En 1893, los hermanos Ríos solicitaban licencia para edificar una casa de nueva planta en el solar de su propiedad, con fachada a Coso y calle Mártires, y con arreglo al proyecto del maestro de obras Antonio Miranda.
La casa se terminaba en 1895. En noviembre de 1933, la entonces propietaria de la finca, Esperanza Ríos Balaguer, solicitaba licencia para reformar la casa con arreglo al proyecto de su hermano Teodoro Ríos, que se ejecutó parcialmente, realizándose en este momento los miradores de fábrica de la fachada a calle Coso.
Edificada entre medianerías sobre espaciosa pero muy irregular parcela con fachada a dos calles, consta de sótano y seis plantas. La fachada principal a calle del Coso responde al proyecto de 1893, modificada en 1933.
Presenta una composición homogénea y simétrica a partir de seis ejes de vanos. En las plantas de pisos los vanos son abalconados, con una sobria decoración (se suprimió la existente en la reforma) de planos rehundidos en los dinteles y dos cuerpos de miradores volados, de carácter racionalista (donde antes hubo miradores acristalados).
Remata el cuerpo de fachada un alero moldurado que vuela sobre decorados canetes ménsula, y sobre éste se retranquea la planta ático con pequeños ventanales adintelados que mantiene la disposición original. La parte más espectacular y novedosa de la fachada es la correspondiente a las plantas baja y entreplanta, que se ha conservado en su disposición original.
Un orden gigante de arcos carpaneles cobija, conformando compositivamente un solo vano, los correspondientes a planta baja y entreplanta, dispuesto así a modo de basamento del edificio. Las referencias a la calle Alfonso son inevitables, sólo que aquí la decoración es extraordinariamente rica, dispuesta en los capiteles de los pilares, las claves y las enjutas de los arcos con elementos tallados en la piedra, sobre todo de carácter floral, tondos, etc.
La fachada a la calle Mártires mantiene la disposición original con dos ejes de vanos adintelados y abalconados, decorados con enmarques con acodos, claves resaltadas, elementos florales, impostas molduradas, etc Hay que destacar el espléndido zaguán, con excelente carpintería en puerta principal y puerta de acceso a la caja de escalera. Además las escayolas que decoran sus muros y techo son de gran riqueza.
La casa se inscribe dentro del eclecticismo decorativista de finales del siglo XIX, modificada su fachada por las tendencias racionalistas de la década de los años 30 de este siglo.
Dirección: Coso nº 43-45