Huesca, con unos 50.000 habitantes, es una ciudad que combina la tradición gastronómica, el arte, y la historia en un entorno acogedor y lleno de vida. La capital oscense es ideal para pasear tranquilamente, disfrutando de su ambiente relajado y la hospitalidad de sus habitantes, mientras se descubren sus muchos monumentos y rincones llenos de encanto.
En Huesca, la cultura del buen tapeo está profundamente arraigada. Para disfrutar de las mejores tapas, es recomendable darse una vuelta por zonas emblemáticas como Los Cosos, El Tubo, la Plaza de Navarra o la calle del Padre Huesca. En estos lugares, se pueden degustar platos típicos como las migas, la sopa oscense, las verduras frescas, o el bacalao ajoarriero, todo ello acompañado de los excelentes vinos de la región del Somontano.
Para los amantes de la alta gastronomía, Huesca cuenta con dos restaurantes con estrella Michelin que destacan por su propuesta innovadora: Tatau Bistro, donde la barra se convierte en un espectáculo culinario bajo la dirección de Tonino Valiente y Arancha Sainz, y Lillas Pastia, especializado en platos con trufa negra, un hongo que crece en los suelos de los Pirineos y que añade un toque único a cada creación. Ambos establecimientos representan la riqueza gastronómica de la ciudad.
La repostería oscense también tiene un lugar destacado en el panorama europeo, con dulces como la trenza y el pastel ruso que reflejan una tradición pastelera centenaria. La pastelería Ascaso, por ejemplo, situada en Coso Alto, ha sido reconocida como una de las 50 mejores de Europa, manteniendo viva una herencia familiar que se remonta al siglo XIX.
El casco antiguo de Huesca alberga una gran variedad de monumentos de gran valor histórico y arquitectónico. La Catedral de Santa María de Huesca, un magnífico exponente del estilo gótico, fue mandada construir por Jaime I en 1273 sobre los restos de una antigua mezquita. Su impresionante fachada, con una portada adornada con 14 estatuas de apóstoles y santos, entre ellos San Lorenzo, el patrón de la ciudad, invita a los visitantes a explorar su interior, donde destaca el retablo de alabastro, una obra maestra de Damián Forment.
Frente a la catedral, se encuentra el edificio del Ayuntamiento, un ejemplo notable de la arquitectura renacentista aragonesa del siglo XVI. A pocos pasos de allí, se puede visitar el Museo Provincial, que alberga colecciones de arte e historia de la región. Otra visita imprescindible es el conjunto que forman la iglesia y el claustro de San Pedro el Viejo, uno de los ejemplos más importantes del románico aragonés, que además alberga la capilla de San Bartolomé, utilizada como panteón real.
En el corazón de la ciudad, el Parque de Miguel Servet ofrece un espacio verde donde se pueden encontrar monumentos emblemáticos como el Monumento a Las Pajaritas de Ramón Acín, así como el Quiosco de Música y el Monumento a Felipe Coscolla. Además, el parque está rodeado de elegantes palacetes que añaden un toque de distinción al paisaje urbano.
Otro punto destacado es el Casino de Huesca, un edificio modernista de principios del siglo XX situado en la Plaza de Navarra. Este edificio histórico no solo es un símbolo de la ciudad, sino que también alberga el restaurante Lillas Pastia, donde la gastronomía y la historia se encuentran en un entorno único.
Para los interesados en el arte contemporáneo, a las afueras de Huesca se encuentra el CDAN (Centro de Arte y Naturaleza), proyectado por el arquitecto Rafael Moneo. Este espacio innovador, inaugurado en 2006, alberga la colección Beulas-Sarrate y se ha convertido en un punto de referencia para los amantes del arte moderno y la naturaleza.
El Teatro Olimpia, uno de los edificios más elegantes de Huesca, también merece una visita. Inaugurado en 1925 y restaurado en 2008, este teatro continúa siendo un importante centro cultural en la ciudad.
Huesca se viste de gala cada año en torno al 10 de agosto para celebrar las Fiestas de San Lorenzo, un evento declarado de Interés Turístico Nacional. Durante estos días, la ciudad se llena de alegría, con actos tradicionales, eventos culturales y actividades para todos los públicos.
En los alrededores de Huesca, se pueden realizar numerosas excursiones para descubrir la belleza natural de la región. A solo unos minutos de la ciudad, se encuentra el Salto de Roldán, un impresionante mirador que ofrece vistas espectaculares de la Hoya de Huesca y la Sierra de Guara. Además, la zona cuenta con varios templos y ermitas de gran interés, como las de San Jorge, Salas y Loreto, que invitan a un recorrido espiritual por los alrededores.
Para aquellos interesados en la historia y la cultura, una visita al barrio del Perpetuo Socorro ofrece una perspectiva diferente de la ciudad. Aquí, las fachadas de los edificios se convierten en lienzos para intervenciones artísticas, gracias a la iniciativa ‘Barrioh!’. Los murales de artistas como Alva Moca, Bhurton, Dourone, y Helen Bur reflejan las preocupaciones sociales y culturales del barrio, aportando un toque de modernidad y creatividad al paisaje urbano.
Entre los comercios históricos de Huesca, destaca La Confianza, una tienda de ultramarinos que ha estado en funcionamiento desde 1871. Ubicada en la Plaza López Allué, esta tienda no solo ofrece productos locales como legumbres, quesos, dulces y especias, sino que también es un testimonio vivo de la historia de la ciudad, con frescos del pintor León Abadías decorando su techo, transportando a los visitantes a otra época.
En resumen, Huesca es una ciudad que combina a la perfección su rica historia, su vibrante escena cultural, y su exquisita gastronomía. Ya sea recorriendo sus monumentos históricos, disfrutando de sus delicias culinarias, o explorando su entorno natural, la capital oscense ofrece una experiencia única que cautiva a todos sus visitantes.