Borja
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Borja saltó a la fama internacional en 2012 gracias a la curiosa restauración del Ecce Homo en el Santuario de la Misericordia. Este fenómeno mediático llevó a Borja a ser conocida en los cinco continentes, atrayendo a visitantes de todo el mundo. Aunque muchos llegaron por la anécdota del Ecce Homo, pronto descubrieron que Borja ofrece mucho más que una simple curiosidad viral. Este pueblo, lleno de historia y encanto, cuenta con numerosos atractivos que esperan ser explorados.

El Santuario de la Misericordia, situado a unos cinco kilómetros del centro de Borja, es un lugar imprescindible para quienes desean conocer la famosa obra que dio la vuelta al mundo. Más allá del Ecce Homo, el santuario merece una visita por su imponente arquitectura y las espectaculares vistas que ofrece de la comarca, con el majestuoso perfil del Moncayo como telón de fondo.

Ecce Homo de Borja en el Santuario de Misericordia

De regreso al casco urbano, Borja despliega su riqueza arquitectónica y cultural. La joya indiscutible es la Colegiata de Santa María, un majestuoso templo que refleja la evolución del arte desde el siglo XII hasta el siglo XIX, integrando elementos góticos, renacentistas y barrocos. Sus dos torres, la Torre del Reloj de estilo mudéjar y la Torre de las Campanas, guían a los visitantes hacia su interior, donde una nave única flanqueada por diversas capillas y un impresionante Retablo Mayor dan testimonio de su grandeza histórica. Anexo a la colegiata se encuentra el Museo de Arte Religioso, que alberga una notable colección de pinturas góticas, esculturas policromadas y antiguos instrumentos musicales.

El recorrido por Borja continúa por sus encantadoras calles, donde se pueden encontrar edificios de gran interés histórico y artístico. Entre ellos destacan el Convento de la Concepción, con su claustro barroco, las iglesias de San Pedro Mártir de Verona y San Miguel, esta última transformada en museo arqueológico. En el antiguo convento de los Dominicos se ubica hoy el Auditorio Municipal, un lugar que refleja la versatilidad y el respeto por el patrimonio de la ciudad.

El Ecce Homo de Borja

La judería de Borja, cercana a la plaza del Mercado, ofrece otra faceta fascinante de la ciudad, con sus estrechas calles y monumentos como la Casa-Palacio de los Angulo y el torreón de los Borja. Estos rincones cuentan historias de tiempos pasados, invitando a los visitantes a perderse en su historia.

Pero Borja no es solo monumentos; también es sinónimo de buen vino. Conocida como la capital de la Ruta de la Garnacha, esta región vitivinícola ofrece experiencias únicas para los amantes del vino, gracias a la calidad de los caldos de la Denominación de Origen Campo de Borja. El Museo del Vino, ubicado en el histórico Monasterio de Veruela, a solo unos minutos de Borja, es un lugar ideal para conocer más sobre la tradición vinícola local y disfrutar de catas y visitas guiadas.

Plaza de Borja

El entorno natural de Borja también es un gran atractivo para los visitantes. Varias rutas senderistas y ciclistas permiten explorar los alrededores, desde el sendero que parte del Balcón de El Buste hasta la ruta que conecta la estanca con Mallén. Otra opción es recorrer el camino que lleva al Santuario de la Misericordia, ideal para hacer a pie o en bicicleta, disfrutando del paisaje natural de la región.

En definitiva, Borja es un destino que combina historia, cultura, naturaleza y enoturismo, ofreciendo una experiencia única a quienes la visitan. Ya sea por su patrimonio monumental, sus rutas al aire libre o sus vinos excepcionales, Borja es un lugar que invita a ser descubierto y disfrutado en cada rincón.

 

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