Aparte de su ubicación privilegiada – a un paso de la plaza del Pilar – este local juega muy bien con el minimalismo nórdico, con un despliegue de techos altos, madera, mobiliario casero y luz, muchísima luz.
El problema de quedarse en el Formidable es que los golosos tendrán problemas a la hora de resistirse a todos los pasteles caseros que les llaman desde la barra. Vuestra fuerza de voluntad no resistirá, creednos, maravillas como la tarta Formidable (elaborada con croissant con chocolate), la Cheesecake, la Red Velvet o la tarta japonesa (con queso muy ligera y esponjosa).
La atmósfera es relajada, y el público, moderno, joven y calmado.
No es extraño, el Formidable es un centro de desintoxicación infalible cuando habéis tenido sobredosis de oficina: un zumo natural, un café o una infusión, si estáis blandos; un pastel casero o una de sus magníficas tostadas (la de aguacate, queso fresco y tomate o las de mermelada de autor de Mi Habitación Favorita son las más demandadas), si el hambre aprieta; un combinado para hacerlo bajar todo.
Cualquiera de sus rincones o platos es perfecto para tenerlo de recuerdo en Instagram. Te será imposible no sacar una foto bonita.
Su terraza, tranquila y sombreada, es uno de los lugares más frescos y deliciosos de la ciudad.
Dirección: Calle Prudencio, 30
Facebook: facebook.com/formidablecafebar