A la altura de las esclusas de Valdeguirriana el Canal Imperial de Aragón desaparece y se convierte en una pequeña acequia de riego. Aquí acaba el sueño de construir un canal navegable que llegase hasta el Mediterráneo.
La porosidad del terreno calcáreo, y las simas, hicieron del todo imposible continuar la obra tal y como estaba diseñada.
El motivo fue la mala calidad del terreno, especialmente en los campos de El Burgo de Ebro, con alto contenido en yeso. Cuando el agua mojaba el suelo se producían desprendimientos y agujeros por debajo.
A pesar de todos los intentos, las filtraciones y enormes abismos hicieron imposible la navegación, y las constantes obras de reparación y consolidación paralizaron definitivamente la continuación del Canal desde este punto.
Las siguientes esclusas construidas, las de Torrecilla de Valmadrid, tres kilómetros aguas abajo, quedaron así varadas entre la estepa, sin ver pasar gota de agua.
La zona de las esclusas de Valdegurriana está llena de merenderos y también hay un parque de juegos infantiles con una fuente por si vais acompañados de niños. Es un sitio ideal para parar a comer algo ya que hay bastantes zonas de sombra.
Desde aquí se puede caminar por ambas márgenes del canal. Se terminan los pinares y la zona está dominada por el matorral bajo y la estepa.
Al llegar a la altura de un puente de piedra, que permite pasar a la otra margén, la pista se convierte en una larga recta, que llega hasta donde se encuentra lo poco que queda de las antiguas esclusas de Torrecilla de Valmadrid.
Son el tercer grupo de esclusas del Canal Imperial de Aragón y se construyeron entre 1786 y 1792.
Se trata de un soberbio complejo hidráulico formado por cuatro grandes esclusas en piedra de cantería ejecutadas a la máxima perfección que permitían salvar el salto de 9,75 metros de la zona para dar así continuidad al original propósito de garantizar por este terreno la navegación de personas y mercancías a través del Canal.
La construcción se encuentra al pie de la carretera de Torrecilla, en dirección hacia Valmadrid. La carretera pasa por en medio de las esclusas, cortando el antiguo cauce del canal.
En la actualidad, las esclusas de Torrecilla de Valmadrid se encuentran muy deterioradas y en estado de total abandono.
Sus otrora hermosos sillares de piedra caliza esperan pacientemente una necesaria y merecida restauración que les devuelva su pasado esplendor.
Si seguimos caminando por el viejo cauce del canal podremos observar varios puentes y acueductos de piedra de sillería, que se encuentran totalmente olvidados.