El plan de turismo de Zaragoza, que pretende potenciar un turismo sostenible y prevenir la masificación, apuesta por convertir a la propia ciudad en un espacio de disfrute tanto para el ciudadano como para el visitante.
Con la mirada puesta en la integración de la identidad local en una propuesta cosmopolita que acerque los activos locales a mercados europeos, asiáticos y americanos, la comunicación en redes y el marketing digital se han centrado en trasladar la imagen de Zaragoza como una ciudad rica en oferta callejera, más allá del turismo cultural e histórico, con una agenda de actividades diversa y completa.
El perfil del visitante que se busca es el de un turista de 25-35 años que acude en busca de una experiencia diferente y rica, alejada del formato de ocio vacío que suele conllevar un gasto diario bajo y muy centralizado. Se busca un modelo que aúne sostenibilidad, crecimiento y rentabilidad para no caer en la masificación y los problemas que esta conlleva para los habitantes de la ciudad.
La reivindicación del centro de la ciudad como un espacio para el turismo de calidad también se ha trasladado al ámbito privado, donde se han producido sustanciosas inversiones tanto en equipamiento como en instalaciones de ocio. Sólo en 2018, el Casino de Zaragoza invirtió cerca de 1’2 millones de euros en actualizar su propuesta.
En un momento en el que el auge de los casinos online supone un reto para el sector tradicional, reinventarse con nuevas actividades es fundamental para la sostenibilidad del negocio. Justifican su apuesta por la ciudad de la siguiente manera: “El turista busca una experiencia completa y de calidad, que combine lo mejor del entretenimiento, la diversidad de experiencias y la comodidad de poder disfrutarlo sin tener que salir del centro de la ciudad«.
Otro proyecto que también trabaja desde la voluntad de integrar espacios turísticos en el funcionamiento orgánico de la ciudad es el del Mercado Puerta Cinegia. Siguiendo el ejemplo de los mercados de San Miguel (Madrid) o La Boqueria (Barcelona) busca combinar gastronomía y ocio en un solo espacio, para lo que programan exhibiciones, degustaciones, catas… Puerta Cinegia quiere ser una parte activa del centro zaragozano y ejercer de puerta de entrada para iniciar la transición hacia la oferta turística histórica y cultural de la ciudad. Para ello se afrontaron obras de recuperación de los espacios históricos con el máximo de los respetos, a partir de un estudio arqueológico profundo para integrar la riqueza monumental de forma armónica con la obra nueva.
Entre las estrategias para atraer a un turismo de calidad, nos encontramos con las acciones para mejorar la presencia de Zaragoza en el sector de congresos, eventos y ferias, un espacio económico donde, una vez más, Barcelona y Madrid marcan las direcciones a seguir. Con las comunicaciones e infraestructuras de las que dispone la ciudad, la ciudad es la sede ideal para cualquier convención, pero también para acciones culturales y comerciales.
Francisco de Goya también se plantea como un eje sobre el que vertebrar un turismo cultural potente, pero que evita la mercantilización de la figura del pintor. El artista puede servir para dar mayor relevancia a un turismo histórico y arquitectónico que propone un viaje por el tiempo y los modos de la época del genio español.
Zaragoza busca, en definitiva, huir del modelo de “ciudad-parque de atracciones”, que no solo obtiene una rentabilidad más baja, sino que se convierte en una carga para la urbe y dificulta el normal discurrir de la vida de los ciudadanos. Y es que el turismo puede ser una fuente de riqueza, pero hay que anticiparse para atajar los posibles problemas que de él se derivan. Zaragoza cuenta con suficientes recursos para no tener que recurrir a una guerra de precios por un turismo genérico y poco interesado en la idiosincrasia de los lugares que visita.