La Clandestina es un bistró de espíritu vintage con un aire al más puro slow, un concepto similar al slow food gastronómico. Desde el primer momento, se percibe el amor y el mimo que sus dueños han puesto en este proyecto con tanta personalidad.
Uno de sus rincones más codiciados es el sofá chester, un asiento que todos quieren pero pocos consiguen. Sin embargo, cualquier mesa en este local es especial, porque es de esos sitios con una atmósfera singular y un encanto que lo hace único.
Un establecimiento con el estilo de las ciudades más cosmopolitas y auténticamente trendy. Luz natural, decoración cuidada, buena música y un servicio atento y simpático completan la experiencia.

Sus almuerzos son capaces de levantar la noche más apasionada de vuestra vida: orange power (zumo de naranja, zanahoria, lima y hierbabuena), cócteles de verdura, huevos clandestina (una versión moderna de los tradicionales huevos rotos, con huevos trufados cocinados a baja temperatura y jamón ibérico sobre una cama de patatas en tres cocciones), tostada con “pan de verdad”, tomate de huerta y aceite arbequina de Molino de Olivas de Bolea, carrot cake o ensalada de tomate y queso Burrata. Tú eliges.
Ellos fueron unos de los pioneros del brunch en Zaragoza y han mantenido el nivel.
Todo hecho desde cero, con oficio y producto de primera. Y un menú de mediodía excelente.
La carta se nutre de platos nuevos que primero han tenido una oportunidad como sugerencias.
Sí o sí, hay que probar su afamada Cruz de navajas, que hace dos años ganó el Concurso de Tapas de Zaragoza. Ofrece un resumen perfecto de lo que es La Clandestina: estética, técnica, sabor y texturas.

Referencias imprescindibles son la ensaladilla de mar -de ventresca de atún con gambas- , la interpretación del bacalao al ajoarriero y los fideos a la sartén con verduras, lubina ahumada y alioli de coco.

Hay que hacerle un hueco al postre: la tarta lemon pie es de otra dimensión.
Su barra se convierte en el dispensario favorito de la zona en cuanto a zumos y smoothies hechos al momento, con recetas sorprendentes y compuestos sólo por frutas y verduras de proximidad y temporada.
La carta tiene cócteles clásicos junto a otros más modernos. Gin fizz, Bloody Mary, Mojito, Negoni, Cosmoplitan… para los paladares menos atrevidos, junto a preparaciones de autor, consistentes a veces en giros muy originales de dichos clásicos.
Dirección: Calle San Andrés, 9, esquina Calle San Jorge
Teléfono: 876 281 165
Facebook: https://www.facebook.com/La-Clandestina-Cafe/