La calidad gastronómica de Zaragoza es innegable, y sus bares no son la excepción. Aunque muchas veces el foco se encuentra en el centro, otros barrios, como el Arrabal, esconden auténticas joyas para los amantes del tapeo y el buen ambiente. Hoy nos trasladamos a este rincón zaragozano para descubrir los mejores bares del Arrabal, donde puedes disfrutar de una oferta única y de calidad sin salir del barrio.
La Grillera

En Zaragoza, la oferta gastronómica ha crecido notablemente en los últimos años, con una gran variedad de restaurantes y bares que han elevado la calidad culinaria de la ciudad. Esta evolución no solo se nota en el centro, sino también en los barrios, donde cada vez es más fácil encontrar establecimientos con propuestas innovadoras y cartas más cuidadas. Además, muchos de estos lugares han apostado por utilizar productos locales y frescos, potenciando los sabores y ofreciendo una experiencia gastronómica más auténtica. También se ha incrementado el tiempo y la dedicación en la elaboración de cada plato, lo que se traduce en una cocina más detallista y de mayor calidad.
Uno de estos espacios gastronómicos es La Grillera, un restaurante situado en la calle Aguarón 26, en el barrio de Jesús. Este local destaca por su apuesta por productos de proximidad, combinando lo mejor de la cocina tradicional con un enfoque creativo y contemporáneo. Su alma máter, Jesús Gimeno, ha sabido impregnar su sello personal en cada detalle, lo que le ha valido la recomendación de la Guía Repsol 2024, un reconocimiento a su dedicación, su técnica y el mimo con el que elabora cada plato.
En La Grillera, hay dos ideas que definen su esencia. Por un lado, se describen como «un bar disfrazado de restaurante o un restaurante disfrazado de bar». Por otro, apuestan por un formato de ‘tapitas’ en la barra, permitiendo a los clientes probar diferentes combinaciones y técnicas de cocina. Entre las especialidades que se pueden degustar en la barra están las croquetas de chuletón, elaboradas con carne de raza de vaca gallega, un producto gourmet reconocido por su sabor intenso y su calidad excepcional.
Su carta es variada, pero siempre mantiene algunos platos estrella. Entre ellos destacan la presa ibérica ligeramente ahumada con crema de apionabo y avellanas, acompañada de champiñones escabechados, y la pata de pulpo a la plancha con crema de idiazábal y polvo de jamón.
Dirección: Calle Aguarón 26
Café Belice

Aquí encontraremos un buen producto y algunas recetas imaginativas, pero sobre todo buen producto a precio asequible. Y unas bravas fenomenales.
Todo se hace al momento, y encontramos tanto platos clásicos como tapas muy bien hechas.
Pero no nos engañemos: aquí la cosa va de bocadillos calientes y contundentes.
Probad el de longaniza, pimiento verde y mermelada de tomate, toda una exquisitez entre panes.
Dirección: Plaza Mozart, 8
Matisse Riveracafé

A parte de su ubicación privilegiada -con la ribera del Ebro y el Puente de Piedra al lado-, este local juega muy bien con el minimalismo, con un despliegue de techos altos, madera y luz, muchísima luz. Seguro que cuando entréis en el Matisse Riveracafé su aspecto os resultará familiar. Os recordará a otros lugares que quizá no acabéis de precisar, con su aire cuqui con personalidad propia.
El problema de quedarse en el Matisse es que los golosos tendrán problemas a la hora de resistirse a todos los pasteles caseros que les llaman desde la barra. Vuestra fuerza de voluntad no resistirá, creednos, maravillas como la Cheesecake, la Red Velvet, la de dulce de leche, la de Oreo o la de cerveza negra que levantan pasiones.
Al margen de esta propuesta dulce, desde el desayuno a la cena hay otras opciones. El chef Juan Carlos Callejas ha diseñado detalles gastronómicos para todos los gustos. A primera hora conviene acercarse a sus trabajadas tostadas (la de anchoas y ventresca es una de las más demandadas) y tablas de calidad (de jamón, cecina, queso…); para el almuerzo, el plato del día mira a muchas partes del mundo (ramen, musaka vegetal, poke…); y la noche se puede dedicar a una de sus hamburguesas cocinadas a baja temperatura. También tienen varias opciones veganas.
Dirección: Paseo de la Ribera, 7
Le Pastis

Dirección: Paseo de La Ribera, junto al Puente de Hierro
Bar Fausto

En el Bar Fausto apuestan por la cocina tradicional y por los platos más caseros con recetas de la abuela. Todo se hace al momento, y encontramos tanto platos clásicos como tapas muy bien hechas.
Aquí encontraremos un buen producto y algunas recetas imaginativas, pero sobre todo buen producto a precio asequible como el pincho de calamar rebozado o la croqueta de vinagrillos. Y unas anchoas fenomenales (las preparan a la manera clásica, con aceite, vinagre y ajo).
Todo muy casero e informal. Un clásico a la hora del aperitivo y cuando cae la tarde. Es el sitio perfecto para tomar unas cañas con los amigos los fines de semana.
Dirección: Calle Jesús, 26