El Museo de Zaragoza distribuye sus colecciones en cinco secciones: Antigüedad y Bellas Artes en el edificio de la Plaza de los Sitios, Cerámica y Etnología en las Casas de Albarracín y Pirenaica del Parque José Antonio Labordeta, y la Colonia Celsa en Velilla de Ebro (Zaragoza).
El edificio central del Museo de Zaragoza está ubicado en un bello edificio que fue proyectado por los arquitectos Ricardo Magdalena y Julio Bravo, como Pabellón de las Artes en la Exposición Hispano – Francesa de 1908, conmemorativa del centenario de los Sitios de la ciudad.
El edificio está levantado sobre planta ligeramente rectangular flanqueado por cuatro torres en las esquinas con cuerpos bajos entre ellas. La galería central de la fachada principal está presidida por tres esculturas, obras de Carlos Palao, que representan la Escultura, la Pintura y la Arquitectura. En los laterales dos esculturas de Dionisio Lasuén alusivas a la Arqueología y el Comercio. Las restantes fachadas del edificio exhiben medallones con las efigies de diferentes artistas españoles y fundamentalmente aragoneses.
Su diseño está inspirado en el Patio de la Infanta, de la que fue casa del rico comerciante y mecenas del Renacimiento aragonés Gabriel Zaporta.
El Museo de Zaragoza tuvo su origen, en la desamortización eclesiástica de Mendizábal llevada a cabo en el siglo XIX durante la regencia de la reina María Cristina (1835). Para custodiar y exponer al público estos bienes fueron creados los Museos Provinciales y entre ellos el de Zaragoza.
Hasta nuestros días el Museo de Zaragoza ha ido ocupando distintas sedes: Iglesia de San Pedro Nolasco: 1836- 1845; Convento de Santa Fe: 1845-1894; Colegio Militar Preparatorio: 1894-1910 y Plaza de los Sitios, desde 1910.
En 1971 pasó a depender del entonces Ministerio de Educación y Ciencia, más tarde se transfirió su gestión a la Comunidad Autónoma de Aragón (1987), pero conservando la titularidad estatal.
El ingreso al Museo se realiza a través de un espacioso vestíbulo con columnas de tipo corintio que se abre a un gran patio central presidido por el busto de Francisco de Goya (Félix Burriel, 1927), en cuyas crujías se han expuesto piezas lapidarias ordenadas desde el siglo XI al XIX.
Aquí se conservan dos magníficas piedras armeras, los únicos restos que se conocen hoy en día del desaparecido Palacio de la Diputación, que estuvo ubicado a orillas del rio Ebro, frente al Puente de Piedra. Están consideradas las armas más antiguas del Reino de Aragón.
La planta principal se comunica con el patio a través de una bellísima galería de ventanales de arco.
El Museo se abrió al público en 1911 y cuenta con 7 salas o zonas temáticas divididas en las dos plantas que tiene el edificio. Es el Museo más extenso y representativo, por sus colecciones, de todo el territorio aragonés, cuya historia resume desde la Prehistoria hasta el siglo XX.
En la planta baja se encuentra la sección de arqueología y en la superior la de bellas artes.
En la planta baja el Museo ofrece a sus visitantes una selección de sus fondos relativos a Antigüedad. Las colecciones arqueológicas se distribuyen desde la Prehistoria hasta el Islam, abarcando un arco cronológico desde hace 250.000 a. C., hasta el siglo XI: las ofrendas rituales funerarias prehistóricas, los enigmáticos bronces escritos celtibéricos, el retrato de Augusto, un triclinio de Caesar Augusta… un recorrido desde los tiempos paleolíticos hasta el mundo árabe.
El patrimonio arqueológico que alberga el Museo, desde el punto de vista numérico, alcanza una elevada cifra de materiales de la más variada tipología por ser éste el centro receptor natural de todas las actividades arqueológicas llevadas a cabo en la provincia, especialmente en las ciudades sometidas a excavaciones regulares como Zaragoza, la Colonia Celsa, etc.
Entre las piezas que se muestran destacan los siete cascos celtibéricos procedentes del expolio de la antigua ciudad de Aratis, ubicada en las proximidades de Aranda de Moncayo.
Los cascos estaban expuestos en el museo francés de Mougins, un centro privado dedicado al arte clásico. Su propietario, Christian Levett, ante la certeza de que se trataba de objetos producto del expolio y del tráfico ilegal de antigüedades, decidió entregarlos al Estado español. La iniciativa se llevó a cabo por el embajador de España en la Unesco quien, a través del Ministerio de Cultura y Deporte, los depositó en el Museo de Zaragoza, pasando a formar parte de su exposición permanente.
En la primera planta está la sección de bellas artes, que abarca dos de los periodos de mayor trascendencia en el pasado artístico de Aragón, el Gótico y el Renacimiento, la obra de Francisco Pradilla y sus contemporáneos, el Francisco de Goya más íntimo y cortesano, y una selección de la colección de Arte Oriental Federico Torralba.
El Museo de Zaragoza acoge la colección más completa de Francisco de Goya en Aragón, con varias obras en depósito propiedad del Museo del Prado. En las salas dedicadas al genio de Fuendetodos hay una amplia representación de su etapa de formación en Zaragoza, sus inicios en Italia y su magnífica pintura en la corte del Rey de España.
Entre las obras que cuelgan de sus paredes, destacan retratos como los de Carlos IV, Fernando VII, el Duque de San Carlos, María Luisa de Parma, o el Infante Luis María de Borbón. También destacan obras como Aníbal cruzando los Alpes, o estampas seriadas de los Desastres, Caprichos, Disparates o la Tauromaquia.
Dos salas y uno de los laterales de la galería del Museo de Zaragoza están dedicadas al Gótico. Después del Prado, es el museo de titularidad pública que posee una colección artística más amplia y rica de este estilo: 200 piezas que recorren toda la cronología posible y con abundante representación de algunos maestros concretos.
En un país que ha desamortizado y desmembrado obras sin pararse a pensar en el futuro, destacan dos grandes retablos que el centro conserva prácticamente en su totalidad: el ‘de la Santa Cruz’ de Blesa, encargado en 1481 a Miguel Jiménez y Martín Bernat, adquirido por el centro en 1922 (19 tablas); y el ‘de la Resurrección’, que hizo Jaime Serra para el monasterio zaragozano de las Canonesas del Santo Sepulcro hacia 1381.
La primera de las salas recoge algunas de las obras maestras del museo, como la tabla que representa a ‘María, Reina de los Cielos’, de Blasco de Grañén, que procede de la iglesia de Santa María la Mayor de Albalate. De esa sala se accede a otra, consagrada por completo al monumental retablo ‘de la Santa Cruz’ de Blesa. En la galería se presentan al visitante algunas obras maestras, como una ‘Epifanía’ de Blasco de Grañén que proviene de la iglesia parroquial de la Asunción de Lanaja.
Las salas sobre el Renacimiento muestran 40 piezas, entre las que destacan la escultura de Santa Ana, La Virgen y el Niño de Damian Forment, el Retablo de San José, el Retablo de la cárcel de manifestados de Jerónimo Cósida o el retrato de Alonso V de Aragón, de Juan de Juanes.
Merece mención especial la colección de arte oriental legada por don Federico Torralba a Aragón. Catedrático en Historia del Arte y Doctor en Derecho, Federico Torralba se interesó por el arte y la cultura oriental desde muy joven, consiguiendo formar a lo largo de los años una importante colección formada por más de mil piezas procedentes de China, Japón, Corea, Nepal o Tailandia.
Sobresale el arte japonés, con obras de Hiroshige, Utamaro, Hokusai, Kuniyoshi y Kumichica, los autores más famosos de estampas Ukiyo-e (género de grabados en madera producidos en el país nipón entre los siglos XVII y XX, entre los que se encuentran imágenes paisajísticas, del teatro y de la vida cotidiana).
Con el tiempo, el legado de Torralba se ha ido enriqueciendo con diversas donaciones, lo que convierte al Museo de Zaragoza en un referente del arte asiático en España.
En 2018, el gran ceramista japonés Tanzan Kotoge, impresionado por la colección que alberga el Museo de Zaragoza, hizo una donación de algunas de sus obras. Trabajaba en Kioto y estaba especializado en la elaboración de objetos para la ceremonia del té, que se consideran valiosos tesoros.
Esta ancestral ceremonia estética consiste en disfrutar de una reunión para beber té en un entorno de paz y armonía. La pieza más importante es el ‘chawan’ o cuenco, del que todos los invitados beben.
Museo de Zaragoza
Entrada: Gratuita
Dirección: Plaza de los Sitios, 6
Teléfono: 976 222 181
Sitio web: http://www.museodezaragoza.es/
Horarios: De martes a sábado, de 10 a 14 y de 17 a 20 h. Domingos de 10 a 14 h. Lunes cerrado.