El Cabezo de Alcalá, situado a solo 1 kilómetro de Azaila, es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Aragón, reconocido por su excepcional valor para el patrimonio arqueológico tanto aragonés como español. A pesar de que no se conoce el nombre original de esta población, el yacimiento recibe el nombre de Cabezo de Alcalá por estar ubicado en una colina prominente.
En este yacimiento, se puede descubrir cómo era la vida en una ciudad ibérica del valle medio del Ebro que fue tempranamente romanizada. Los habitantes de esta ciudad adoptaron con entusiasmo las costumbres romanas, aunque mantuvieron muchas de sus raíces culturales, como su idioma, sus técnicas de artesanía, y otras tradiciones.
La visita guiada al yacimiento dura aproximadamente 45 minutos y permite pasear por la antigua ciudad, contemplar sus casas, calles y su mercado, así como disfrutar de las impresionantes vistas desde lo alto del cabezo. En el recorrido se exploran la acrópolis y los restos de infraestructuras urbanas como las murallas y los fosos que protegían la ciudad, vestigios que datan del siglo V a.C. y que muestran la evolución de la urbe bajo la influencia romana desde el siglo II a.C.
Una de las características más destacadas del yacimiento es la posibilidad de observar cómo se transformó la ciudad con el tiempo. Se pueden ver los vestigios de edificaciones propiamente íberas, que posteriormente fueron modificadas o sustituidas por construcciones romanas. Ejemplos de esta romanización incluyen las termas y el templo in antis, que muestran cómo los romanos introdujeron nuevas infraestructuras y estilos arquitectónicos en la región.
Además, los visitantes pueden acercarse al Centro de Visitantes y Actividades de Azaila, donde se puede profundizar en la historia del yacimiento y conocer más sobre la vida cotidiana de sus antiguos pobladores. Aquí, los visitantes tienen la oportunidad de interactuar con réplicas de objetos de uso común en la época íbera, como bancos de carpintero, molinos, telares de pesas, panoplias militares que permiten vestirse como un guerrero íbero, y un torno alfarero.
Para visitar el yacimiento y el centro de visitantes, se recomienda concertar una cita previamente. Sin embargo, si la visita no se ha organizado con antelación, es posible llamar una vez en el lugar y los guías pueden acudir en unos 15 minutos. No se requiere un número mínimo de personas para realizar la visita.
La historia del Cabezo de Alcalá es rica y compleja, marcada por el paso de diferentes culturas. Los romanos, al expandir su dominio sobre la península ibérica, latinizaron todo el territorio aragonés. En algunos lugares fundaron nuevas ciudades, como Caesaraugusta (la actual Zaragoza), mientras que en otros, como el Cabezo de Alcalá, transformaron las ciudades existentes.
Un episodio significativo de la historia de este lugar ocurrió en el siglo I a.C., durante las guerras civiles romanas. Quinto Sertorio, un general romano que se rebeló contra las autoridades centrales de Roma, contó con el apoyo de muchas poblaciones hispanas, incluyendo la del Cabezo de Alcalá. Este apoyo a Sertorio tuvo consecuencias devastadoras cuando Roma aplastó la revuelta. El Cabezo de Alcalá fue asediado durante días y, según los hallazgos arqueológicos, las legiones romanas construyeron una rampa de unos 100 metros de longitud para llevar una torre con ariete hasta las murallas de la ciudad y así poder derribar su amurallamiento. Este suceso muestra la impresionante capacidad militar e ingenieril de los romanos, que dejó una huella imborrable en la región.
Finalmente, tras la conquista por las legiones romanas en el 74 a.C., la ciudad fue destruida y nunca volvió a ser habitada. Con el tiempo, los restos de esta antigua urbe quedaron enterrados y olvidados, hasta que los arqueólogos comenzaron a redescubrirla.
Durante la Guerra Civil Española, el Cabezo de Alcalá se utilizó como un puesto militar estratégico, lo que causó importantes daños en el yacimiento. Afortunadamente, después de la guerra, un arqueólogo turolense notable, Joan Cabré, impulsó la restauración del lugar.
Hoy en día, el Cabezo de Alcalá es un fascinante testimonio del pasado, invitando a los visitantes a explorar y descubrir su historia. Cada piedra y cada ruina cuentan historias de las antiguas culturas que habitaron la región, haciendo de este yacimiento un lugar imprescindible para quienes desean conocer más sobre la rica herencia histórica y cultural de Aragón.
Dirección: Carretera de Alcañiz 30, Azaila (Teruel)
Teléfono: 978 825 025
Email: centroin@azaila.es
Sitio web: http://www.vidaprimitiva.com/