Organizar una escapada no ha de ser una cosa tediosa y complicada. Aragón está llena de sitios que debéis conocer y solo necesitáis, más o menos, un par de horas y ganas de descubrir nuevos rincones.
Hoy te proponemos una escapada al Balneario de Panticosa, situado a 2 horas y media de Zaragoza en coche, en pleno corazón del Pirineo Aragonés.
Las primeras noticias sobre el uso de las aguas termales del Balneario de Panticosa de las que se tienen conocimiento nos llevan a la época romana. Confirma el hecho el hallazgo en la zona de baños de monedas del emperador Tiberio.
Previsiblemente, la conocida costumbre romana por las termas y baños, acercó hasta aquí a los habitantes adinerados de las poblaciones de Osca y Cesaraugusta, a través de las vías que unían la antigua Hispania con la Galia, siguiendo el cauce del río Gallego.
Con la aparición de los pueblos bárbaros, hubo un largo periodo de decadencia de la cultura termal en toda Europa. El Balneario de Panticosa se pierde totalmente hasta principios del siglo XVII. En ello debió influir el difícil acceso y los frecuentes aludes que llegaron a sepultarlo durante siglos. La documentación medieval conservada en los archivos históricos del Valle de Tena no cita estas aguas termales, por lo que cabe suponer que habían caído en el olvido.
La explotación comunal de los baños y los primeros proyectos de privatización en el siglo XVII, hicieron resurgir el interés por las aguas minero-medicinales en toda Europa y España no fue una excepción. En 1693, los jurados del Quiñón de Panticosa (propietarios de los baños) firmaron un contrato con los albañiles de Lanuza para construir la primera casa del Balneario. Al final de la última década del siglo XVIII, el Balneario conoció un gran auge. El Quiñón era el encargado de su explotación, arrendándolo a particulares por periodos de tres años a cambio de un canon.
Las dificultades económicas de los primeros años del siglo XIX, causados por la Guerra de la Independencia, paralizaron cualquier iniciativa y el espacio cayó en el abandono.
En 1826 Nicolás Guallart, rico hacendado de Bubal, envió al Rey Fernando VII un escrito explicando el deplorable estado de los Baños de Panticosa y ofreciéndose a acondicionarlos. En 1826 Fernando VII expropió las instalaciones, obligando al Quiñón a ceder el privilegio de explotación de las aguas medicinales y su radio a Nicolás Guallart. Hasta 1899 Guallart y sus sucesores construyeron el núcleo del Balneario (6 hoteles, 3 villas, 1 iglesia, otros 10 edificios y 4 fuentes).
El Balneario de Panticosa se convirtió durante el siglo XIX en uno de los mayores y más prestigiosos de España, configurándose como villa balnearia capaz de albergar a mas de 1500 personas (capacidad asombrosa para las dimensiones que los centros turísticos tenían en aquellas fechas). Esta oferta de alojamiento era mayor que la de Santander o San Sebastián.
Los edificios construidos eran típicamente balnearios, con hoteles, villas y servicios varios. De arquitectura de montaña con influencias francesas, la estética y el porte del Balneario, en su conjunto era de autentico lujo, que supieron apreciar muy bien los personajes mas ilustres de la época y los representantes de la alta burguesía aragonesa, catalana, vasca y madrileña.
Por el Balneario de Panticosa pasaron muchas de las personalidades del momento, como Alfonso XIII, Alcalá Zamora, Ortega y Gasset o Perico Chicote. Un especial recuerdo se guarda de la estancia del premio nobel de medicina aragonés Santiago Ramón y Cajal, que paso por allí un tiempo de curas, mientras practicaba su gran afición: la fotografía.
Las dificultades económicas causadas por la Guerra Civil volvieron a frenar cualquier iniciativa y los Baños de Panticosa cayeron en un lento declive. En 1966, el Balneario de Panticosa fue declarado Conjunto de Interés Turístico Nacional, manteniéndose hasta hoy, casi intacta, la arquitectura de marcado estilo historicista que lo caracteriza.
En el año 2000, las instalaciones fueron adquiridas por el Grupo Nozar, que llevó a cabo la rehabilitación del conjunto turístico y su posterior explotación termal.
En la actualidad, el Balneario de Panticosa (rebautizado como Panticosa Resort) está compuesto por el Gran Hotel, el Hotel Continental, las Termas de Tiberio, una pista de esquí de fondo que rodea el lago y varios restaurantes.
El lugar, de increíble belleza natural, es un remanso de paz y tranquilidad gracias a su ubicación en plena montaña, que se aprecia sobre todo en los meses de invierno, y que se complementa con la actividad y animación que se respira a escasos kilómetros, en los pueblos del valle.
Muy cerca del resort se encuentran varias de las mejores pistas de esquí del Pirineo. Las estaciones esquí de Panticosa (a 8 km) y Formigal (a 20 Km) permiten disfrutar de todas las modalidades de deportes invernales, desde el esquí alpino al snowboard.
Además, toda la comarca y los valles cercanos cuentan con un gran patrimonio natural y cultural que visitar. Si te gusta el senderismo, desde el Balneario de Panticosa existen más de 50 itinerarios de media jornada y también de día entero.
Inaugurado en la denominada «Belle Époque», el Gran Hotel fue construido en 1896 y restaurado totalmente, junto con el edificio del Casino, por el arquitecto Rafael Moneo en el año 2004.
En la rehabilitación se respetó su fachada original, catalogada de Interés Turístico Nacional, y se seleccionaron meticulosamente todos los materiales empleados. En cada una de sus exclusivas 42 habitaciones llama la atención el contraste entre la modernidad de su decoración, y la naturaleza en estado puro que lo rodea. El Bar inglés, la Sala de Lectura o la de Billar, son espacios pensados para detener el tiempo y disfrutar de las cosas más sencillas, convirtiendo cada visita en una experiencia inolvidable.
La oferta gastronómica del Balneario es variada, y cuenta con cuatro opciones: la informal cafetería Arlequín, el restaurante italiano La Fontana, el exclusivo restaurante El Lago -diseñado por Rafael Moneo y asesorado durante un tiempo por el prestigioso chef Pedro Subijana- y el restaurante La Brasseria del Hotel Continental, especializado en cocina tradicional aragonesa. En todos ellos se combina una rigurosa selección de materias primas con una cuidada elaboración y presentación.
El Hotel Continental llama la atención por la combinación en su fachada de madera de cedro con unas enormes cristaleras. Este diseño, fruto de la imaginación de Rafael Moneo, da paso a un hotel moderno y sofisticado, de espacios amplios y sorprendentes, y que gracias a su estilo y personalidad resulta especialmente acogedor.
Sus más de 200 habitaciones destacan por su calidez y cuentan con todo tipo de comodidades, desde conexión a Internet gratuita hasta televisión de plasma vía satélite.
El texto de presentación de La Brasseria, el restaurante del Hotel Continental, resume muy bien su propuesta:
«Cocina de toda la vida. Así es como tratamos los alimentos, con el cariño de toda la vida para que salga en el plato el resultado de todo el esfuerzo que ponemos en ello. Y si podemos, lo mejoramos; porque es así como avanzamos todos, con el trabajo constante y el aporte de todos los profesionales que desde nuestras cocinas transforman, mezclan, sazonan, cortan y montan como verdaderos escultores».
El Spa del Hotel Continental (Spa Termal Quiñón) utiliza aguas mineromedicinales del Balneario de Panticosa. Está compuesto por dos piscinas pequeñas, de agua caliente y agua fría, para realizar contrastes y favorecer la circulación sanguínea, un Vaporarium y una piscina de hidromasaje con chorros a diferentes alturas, para trabajar tanto la zona lumbar como la zona dorsal, un cuello de cisne para el trabajo de la zona cervical, una cama de agua y dos geisers para ayudar a favorecer la circulación de retorno.
La Iglesia de Nuestra Señora del Carmen (conocida como la Catedral del Pirineo), es un espacio sencillo y acogedor construido en 1875 y restaurado en 2004, donde se realizan ceremonias civiles y religiosas durante todo el año.
Las Termas de Tiberio es un espacio termal de más de 8.500 metros cuadrados dedicados al poder del agua, que brota del Manantial de Tiberio a 53º C, con unas propiedades excepcionales y beneficiosas para la salud.
El edificio fue diseñado por Belén Moneo y Jeff Brock, que tenían en mente un lugar de formas suaves y redondeadas, creado para integrarse con la naturaleza que lo rodea, un espacio en el que la luz y el agua se fundieran creando una atmósfera relajante y reparadora.
Balneario de Panticosa / Panticosa Resort
Dirección: Carretera del Balneario, km 10 22650 Panticosa (Huesca)
Teléfono: (+34) 974 487 161
Email: centraldereservas@panticosa.com
Sitio web: https://www.panticosa.com/