de Nebraska a la parrilla y los dados de solomillo de vaca salteados con langostinos y salsa perrins.
Direcciones:
El Bula Lacarra de Miguel, Calle Lacarra de Miguel, 23
El Bula Mártires, Calle Mártires, 8 (El Tubo)
La Buganvilla
La Buganvilla es un restaurante auténtico, con comida de calidad a precios razonables, que se llena a diario con una clientela fiel. Se encuentra situado en el vértice de Plaza Ariño y Calle Don Jaime, a escasos metros de la Plaza del Pilar.
La Buganvilla es tan chulo que a veces te hace pensar que estuvieses en un decorado, con su carta escueta pero cuidada y la propia estructura del local, en un espacio de dos plantas con una terraza que no tienen rival.
Es un restaurante con mucho encanto, con una decoración única entre urbana y vintage, que ofrece cócteles y comida original y de calidad. Es uno de esos sitios donde parece que el tiempo se haya detenido años atrás, cuando todo era más sencillo y la gente no tenía tanta prisa.
Dirección: Plaza Ariño, 1
Smooth
El Smooth demuestra que existe hermandad entre las tapas asiáticas, americanas y españolas, y un nivel de excelencia de producto y creatividad comparable a Barcelona o Madrid.
En muy poco tiempo se ha convertido en un restaurante imprescindible en Zaragoza. Ha conquistado este estatus gracias a una cocina llena de maestria y sofisticación, para tocar el cielo. Su carta es asequible, tanto por precio como por longitud.
Encontramos platos de buen producto de la tierra, como el jamón de bellota batido, los corazones de alcachofa o el huevo poche con foie bloc y Pedro Ximénez. Y ejemplos de la imaginación indiscutible del chef, como los tallarines vegetales con cerdo chutney o el timbal de salmón con nieve de burrata y eneldo.
Dirección: Plaza Los Sitios, 18
Saona
Cruzar las puertas de este restaurante es trasladarse a otra atmósfera, con un marcado posicionamiento lifestyle, inspirado en los paisajes del Mediterráneo, que también son la base de sus recetas. La idea es que los comensales que acudan a este restaurante se sientan de vacaciones y puedan disfrutar de un rato de desconexión y buena mesa.
Las propuestas mediterráneas son el plato estrella: arroces, cocas, panes payeses con queso y tomate confitado, canelones o platos con atún como el tataki. Proponen, por ejemplo, arroz a banda en llanda con alioli suave, el arroz en llanda de costilla, longaniza y garbanzos con mahonesa de morcilla y ajo asado.
Además de pan payesito relleno de quesos fundidos al horno y tomates confitados o el canelón trufado de longaniza, setas y parmesano.
Dirección: Calle Joaquín Costa, 9, junto a la Plaza de los Sitios
Sophia Bistro
La elegancia y el glamur de este local es de mucho nivel. El nombre, Sophia, tiene que ver con la imagen de sofisticación que todavía transmite la actriz italiana Sophia Loren.
La experiencia básicamente podría resumirse en la posibilidad de probar un buen vino, champán o cava sin necesidad de ir a un gran restaurante. Dispone de 133 referencias. De ellas, 33 se pueden tomar por copas en unas elegantes mesas altas.
Hay algunas que se cruzan siguiendo una tendencia muy en boga en Europa de estar separado del vecino pero compartiendo una misma mesa alargada. Sophia Bistro abarca todos los momentos gastronómicos del día: el desayuno y el brunch, el aperitivo, la comida, el tardeo, la cena y la copa de la noche.
Dirección: Calle Pedro María Ric, 25
Méli Mélo
El Méli Mélo es un establecimiento moderno con un toque vintage, que ofrece tapas originales y de calidad en un ambiente cuidado y cercano.
Entre las especialidades de la casa, la patata asada rellena de ternasco (ganadora del 12º Concurso Provincial de Tapas de Zaragoza), el trinxat de patata, col y bacón con huevo mollet y crujiente de torrezno, la butifarra de setas con borraja y alioli de moscatel gratinado, el chupa-chups de ternasco asado con queso de cabra y rebozado con migas de pan, la hamburguesa de rape y gambas con cebolla caramelizada o las delicadas patatas bravas, servidas en un original cucurucho de cerámica.
Dirección: Calle Mayor, 45, a pocos minutos de la Calle San Vicente de Paúl
Carnívoro Wine & Grill
El arte de cocinar una buena brasa no es ninguna bobada. En el restaurante Carnívoro Wine & Grill saben encontrarle el punto perfecto a la carne. El Carnivoro es un rara avis: un restaurante de lujo donde el máximo reclamo culinario es la brasa y no las recetas barrocas.
El chef tiene la mano rota para administrar las dosis necesarias de brasa directa y humo: es una ecuación de sabor, grasa y humo que haría renegar a Homer Simpson de la chuleta de cerdo.
Todas las carnes, excelentes, se sirven con una piedra de sal de la Himalaya que permite acabar la cocción en su punto deseado.
Dirección: Calle Zurita, 21
Marengo
Hay restaurantes que de una manera u otra acaban apareciendo cuando se recomienda un buen restaurante, ya sea en un artículo como este o en una conversación entre amigos.
El Marengo es un buen ejemplo: local con encanto y cierta solera, localizado en el centro y una cocina elaborada de eternos mediterráneos con algún guiño a Japón y Perú (en su carta están correctamente especificados qué platos no son aptos para alérgicos e intolerante) y postres de escándalo.
Platos entre la tradición y la modernidad que se basan en el producto fresco y de temporada, ya sean de mar o de la tierra. Cocina muy original con sabores de países lejanos, con platos como el gua bao, gyoza de pollo, el tataki de atún rojo, el wok de solomillo, la entraña argentina o la picaña brasileña.
Dirección: Calle Francisco de Vitoria, 5
Nola Gras
Suenan ritmos de Luisiana en Zaragoza, la poderosa trompeta de Louis Amstrong, la improvisación del jazz… Bien, nos hemos topado de lleno con Nola Gras, el único restaurante de la ciudad que explora la gastronomía de Nueva Orleans.
Allá por 2018, cuando en la capital del Mississippi se celebraba su conocido carnaval, Mardi Gras, abría sus puertas en la calle Francisco Vitoria este restaurante en armonía con los sabores sureños.
La inquietud del chef Alejandro Viñal no tiene límites y siempre está embarcado en alguna nueva aventura, renovando sus platos o viajando para perfeccionar su cocina. Ha conquistado este estatus gracias a una cocina llena de maestría y sofisticación, para tocar el cielo.
Dirección: Calle Francisco de Victoria 28
Finca la Bombonera
Finca la Bombonera se ha convertido en un líder gastronómico indiscutible, en un restaurante de gran creatividad tan atrevida como con los pies en el suelo. Su cocina es muy original, pero los platos siempre son suculentos y reconocibles.
Como por ejemplo, los raviolis con foie. O los huevos rotos en salsa de setas. O los daditos de solomillo estilo porteño, de una cremosidad perfecta.
El chef es capaz de añadir una huella de altísima elegancia y creatividad, presente en platos como el el semicarpaccio de solomillo o el atún en chimichurri, donde la estética sorprendente nunca pasa por delante de una combinación de sabores genial.
Dirección: Calle Jose Maria Lacarra de Miguel, 11
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