En el número 23 de María Moliner, en el zaragozano barrio de San José, El Cid se ha consolidado como uno de esos bares que dejan huella. Más que un simple establecimiento, este local representa una apuesta firme por la buena cocina, el trato cercano y el ambiente agradable. Su especialidad más reconocida, el pulpo a la plancha, ha traspasado fronteras locales y es uno de los motivos por los que muchos repiten visita.
Inspirado en la figura del Cid Campeador, este bar de espíritu familiar ha sabido combinar el legado tradicional con una propuesta culinaria que no deja indiferente. Desde sus inicios, El Cid ha defendido una cocina sencilla pero muy cuidada, donde el producto es el protagonista. Hoy en día, sigue fiel a esa esencia que le ha permitido ganarse el cariño de los zaragozanos.
El plato estrella del local, el pulpo a la plancha, se ha convertido en toda una referencia en la ciudad. Su textura tierna y el punto justo de cocinado hacen que sea una de las raciones más solicitadas. Acompañado de guarniciones como patata panadera, alioli casero o pimientos de padrón, es un claro ejemplo de cómo un plato tradicional puede brillar cuando se hace bien. Muchos lo consideran, sin exagerar, el mejor pulpo de Zaragoza.
La atmósfera en El Cid es cálida y agradable. La decoración combina elementos clásicos con detalles actuales, creando un entorno ideal tanto para una comida informal como para una cena más relajada. El servicio, siempre atento y profesional, es otro de los motivos por los que quienes lo prueban, repiten. Ya sea en pareja, con amigos o en solitario, es un lugar donde uno se siente bienvenido.
Aunque el pulpo sea su seña de identidad, la carta de El Cid es amplia y muy variada. Tapas tradicionales, raciones sabrosas y platos principales como tartar de atún, almejas a la marinera o croquetas caseras completan una oferta gastronómica que apuesta siempre por la calidad. Además, cuentan con servicio para llevar, ideal para quienes quieren disfrutar de su cocina sin moverse de casa.
Visitar El Cid es una forma de descubrir la gastronomía zaragozana en su versión más auténtica. Su combinación de tradición, producto cuidado y atención al cliente lo ha convertido en un imprescindible tanto para locales como para visitantes. Con una trayectoria consolidada y una propuesta honesta, este bar demuestra que el buen hacer siempre tiene recompensa.
Dirección: Calle María Moliner 23