Madre Sacramento es una de las calles más céntricas y concurridas de Zaragoza, y se extiende desde la calle Hernán Cortés hasta la calle de José Anselmo Clavé, atravesando Elvira de Hidalgo, Doctor Horno Alcorta y Juana Francés.
A veces uno no se dirige precisamente a la calle Madre Sacramento, a veces va para otro lado, a otra plaza, a otra gestión, a veces por ahí se hace más lejos pero igual uno toma la calle Madre Sacramento, como si fuera un recorrido obligatorio o una suerte de apremio por llenarse de la vida que recorre esa calle de un extremo a otro.
Es uno de esos sitios donde parece que el tiempo se haya detenido años atrás, cuando todo era más sencillo y la gente no tenía tanta prisa.
Las edificaciones no tienen más de tres o cuatro alturas, las suficientes para resguardar de la luz del sol a casi cualquier hora del día.
Los balcones se asoman a la calle, como queriendo ser parte de todo cuanto ocurre y, dividiéndolos, están los guardavecinos, esas rejas con los más caprichosos diseños que tipifican los barrios y marcan los pequeños límites perimetrales entre viviendas contiguas.
Madre Sacramento es un eje urbano que desde siempre se ha caracterizado por una gran concentración de actividad y agentes culturales y creativos. Nos adentramos a conocer este pequeño oasis creativo y descubrir qué está ocurriendo aquí.
Comenzamos nuestro recorrido por esta calle acercándonos al número 11 donde nos encontramos la Vinatería Yáñez, una pequeña compañía familiar que desde 1953 selecciona, descubre y disfruta de contar y comercializar vinos especiales, con carácter, alma y corazón. El local dispone de una amplia variedad de vinos del mundo y de una especialmente cuidada selección de vinos de Burdeos y de las zonas y subzonas productoras de Aragón (Somontano, Cariñena, Borja, Calatayud, Mallos de Riglos, Tierra de Belchite y Teruel).

Sin embargo, lo que hace único a este espacio es la búsqueda y elaboración de vinos que emocionen. A la manera tradicional de los marchantes franceses, desde hace más de 30 años Ciriaco indaga en las zonas productoras, seleccionando y comprando el vino y etiquetándolo con su marca.
Cruzamos la calle y en el número 26 nos encontramos con Zaraswing, una academia de baile especializada en los bailes asociados a la música norteamericana de principios del siglo XX como el jazz y el swing y de décadas de mediados de siglo.

Continuamos nuestro paseo por Madre Sacramento hasta llegar al número 31 donde está la Galería Antonia Puyó. Este antiguo garaje de 40 m² es uno de los espacios de arte más interesantes de la ciudad. El proyecto destaca por su eclecticismo; apoyan artistas jóvenes, pero también a nombres consolidados del arte contemporáneo. Huyen del pensamiento unidireccional y apuestan por todo tipo de lenguajes artísticos.
Cada muestra es una cita imprescindible, resultado de un intenso proceso creativo y de reflexión del arte actual.

Seguimos nuestra ruta por este eje cultural hasta llegar al siguiente punto creativo en el número 47 de Madre Sacramento: Zaragoza Maker Space. Zaragoza Makerspace es una asociación maker sin ánimo de lucro en la que los socios y miembros que la integran dedican parte de su tiempo a aprender y a desarrollar proyectos con el objetivo de crear una plataforma abierta de consulta en tecnología.

En el número 47 también se ubica Restauro Aragón, una empresa de Zaragoza dedicada profesionalmente a la restauración y conservación de bienes muebles y obras de arte.
Eso (y muchísimo más) es la Calle Madre Sacramento: un lugar donde es fácil perderse y sentirse dentro de una aventura, una locura y un remanso de paz, todo depende de dónde estés y del momento del día.
Madre Sacramento es esa otra parte de Zaragoza de la cual no hablan generalmente las guías turísticas, pero que está igual de llena de vida y gente.