Ubicado en la avenida de Anselmo Clavé, junto a la antigua estación de El Portillo, el Centro de Clasificación Postal de Zaragoza es una de las últimas construcciones del brutalismo arquitectónico en la ciudad. Diseñado en 1973 por el arquitecto José Luis González Cruz, este edificio formó parte de un conjunto de infraestructuras funcionales destinadas a mejorar la logística postal en un momento de gran transformación urbana.
El edificio destaca por su marcada plasticidad y carácter escultórico, gracias a su volumetría rotunda y al uso desnudo de materiales como el hormigón y la cerámica.
Su diseño se caracteriza por una estructura de muro cortina, donde el vidrio se combina con superficies de baldosas cerámicas en la fachada, generando un equilibrio entre solidez y transparencia. En sus laterales, casi ciegos, se expone su armazón metálico, aportando una identidad visual única. La planta baja se diferencia mediante un corte compositivo horizontal y el uso de piezas prefabricadas de hormigón, elementos que subrayan su carácter industrial.
A pesar de su apariencia austera, el centro postal no solo es un testimonio del movimiento brutalista en España, sino también una de las piezas más singulares de la arquitectura contemporánea de Zaragoza. Su relevancia ha sido reconocida en publicaciones especializadas, como la Guía de Arquitectura de Zaragoza de José Laborda Yneva, quien en 2005 lo incluyó en una lista de 14 edificios clave de la capital aragonesa que deberían ser protegidos. Además, la Fundación Docomomo Ibérico lo ha catalogado como un ejemplo destacado del patrimonio moderno en España.
Sin embargo, este edificio se enfrenta a un futuro incierto. En los planes de urbanización de El Portillo, que prevén la construcción de 220 viviendas y un parque de 40.000 metros cuadrados, su demolición está contemplada. Paradójicamente, el edificio se encuentra en perfecto estado y en una parcela destinada a servicios, por lo que su eliminación no responde a una necesidad de deterioro ni de cambio de uso.
El brutalismo, un estilo nacido en el Reino Unido en la posguerra, ha experimentado un resurgimiento en Europa, siendo revalorizado por arquitectos y creadores culturales. Sin embargo, en España aún se tiende a subestimar este tipo de construcciones, considerándolas frías o poco atractivas. Ejemplos como este centro postal, con su integración funcional en la trama urbana y su apuesta por materiales expuestos, son testigos de una época en la que la arquitectura priorizaba la estructura y la utilidad sobre la ornamentación.
La posible desaparición de este edificio supondría una pérdida significativa para el patrimonio arquitectónico de Zaragoza. En una ciudad donde el crecimiento urbano a menudo ha conllevado la eliminación de elementos históricos valiosos, resulta crucial replantearse el destino de construcciones como esta. Más allá de su utilidad original, el Centro de Clasificación Postal representa una pieza clave en la historia del urbanismo y la arquitectura moderna, y su conservación podría abrir nuevas posibilidades para su reutilización en el contexto actual.
Dirección: Avenida de Anselmo Clavé s/n