Si existe una expresión artística heterogénea, ésa es el Mudéjar. Originado por la convivencia de tres civilizaciones tan dispares como la musulmana, la judía y la cristiana, el Mudéjar está presente sobre todo en la arquitectura y es un fenómeno exclusivamente hispánico que tiene en Zaragoza su rincón predilecto.
Palacios, iglesias-fortaleza, torres, cimborrios, techumbres… Zaragoza es rica en arte Mudéjar, que se caracteriza por el uso de materiales económicos como el ladrillo, el yeso, la cerámica y la madera.
Con el término Mudéjar los historiadores del arte denominan la pervivencia del arte islámico en la España cristiana, un fenómeno social y artístico privativo de la cultura y de la historia españolas.
Un patrimonio único que se ha convertido en una de las visitas imprescindibles que hacer en Aragón, y en concreto en Zaragoza.
El Mudéjar de nuestra ciudad se caracteriza por la construcción de elevadas torres que recuerdan a los minaretes musulmanes y por el uso de la cerámica vidriada en la ornamentación, generalmente combinando tonos verdes y blancos.
Estos son algunos de los edificios de arte Mudéjar que se pueden visitar en la ciudad de Zaragoza:
La Seo de San Salvador
Comenzamos la andadura de la Ruta Mudéjar de Zaragoza por La Seo de San Salvador, la característica catedral zaragozana yace sobre el solar de una mezquita. Este estilo artístico se palpa en el ábside, en la parroquieta y en el cimborrio.
El muro de la parroquieta, visible desde el exterior, destaca por una exquisita decoración geométrica que queda violentada por la existencia de cuatro ventanas góticas. El cerramiento exterior está resuelto según la técnica oriental de ocultar elementos estructurales, justo lo contrario de la arquitectura gótica, que los resaltaba. Está considerado una de las obras cumbre del Mudéjar.
Su singularidad reside no solo en la calidad de sus elementos arquitectónicos y decorativos, realizados por los mejores artistas medievales, renacentistas y barrocos, sino también por ser reflejo de la historia y el arte de Aragón desde la Edad Media. Ha sido sede de sínodos, concilios y las más relevantes ceremonias relacionadas con la Corona de Aragón.
Dirección: Plaza de La Seo, 2
Iglesia de San Pablo
Si hay una cosa que tiene Zaragoza son catedrales, aunque la Catedral del Pilar no pertenece al estilo Mudéjar, la Iglesia de San Pablo es considerada la oficiosa tercera catedral de Zaragoza y su torre octogonal no deja dudas de cuál es su estética. Esta singular torre posee una estructura inspirada en los alminares de las mezquitas.
La traza Mudéjar de la iglesia de San Pablo se construyó sobre las bases de la iglesia románica anterior de San Blas, que tuvo que ser demolida y sustituida por otra de mayor tamaño debido al rápido aumento de vecinos del barrio.
Es uno de esos lugares del pasado en medio de la ciudad que parece mentira que hayan sobrevivido a los envites del progreso.
Dirección: Calle San Pablo, 42
Iglesia de la Magdalena
Junto a la plaza homónima, muy cerca del Coso, se encuentra la Iglesia de la Magdalena. El perfil de la torre Mudéjar de la Magdalena se recorta sobre la calle Mayor en uno de los ángulos más fotografiados de Zaragoza desde el Casco Histórico.
Según el historiador José María Lacarra, aparece ya mencionada en 1126, pocos años después de la conquista de Zaragoza por el rey Alfonso I el Batallador. Es uno de esos lugares del pasado en medio de la ciudad que parece mentira que hayan sobrevivido a los envites del progreso.
Como en tantos otros casos, y en la cercana Catedral de La Seo tenemos el mejor ejemplo, tras la ocupación cristiana de la ciudad, se consagró al culto católico la mezquita que en este lugar se levantaba, aprovechando para las funciones de campanar su alminar.
Dirección: Plaza de la Magdalena, 3
Palacio de la Aljafería
Declarado de Interés Histórico-Artístico, el Palacio de la Aljafería es otra cita ineludible para quien desee indagar en el Mudéjar de Zaragoza. Compuesto por el Palacio Islámico y el Palacio de los Reyes Católicos, este edificio es el de mayor envergadura que presta testimonio de la estancia islámica en la Península ibérica.
Todas estas riquezas zaragozanas obra de los artistas Mudéjares han sido declaradas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Pero si el viajero quiere experimentar con todos sus sentidos la convivencia islámica/cristiana, no debe dejar pasar la oportunidad de degustar la gastronomía autóctona.
Dirección: Calle de los Diputados, s/n
Iglesia de San Gil
La iglesia de San Gil es una de las primeras fundadas tras la reconquista de Zaragoza en 1118. Está situada en el centro de la ciudad, en una de las calles más importantes del trazado histórico.
Aunque no se tienen noticias ni quedan restos que lo puedan avalar es casi seguro que la primitiva fábrica de la iglesia fuese en estilo románico e incluso existe la posibilidad, de que antes de la reconquista existiese un templo mozárabe o un aprovechamiento de un edificio musulmán del cual pudiera formar parte el actual cuerpo bajo de la torre.
Como ocurrió con la mayoría de iglesias románicas de Zaragoza, el edificio original tuvo que ser sustituido por otro más amplio ante el aumento de la población. En la segunda mitad del siglo XIV se construyó la actual iglesia, que sigue el prototipo de iglesia-fortaleza característico del Mudéjar aragonés de esta época.
Dirección: Calle de Jaime I, 15
Monasterio del Santo Sepulcro
El Real Monasterio de Comendadoras Canonesas de la Orden Militar y Pontificia del Santo Sepulcro es un conjunto formado por la Iglesia de San Nicolás de Bari y el Monasterio propiamente dicho, al que se incorporó la citada iglesia en el siglo XIV.
Este monasterio, cuya fundación se remonta al siglo XIII, es el único edificio conventual de estilo Mudéjar que ha llegado completo hasta nuestros días, y permite viajar en el tiempo adentrándose en su sala capitular y el claustro. Construido sobre los restos de las antiguas murallas romanas, lleva 700 años habitado y sigue siendo un edificio vivo, de hecho es el único de esta orden que hay en España y está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).
La mayor parte del Monasterio data del siglo XIV, momento en el que se construyeron el claustro, la sala capitular, la iglesia conventual, el refectorio o el dormitorio. Este núcleo Mudéjar constituye lo más interesante del conjunto. En el siglo XVI se hicieron importantes reformas, incluyendo la edificación de un nuevo refectorio y del llamado edificio del Mirador, adosado en el lado del evangelio de la iglesia.
La fachada que da a la calle Don Teobaldo fue restaurada entre 1883 y 1884 por el arquitecto Ricardo Magdalena en estilo historicista; en ella reutilizó azulejos del siglo XVI que se encontraban en el interior del monasterio.
Dirección: Calle de Don Teobaldo, 3
Iglesia de San Miguel
El nombre de la iglesia, según la tradición, se debe a que San Miguel se apareció a las tropas navarras que ayudaban a Alfonso I El Batallador en el asedio a Zaragoza. Fue a principios del siglo XII, pero tuvo que pasar un siglo hasta que se creara la parroquia.
La existencia de la iglesia de San Miguel de los Navarros está documentada desde 1260, lo que hace suponer que existió una construcción Románica que debió ser ampliada como consecuencia del crecimiento de la población, al igual que el resto de iglesias románicas de la ciudad.
La fábrica Mudéjar data del siglo XIV. Su estructura original constaba de una nave, cabecera poligonal, capillas laterales entre los contrafuertes y una torre de planta cuadrada en el lado Norte.
La torre fue construida por Esteban y Pascual Ferriz y ya aparece documentada en el año 1396.
Dirección: Calle San Miguel, 52, muy cerca de la Calle el Coso y de la Plaza los Sitios
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