Un clásico para comer el auténtico bocadillo de calamares de Zaragoza.
Pared alicatada, luz cegadora, espejos coloreados de raciones, camareros cantando el pedido y montañas de calamares ya rebozados aguardando el aceite hirviendo. Aquí, a pesar de que una larguísima barra metálica que atraviesa el espacio, lo complicado es hacerse un hueco.
El Calamar Bravo nació en la calle Moneva en 1967 y en 2008 se trasladó a la calle Cinco de Marzo, donde maños y visitantes siguen peregrinando para degustar el que muchos consideran como el mejor bocadillo de calamares del mundo.
Su bocadillo es austero, sin resquicio foodie, pero al final el más auténtico y genuino. Fritanga maña en vena, que no sabe igual si se toma fuera de este tipo de bares.
Su salsa brava es uno de los mayores secretos de la gastronomía aragonesa y una de las bases sobre las que se ha sustentado el éxito de este establecimiento.
El ideólogo fue Ramón Berna y poco después pasó a manos de su hija y su yerno, Joaquín Navarro. En 2004 se hacía cargo del negocio la tercera generación, encarnada en el nieto del fundador, también llamado Joaquín Navarro.
Esa misma salsa es la que acompaña a las patatas bravas, otro de los imprescindibles del Calamar Bravo. En su carta también encontramos mejillones, tortilla de patata y ensaladilla rusa.
La plantilla, siempre numerosa, tiene sus funciones perfectamente definidas en la cadena de confección de los bocadillos y las raciones, alternando ese trabajo con el servicio.
No importa el día, el público siempre será de lo más heterogéneo. Cuesta encontrar sitio, pero merece la pena.
Uno de esos sitios donde los sabores permanecen y te sientes como en casa
Un espléndido lugar para empacharse de tradición zaragozana. Precios ajustados para los tiempos que corren.
Dirección: Calle Cinco de Marzo 14, Zaragoza
Teléfono: 976 794 264
Horario: De lunes a domingo, de 11 a 14:45 y de 18 a 23:15 h