San Martín, la iglesia de La Aljafería que albergó el Santo Grial
San Martín, la iglesia de La Aljafería que albergó el Santo Grial

San Martín, la iglesia de La Aljafería que albergó el Santo Grial

¿Os acordáis de la escena en la que Indiana Jones tenía que superar varias pruebas para alcanzar el Grial y salvar la vida de su padre? Pues esta escena bien podría haberse rodado en Zaragoza.

Nuestra ciudad acogió el Santo Grial durante más de 100 años, en concreto en la iglesia de San Martín, construida en el interior de La Aljafería por el rey de Aragón Martín I el Humano para custodiar la sagrada reliquia.

El Santo Grial de la última cena que se venera en la catedral de Valencia llegó a Huesca en el año 258 gracias a la intercesión de San Lorenzo.

Según la creencia, San Pedro llevó a Roma el Santo Grial tras la última cena, con el fin de que no fuera expoliado por el emperador Valeriano, que pensaba que tenía poderes sobrenaturales y que le daría riquezas y la inmortalidad. Fue utilizado por los primeros papas de Roma en sus ceremonias.

Posteriormente, el papa Sixto II lo entregó a su diácono, San Lorenzo, para protegerlo. Este, a su vez, lo confió antes de morir a un compañero para que la reliquia fuese enviada a Huesca.

En una primera etapa se guardó en el hogar familiar de San Lorenzo y después en la iglesia de San Pedro de Huesca.

En 711, ante el avance de los musulmanes, el obispo Acilso decidió esconderlo en los Pirineos, en concreto en el monasterio de San Juan de la Peña.

El rey Martín I el Humano lo mandó trasladar al palacio real de la Aljafería en 1399. Fue finalmente Alfonso V el Magnánimo quien lo hizo llevar a Valencia en 1437 para que fuera custodiado en su catedral.

La imponente la iglesia de San Martín, que encontramos nada más franquear el recinto amurallado de La Aljafería, fue construida entre 1399 y 1410 expresamente por el rey de Aragón Martín I el Humano para guardar el Santo Grial, algo que hizo durante más de un siglo.

En la composición de la portada de la iglesia de San Martín se conjugan elementos cristianos e islámicos
En la composición de la portada de la iglesia de San Martín se conjugan elementos cristianos e islámicos

La iglesia de San Martín aprovecha los lienzos del ángulo noroeste de la muralla, hasta el punto de que se usó uno de sus torreones como sacristía y dio nombre al patio que da acceso al recinto taifal.

La fábrica, de estilo gótico-mudéjar, consta de dos naves de tres tramos cada una, en origen orientadas al este y apoyadas en dos pilares con semicolumnas adosadas en la mitad de las caras del pilar, cuya sección se recuerda en los cuadrilóbulos que albergan el escudo de armas del rey de Aragón en las albanegas de la portada, que es ya de la primera década del siglo XV y en la que nos detendremos más adelante.

Las bóvedas de estas naves, de crucería simple, se alojan sobre arcos formeros y perpiaños apuntados, en tanto que los diagonales son de medio punto. En los vértices de las bóvedas aparecen florones con los escudos de armas de la monarquía aragonesa. De su decoración solo se conservan fragmentos del recubrimiento pictórico y unos arcos agramilados mixtilíneos directamente inspirados en el palacio musulmán.

El acceso al interior de la capilla se realiza a través de una interesante portada mudéjar, construida en ladrillo aplantillado. En su composición se conjugan elementos cristianos e islámicos.

Esta portada se articula mediante un arco carpanel muy rebajado, cobijado por otro apuntado de mayores dimensiones. Enmarcando ambos, un doble alfiz decorado con motivos taqueados formando paños de rombos.

En las albanegas aparecen dos medallones cuadrilobulados que albergan escudos con la imagen de la insignia del rey de Aragón. En el tímpano resultante entre los arcos se dispone una banda de arquillos ciegos mixtilíneos entrecruzados, que de nuevo remiten a las series del palacio hudí. Esta franja se ve interrumpida por un recuadro que aloja un relieve incorporado recientemente.

La iglesia fue remodelada en el siglo XVIII, anteponiéndole una nave y cubriendo por tanto la portada mudéjar antes descrita. Los pilares y muros se remozaron y enlucieron al estilo neoclásico.

Toda la reforma fue eliminada durante las restauraciones de Francisco Íñiguez, aunque por la documentación fotográfica existente, se sabe que había una esbelta torre que ahora aparece con remate almenado inspirándose en el aspecto de la iglesia mudéjar, y en el siglo XVIII culminaba con un curioso chapitel bulboso.

En 1985, con proyecto de los arquitectos Luis Franco y Mariano Pemán, se adecuó la iglesia, en un primer momento, para biblioteca, y más tarde para centro de documentación de las Cortes de Aragón, su función actual.

Dirección: Palacio de la Aljafería, Calle de los Diputados, Zaragoza

 

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