Casi un año después de que los miembros de la Asociación Cultural Zaragoza-Japón plantaran los primeros cerezos, el nuevo Jardín Japonés del Parque Grande José Antonio Labordeta está ya listo para ser disfrutado por la ciudadanía. Este espacio, ubicado junto al tramo final de la Acequia de las Abdulas, cerca de Las Ocas, es desde ahora un nuevo rincón perfecto para pasear, descansar y disfrutar de su tranquilidad.
Además de la consolidación de los árboles plantados, estos meses de trabajo han servido para adecuar este espacio a las características para las que había sido proyectado. Por ello, se ha repasado y protegido la caseta, que sirve para impulsar el agua de la acequia, y se han revegetado los dos taludes a ambos lados de la cascada. Para ello, se ha reciclado en una parte la tierra vegetal recuperada del Belén de la Plaza del Pilar.
Además, se han plantado bulbos de tulipanes a ambos lados de la cascada, así como otros tres cerezos y tres liquidambar en el entorno de la balsa de agua. El trabajo también ha llegado a las infraestructuras, con la construcción de dos arquetas para encaminar el agua de lluvia y evitar los arrastres y cárcavas, tanto en el talud como en la entrada al Parque Grande por las Ocas. Una nueva valla de madera también marca el perímetro de protección del talud en la zona de Villa de Calcena.
El gran protagonista de este Jardín Japonés es el Cerezo de flor japonés (Prunus serrulata ‘Kanzan’). Se trata de un árbol que, por su explosión floral en primavera, es uno de los más conocidos y utilizados como árbol ornamental. Las flores recuerdan pequeñas rosas (la especie pertenece a la familia de las Rosáceas) y surgen agrupadas en densos ramilletes que cubren por completo las ramas. Esta variedad soporta el frío intenso (-23°) y la contaminación urbana. Es un árbol de porte medio, que puede alcanzar entre 6-9 metros de altura y 4,5-7 metros de diámetro.
‘Kanzan’ o ‘Kwanzan’ es una palabra tomada de la poesía clásica japonesa, que evoca una imagen llena de nostalgia de la tierra o la aldea natal en un valle rodeado de montañas. A esta variedad se la conoce también como ‘Sekiyama’, que significa estación de montaña; o ‘Sekizan’, por el famoso templo budista zen del siglo IX de la escuela Tendai. El Prunus serrulata ‘Kanzan’ llegó a Europa, concretamente a Inglaterra, en 1913.