Un singular ciprés de ocho metros que se había secado en la Rosaleda fue transformado en 2014 en una obra escultórica a raíz de una intervención efectuada por el artista binefarense Mario Molins, que plasmó su particular visión de la ‘Catarsis’ en este emblemático árbol del Parque Grande.
La obra se concibe como una ‘purificación’ o una ‘transformación’ de aquello que había muerto en otra forma de vida, en este caso, en arte.
Dirección: Parque Grande José Antonio Labordeta