Edificio del Paseo de la Independencia nº 32
Edificio del Paseo de la Independencia nº 32

Edificio del Paseo de la Independencia nº 32

Hacia 1889 el Banco de Crédito de Zaragoza compraba el inmueble llamado Casa de Ambos Mundos, por estar en sus bajos el famoso Café. En 1927, el Banco decidía reformar el edificio en su totalidad, redactando el proyecto Pascual Bravo y Sanfeliú en 1928. El proyecto incluía la sustitución de estructuras de madera por otras metálicas, la elevación de dos plantas más, renovándose y mejorándose también las instalaciones del Café Ambos Mundos.

El Café Ambos Mundos se inauguró el 4 de octubre de 1881, con una espectacular decoración modernista firmada por el arquitecto Félix Navarro, creador también de obras como el Mercado Central o el Palacio Larrinaga. Presumía de ser “el café más grande de Europa” y durante décadas fue una referencia ineludible de la hostelería zaragozana.

El Café Ambos Mundos
El Café Ambos Mundos a principios del siglo XX (Imagen: Archivo del Ayuntamiento de Zaragoza)

Cervecería, chocolatería, cafetería, sala de fiestas y restaurante, constituyó todo un hito en su tiempo. Tras su cierre en 1955 pasó a ser sede de una sucursal del Banco de Crédito de Zaragoza, después fue sede de dependencias del Gobierno de Aragón y ahora alberga la cadena de moda Massimo Dutti.

En los años 50 el edificio fue despejado prácticamente de todos los elementos formales compositivos y decorativos diseñados por Pascual Bravo.

La construcción ocupa toda la manzana y consta de nueve plantas y sótano, en la parte anterior, y dos y tres plantas en la posterior, edificada con el preceptivo porche del Paseo de la Independencia en la fachada principal y primera crujía de las laterales.

La fachada, en su disposición actual, presenta aplacado de piedra y una sucesión seriada de vanos desprovistos de toda ornamentación. La volumetría muy pura, con dos terminaciones a modo de torreones en los extremos, el uso de balaustradas en los antepechos de la segunda y quinta planta alzadas refuerza el horizontalismo de la fachada, único elemento conservado del proyecto de Bravo, que éste contrastaba con el tratamiento decorativo y verticalista con que había dotado cada cuerpo de vanos, incluso los cuerpos laterales.

Si el edificio de Bravo resultaba monumentalista y palaciego, con un elegante tratamiento del lenguaje clasicista al uso para este tipo de edificaciones, en la actualidad resulta un tanto frío y bastante despersonalizado.

Dirección: Paseo de la Independencia nº 32 (esquina con la Calle Casa Jiménez)

 

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