Ricardo Magdalena (1849 – 1910) fue uno de los arquitectos que más ha influido en la identidad urbana de la ciudad de Zaragoza.
Quedó huérfano a muy temprana edad, por lo que sus estudios de primaria y secundaria los tuvo que realizar en una escuela municipal donde pronto mostró sus dotes. Esto le valió el ser becado por el propio ayuntamiento para estudiar arquitectura en Madrid, donde se licenció en 1873.
Justo al año siguiente murió Segundo Díaz, hasta entonces arquitecto municipal, por lo que el ayuntamiento sacó a concurso la plaza a través del proyecto para la iglesia parroquial de Garrapinillos. Magdalena ganó dicho concurso y en 1876 se convirtió en arquitecto municipal.
Fue un profesional entregado a su vocación de arquitecto y a la ciudad, en cuya morfología urbanística, edificios y mobiliario urbano dejó una profunda y decisiva huella.