Seguro que cuando entréis en el Matisse Riveracafé su aspecto os resultará familiar. Os recordará a otros lugares que quizá no acabéis de precisar, con su aire cuqui con personalidad propia.
A parte de su ubicación privilegiada –con la ribera del Ebro y el Puente de Piedra al lado–, este local juega muy bien con el minimalismo, con un despliegue de techos altos, madera y luz, muchísima luz.
Las paredes son blanco impoluto, los techos son altísimos y alguien se ha dedicado a pintar los tubos de refrigeración. No faltan los jarrones enorme de flores frescas.
El problema de quedarse en el Matisse es que los golosos tendrán problemas a la hora de resistirse a todos los pasteles caseros que les llaman desde la barra.
Vuestra fuerza de voluntad no resistirá, creednos, maravillas como la Cheesecake, la Red Velvet, la de dulce de leche, la de Oreo o la de cerveza negra que levantan pasiones.
Al margen de esta propuesta dulce, desde el desayuno a la cena hay otras opciones. El chef Juan Carlos Callejas ha diseñado detalles gastronómicos para todos los gustos.
A primera hora conviene acercarse a sus trabajadas tostadas (la de anchoas y ventresca es una de las más demandadas) y tablas de calidad (de jamón, cecina, queso…); para el almuerzo, el plato del día mira a muchas partes del mundo (ramen, musaka vegetal, poke…); y la noche se puede dedicar a una de sus hamburguesas cocinadas a baja temperatura. También tienen varias opciones veganas.
La carta también incluye zumos ecológicos muy top.
Además, en sus mesas podrás disfrutar de los platos elaborados por el chef Juan Carlos Callejas, utilizando ingredientes frescos y de temporada.
Destacamos su completo menú, que incluye entrante, plato principal, postre y bebida.
Cualquiera de sus rincones o platos es perfecto para tenerlo de recuerdo en Instagram. Te será imposible no sacar una foto bonita.
El público, moderno, joven y calmado. La atmósfera es relajada, ideal para leer un libro o para beberte un zumo natural de tres frutas mientras revisas Facebook o para hojear sin vergüenza el último número de tu revista favorita de interiorismo. Porque aquí, estáte tranquilo, nadie se pondrá las manos a la cabeza.
Recomendamos apalancarte en uno de los fantásticos sofás de la entrada o sentarte en la terraza y disfrutar de una de las mejores vistas de la Basílica del Pilar.
Direcciones:
Matisse Riveracafé, Paseo de la Ribera 7
Matisse Salamero Café, Plaza Salamero esquina con Calle Cinco de Marzo