La animada Avenida de Valencia se extiende por más de 2,1 kilómetros, desde la Avenida Goya hasta la Calle Corona de Aragón.
Subirla o bajarla, recorrerla en toda su extensión nos hace viajar entre estilos arquitectónicos, escultóricos y ambientales de alto valor cultural y patrimonial.
A la Avenida de Valencia se va a resolver cualquier cosa, a comprar en alguna tienda, o una librería -de nuevo o de viejo-, a tomar un café o poner crédito al teléfono, a sacar dinero, a hacerle un corte de cabello a la mascota.
El azote de la crisis económica hizo que numerosos locales bajaran la persiana en esta vía comercial. A pesar de todo sigue siendo una de las zonas más comerciales de Zaragoza y siempre está llena de gente de todas las edades. Siempre concurrida, siempre agitada, con gente que pasa sin apreciarla.
La Avenida de Valencia es una vía amplia, bien señalizada, de varias sendas, con separador, luminarias y pocos semáforos, lo que la convierte en un trayecto cómodo y rápido.
Nota el bullicio, el claxon de los autos en estrepitosa sinfonía… Después dedica un momento a contemplar el entorno. No a la gente, no a los autos que pasan constantemente, no a los productos en la venta. Mira hacia los costados y mira hacia arriba. Descubre en medio del polvo de la vida constante, la diversidad de estilos arquitectónicos, la coexistencia de construcciones erguidas.
Evidentemente, en diferentes instantes, cada una de las construcciones ha sido testigo de fragmentos diversos de la historia de la ciudad, con disímiles funciones.
Ágreda Automóvil construyó en 1939 un edificio mixto de uso industrial y viviendas para los empleados de la empresa, en el número 20-22. El proyecto fue redactado por el arquitecto José Beltrán Navarro y pese al carácter armonioso del conjunto, prevalece y marca las pautas en la distribución especial el uso industrial. Las fachadas de los edificios están ejecutas en ladrillo visto con tendencias muy verticalistas en los vanos y se rematan en alero preludiando la arquitectura populista de los años 40. En la composición destaca el hábil tratamiento del edificio resuelto en chaflán rehundido, para alojar la gasolinera prevista, con uno resultados estéticos notables.
En el número 22 se encuentra el Gimnasio McFit. Por 23,90 euros al mes (si pagas la cuota anual) puedes ir a entrenar a sus gimnasios de 6 a 24 h los 365 días del año, perfecto para quienes tengan horarios complicados. Además, puedes solicitar un entrenamiento de prueba sin ningún compromiso, tienen una gran cantidad de clases de todo tipo (pump ‘n shape, sixpack, fatburner, yogates, body shape, etc.) que se adaptan a todas las necesidades y cuentan también con entrenamientos virtuales o Cybertrainning. Pero echad un vistazo a su web, porque a principios de año suelen contar con promociones con descuentos interesantes.
En el 50 se sitúa la Comisaría de Delicias. La instalación alberga la Brigada de Extranjería y Documentación y una unidad del DNI.
Eso (y muchísimo más) es la Avenida de Valencia: un lugar donde es fácil perderse y sentirte dentro de una aventura, una locura y un remanso de paz, todo depende de donde estés y del momento del día.
La Avenida de Valencia es esa otra parte de Zaragoza de la cual no hablan generalmente las guías turísticas, pero igual llena de vida y gente.