Los restaurantes peruanos, que hasta hace unos años el zaragozano miraba como algo exótico y después como una moda, ya no son ninguna de estas dos cosas: forman parte de nuestra vida cotidiana. Y con razón: esta cocina, declarada patrimonio inmaterial de la humanidad, –la misma distinción que la mexicana– auna producto de calidad con fusión de cocina japonesa, china, española, portuguesa y andina tradicional. Próxima y lejana, moderna y tradicional, la cocina peruana es una delicia que hay que conocer.