Zaragoza ultima los preparativos en el recinto de la antigua Expo 2008 para acoger la segunda edición del festival Vive Latino, que este viernes 8 y sábado 9 de septiembre volverá a agitar, con decenas de conciertos, la transición hacia el otoño zaragozano.
Un total de 39 recitales se repartirán en los tres escenarios levantados, por los que pasarán desde Andrés Calamaro, Juanes, Julieta Venegas o los Fabulosos Cadillacs, a artistas nacionales de la talla de Lori Meyers, Loquillo y los Trogloditas, M-Clan o Elefantes.
El elenco lo completan también músicos aragoneses, como Tachenko y los Bengala, entre otros.
Durante su primera edición en 2022, el festival Vive Latino supuso un impacto económico de unos 3.8 millones de euros. La realidad es que se entiende que la cifra global es superior, ya que no se tiene en cuenta lo generado por los visitantes que estuvieron más de tres días ni se cuantifica el impacto en cuanto a proyección exterior e imagen de la ciudad.
Si el año pasado hubo un total de 33.736 asistentes, se espera que la cifra vuelva a aumentar. En principio, el recinto de 80.000 metros cuadrados acogerá a unas 22.500 personas cada día.
Los operarios municipales de distintas áreas colaboran en el dispositivo y los trabajos avanzan para su puesta a punto de cara al fin de semana. Además, para ofrecer la mayor comodidad a los miles de asistentes, existen algunas mejoras y ampliaciones. Por ejemplo, el número de puestos de comida pasa de 15 a 22, aumentan los puntos de fuente y existen zonas dispuestas para personas con movilidad reducida.
Por otra parte, el festival se alinea con la sostenibilidad, especialmente con la generación de residuos. Por ello, está previsto reforzar el sistema de recogida con 80 contenedores de 1.000 litros, el doble que el año pasado, y otros 100 de 240 litros. Además, las dos puertas de acceso contarán con contenedores de vidrio y envases, cartón y el genérico. Se realizará una limpieza diaria del recinto y también la retirada de todos los contenedores de basura.
Para apuntalar estas medidas, la organización ha decidido regalar el primer vaso a los asistentes cuando acceden al festival. Este recipiente se puede conservar durante los dos días, recibirá una limpieza cada vez que se consuma y será posible cambiarlo en caso de dañarse o romperse. Cada vaso nuevo tendrá un coste de dos euros, que se destinará a las labores de limpieza y reciclaje. A los asistentes que hayan adquirido abono se les hará entrega de un vaso cada día.
Los vasos, además, actuarán como programa del festival a través de un código QR desde el que se podrá descargar toda la información útil (plano, horarios, etc.).