Probablemente sea una de las regiones más subestimadas de España, pero Aragón ofrece maravillas por doquier, desde los castillos, dignos de los cruzados, y las iglesias románicas del norte a la espectacular arquitectura mudéjar de Teruel, en el sur.
Docenas de pintorescos pueblos medievales salpican su escarpado paisaje, desde Albarracín y sus tonalidades rosadas hasta el encantador pueblo de piedra de Sos del Rey Católico.
Sin embargo, lo que realmente distingue a Aragón es la majestuosidad de los Pirineos centrales que bordean su frontera norte. Esta es la parte de mayor altitud y, para mucha gente, la más bella de la imponente cordillera.