El Dídola es un local tranquilo para leer un libro o para beberte un batido, un frappé o una auténtica “limorada” mientras revisas Facebook o para hojear sin vergüenza el último número de tu revista favorita de interiorismo. Porque aquí, estáte tranquilo, nadie se pondrá las manos a la cabeza.
Es uno de los cafés más concurridos (e ‘instagramizados’) de la ciudad de Zaragoza.
Aparte de su ubicación privilegiada, este local juega muy bien con el minimalismo nórdico, con un despliegue de techos altos, madera, mobiliario casero y luz, muchísima luz.
Las paredes son de un azul intenso, los techos son altísimos y alguien se ha dedicado a pintar los tubos de refrigeración de vivos colores.
Una pizarra garabateada ofrece croissants, baguels, mini-bocadillos y sándwiches. No falta un jarrón enorme de flores frescas.
Dídola tiene de todo para alimentar cuerpo y espíritu. Posee pequeños trozos de cultura repartidos en cuadros, libros y juegos.
La atmósfera es relajada, y el público, moderno, joven y calmado.
No es extraño, el Dídola es un centro de desintoxicación infalible cuando habéis tenido sobredosis de oficina: un zumo natural, limonada de la casa o una infusión, si estáis blandos; un pastel casero o uno de sus magníficos sándwiches, si el hambre aprieta.
Su carta está centrada en las raciones, los bocadillos (con una amplia variedad de panes e ingredientes) y en las tartas clásicas.
Además también es uno de esos lugares perfectos para comer su menú del día.
Todos sus platos están recién hechos y el personal es muy amable.
Además, los niños son especialmente bien recibidos, ya que aunque es un establecimiento para adultos, los más pequeños de la casa cuentan con espacios para estar entretenidos.
Los clientes adultos comparten espacio en armonía con los niños que juegan y leen mientras sus progenitores toman algo.
Sin duda, es uno de esos locales perfectos para resguardarse del frío y las lluvias del invierno y tomar un café o té especiado en sus sillas de estética ‘vintage’.
No es raro ver a algún cliente concentrado en su portátil mientras humea su taza junto a un trozo de tarta del día.
En la planta baja encontraréis calma total, música suave, servicio permisivo, wifi de calidad y otros ítems fundamentales para trabajar a gusto.
Si la idea es ya tentadora, la posibilidad de disfrutarla en su tranquila terraza la lleva a otra dimensión.
Si vais a visitarlo, id con tiempo, pues es fácil pasarse aquí horas sin apenas darse cuenta. La propietaria tendrá que desalojaros con una manguera antidisturbios.
Dirección: Calle Don Jaime I, 28
Teléfono: 876 280 61
Facebook: facebook.com/didolacafe/
Sitio web: didola.es