El Mercado Central de Zaragoza, un emblema arquitectónico y cultural de la ciudad, ha vivido una historia rica y compleja desde sus orígenes hasta su reciente transformación en un espacio gastronómico moderno. Inaugurado en 1903, este mercado fue diseñado por el arquitecto turiasonense Félix Navarro, quien se inspiró en las corrientes modernistas de la época, combinando hierro, forja y ladrillo. Estas influencias, absorbidas durante su visita a la Exposición Universal de París en 1889, y la inspiración de la principal lonja de la capital francesa, Les Halles, fueron fundamentales en la concepción del Mercado Central.
El Mercado Central ocupa un lugar destacado en la Plaza de Lanuza, en el corazón del Casco Antiguo de Zaragoza, y es uno de los pioneros en la nueva tendencia de reconvertir los mercados tradicionales en centros ‘gourmet’.
La construcción del Mercado Central comenzó a principios del siglo XX, sustituyendo al antiguo mercado al aire libre que, desde el siglo XIII, se realizaba junto a la Puerta de Toledo, donde hoy se erige el edificio.
El proyecto implicó la expropiación y derribo de una manzana de casas para ampliar el espacio disponible, lo que permitió crear una estructura rectangular de 3.300 metros cuadrados, con una nave central más alta y amplia que las laterales.
La estructura metálica, característica del modernismo, otorgó al edificio una robustez única, mientras que los elementos decorativos neoclásicos, como los capiteles de las columnas y las portadas con esculturas alegóricas, aligeran visualmente la fachada.
El mercado ha sido testigo de diversos intentos de derribo a lo largo de su historia, especialmente en la década de 1970, cuando se planeó la prolongación de la Vía Imperial hasta el río Ebro, un proyecto que habría implicado su demolición. Sin embargo, la resistencia de los vecinos y la declaración del Mercado Central como Bien de Interés Cultural (BIC) en 1978, así como su inclusión en el Plan Especial del Casco Histórico en 1982, lograron preservar este importante hito arquitectónico.
En 2008, se llevó a cabo una primera reforma significativa para mejorar las condiciones interiores del mercado, aunque algunos elementos, como la cubrición de los pasillos, ocultaron parcialmente su espléndido interior. Finalmente, en 2018, el Ayuntamiento de Zaragoza aprobó un ambicioso proyecto de remodelación con una inversión de casi 15 millones de euros.
Tras dos años de trabajos, en febrero de 2020, el Mercado Central reabrió sus puertas al público, transformado no solo en un lugar para hacer la compra, sino en un vibrante espacio gastronómico que recupera su función de ágora o centro de la comunidad.
El renovado Mercado Central cuenta con 78 puestos, de los cuales 69 ya están operativos. Aquí, los visitantes pueden perderse entre puestos de carne, pescado, frutas, y verduras de la huerta aragonesa, además de disfrutar de cuatro espacios dedicados a tapas, cócteles, brasa y cocina saludable.
Estos puestos gastronómicos, con nombres como Matiné, Mambo, Mueso y Mixtura, ofrecen una variedad de opciones, desde desayunos hasta cenas, convirtiendo al mercado en un punto de encuentro para sibaritas y turistas.
El Rombo Zentral, en el centro del mercado, agrupa la zona de restauración, ocupando las esquinas más transitadas del edificio y cuenta con un escenario lateral elevado para actuaciones musicales y teatrales. Además, el mercado dispone de un velador al aire libre, donde se pueden degustar cervezas frescas y una oferta variada de platos asiáticos, japoneses y hawaianos, entre otros.
La historia del Mercado Central no solo está marcada por su arquitectura, sino también por su ubicación sobre los vestigios de la antigua muralla romana de Zaragoza, que fueron dinamitados durante su construcción.
Además, el mercado se encuentra cerca del lugar donde fue decapitado Juan de Lanuza, Justicia de Aragón, en 1591, un hecho recordado en una placa en una de sus fachadas.
Hoy en día, el Mercado Central de Zaragoza es un símbolo de la vitalidad de la ciudad, un espacio donde la tradición y la modernidad se encuentran, ofreciendo a los zaragozanos y visitantes un lugar para disfrutar de la gastronomía, la historia y la cultura en un entorno único. Con su reciente renovación, el mercado no solo ha recuperado su esplendor original, sino que se ha adaptado a las necesidades contemporáneas, reafirmándose como un elemento esencial en la vida de la ciudad.
Dirección: Plaza Lanuza s/n, Zaragoza
Teléfono: 976 281 998
Horario: El horario para los puestos es de lunes a viernes, de 9 a 14 y de 17 a 20 h.
Los bares están abiertos desde las 6 de la mañana hasta la 1:30 h todos los días de la semana. Víspera de festivos hasta las 2:30 h.