Considerada la edificación románica con un mejor estado de conservación en toda Europa, Loarre es una verdadera joya de la arquitectura civil y militar medieval y el castillo aragonés por excelencia.
Es difícil no caer impresionado ante su soberbio porte, visible mucho antes de llegar por la carretera de acceso.
Levantado en un espolón rocoso a 1071 metros de altitud, su imagen resulta dominante conforme nos acercamos al Prepirineo. Loarre comienza a impresionar ya mientras nos aproximamos a él, ubicado en lo alto, con su imponente muralla y sus once torreones.
El rey Sancho III el Mayor mandó construir este castillo en 1020, como parte de la línea defensiva que protegía los dominios del reino de Pamplona.
La segunda fase de construcción de Loarre llegó en 1070, cuando Sancho Ramírez decidió ampliar el castillo construido por su abuelo con un monasterio y la Capilla Real, verdadera joya del castillo.
A esa función militar, Loarre añadía un destacado simbolismo, ya que se construyó justo donde acaba la montaña y empieza el llano.
Los cristianos de Loarre veían desde allí las huertas y las ricas ciudades musulmanas, lo que no tenían ellos, que malvivían en las montañas, y eso incrementaba su deseo de conquista de nuevos territorios hacia el sur. Veinte años después, se había conquistado Huesca y se estaba en camino de Zaragoza.
Pero como la frontera se desplazó pronto hacia el sur, el castillo quedó al margen de grandes refriegas y asedios, por lo que ha llegado a nuestros días casi intacto.
Loarre ha servido en numerosas ocasiones como escenario de películas, documentales y obras de ficción.
Por ejemplo, Ridley Scott lo utilizó para la apertura de su película ‘El Reino de los Cielos’ y fue el lugar en donde Charlton Heston rodó un capítulo de la serie ‘Historia de la Ópera’ para la BBC.
Desde su posición se tiene un control sobre toda la llanura de la Hoya de Huesca. Comprueba tú mismo lo bien conservadas que están las torres del Homenaje y de la Reina.
La visita comienza a 200 metros de la Puerta de los Reyes, la principal; tras dejar el vehículo en el aparcamiento se acude al centro de recepción, donde se sacan o recogen las entradas; ahí hay tienda de souvenirs y cafetería con una pequeña carta.
Después se sube a la entrada de Los Reyes; en un sillar se adivina una carita sonriente que da la bienvenida, en lo que aparentemente es una original marca de cantero.
Ya en el interior, la iglesia de Santa María, de influencia jaquesa, muestra una gran variedad ornamental en sus capiteles. Bajo la iglesia podrás ver la cripta cubierta con bóveda de cañón. La cripta está dedicada a Santa Quiteria, abogada contra la rabia, que suele representarse con un perrito.
La cúpula de la Capilla Real es una maravilla; más de 10 metros de diámetro, y a la salida hay un atajo al castillo militar. La Capilla es el punto neurálgico de una construcción en la que se combina la arenisca –sobre todo, en la decoración– con la caliza de los sillares, la opción más consistente.
Los aljibes, que abastecían de agua al castillo, figuran junto a las estancias militares, que constaban de cocina con una gran chimenea, comedor y para aprovechar el calor que sube, los dormitorios en el espacio superior.
Recorriendo las diferentes estancias del Castillo de Loarre te sentirás en plena Edad Media. Desde el Mirador de la Reina obtendrás una panorámica excepcional de toda la llanura. Ahí hacen muchos reportajes posboda; de hecho, en el castillo se celebran bodas civiles y religiosas.
En la torre más alta ondea la bandera de Aragón. Es la torre albarrana, aislada en su día y último refugio del castillo en caso de ataque. Desde aquí, dicen, partía un túnel secreto en dirección a las montañas.
Desde julio de 2019, la visita al castillo se combina con la de la colegiata de Bolea.
La entrada única para los tres monumentos cuesta 5,50 euros en visita libre y 7 euros en visita guiada. Las visitas guiadas y audioguías ofrecen una excelente oportunidad para sumergirse en la historia medieval aragonesa y explorar los intríngulis del castillo de manera amena y educativa.
Durante la visita, es fácil dejarse llevar por imágenes de caballeros, damas, soldados y monjes del Medievo, un fenómeno que también inspira a artistas, cineastas y creadores. La magia de Loarre se manifiesta en su reconocimiento internacional, como lo demostró Charlton Heston al presentar el castillo al mundo en su serie para la BBC. Sin duda, el Castillo de Loarre sigue siendo un monumento de enorme valor histórico y cultural, admirado por su conservación y su riqueza arquitectónica.
Dirección: Loarre, Huesca
Apertura: todo el año
Aparcamiento: gratuito
Teléfono: 974 342 161
Correo electrónico: info@castillodeloarre.es