Los mejores establecimientos de Zaragoza para comer embutido
Los mejores embutidos de Zaragoza

Los mejores embutidos de Zaragoza

Desde la receta de longaniza más típica a los ibéricos más irresistibles, espacios que apuestan por la tradición o establecimientos que importan el sabor de exóticas gastronomías cárnicas. Damos una vuelta por restaurantes y tiendas no aptas para vegetarianos, templos del sabor donde señorean los embutidos en toda su variedad de formas y preparaciones.

 

Bar Estudios

Bar Estudios, Calle Estudios 15, Zaragoza
Bar Estudios

El templo del queso en la ciudad. Si eres un fanático del producto, no puedes perderte este restaurante de aire tradicional, dueño de una excelsa cava donde guardan más de un centenar de variedades. Muchos de sus platos parten del queso o lo incluyen en sus salsas o aderezos.

Su carta cuenta con alrededor de 40 quesos fijos de oveja, cabra, vaca y mezcla, la mayoría artesanos y elaborados con leche cruda. En el Bar Estudios gustan los quesos fuertes, raros y de sabores muy diferentes.

A la mesa, el queso se presenta de forma diferente, en tablas bien seleccionadas, con cuatro de oveja, dos de vaca y otros dos de cabra, donde sabores y texturas siempre encuentran interesantes contrapuntos.

Ocho patés distintos, embutidos y ahumados completan la oferta de los productos que se presentan en las tablas.

Espléndida bodega para acompañar.

Dirección: Calle Estudios, 15-17

 

La Jamonería

Restaurante La Jamonería, Calle Bruno Solano 16, Zaragoza
Restaurante La Jamonería

La Jamonería está situada en la calle Bruno Solano 16, esquina con la calle Supervía, en el sector de la Plaza San Francisco, cerca del Auditorio de Zaragoza y del campo de fútbol La Romareda.

La Jamonería abrió sus puertas en febrero de 2001, con ocho mesas, una larga barra, una mesa jamonera para 3 jamones abiertos al corte, y toda la ilusión para hacerlo bien.

En La Jamonería se ofrece, siempre cortado a cuchillo (el propietario del establecimiento Félix Martínez es cortador profesional de jamón a cuchillo), jamón de Teruel, Ibérico de Bellota, de Guijuelo, de Huelva y de la Dehesa de Extremadura.

También puedes probar una amplia variedad de platos exquisitos, entre los que destacamos el rabo de toro estofado, las anchoas del cantábrico en salmuera, las alubias con pato, las pochas con perdiz, los canelones de ibérico con foie y polvo de jamón y cualquiera de los platos de cuchara.

Dirección: Calle Bruno Solano, 16

 

Al Corte

Al Corte Gastrobar, Calle Jerónimo Zurita 8, Zaragoza
Al Corte Gastrobar

Uno de los locales con más gracia de la calle Jerónimo Zurita y de los que hace más años que no se ha movido ni un pelo de donde está. ¿Cuántas tablas de jamón de bellota habrán servido desde que abrieron? Seguro que son los mejores de toda Zaragoza.

Se ponen bien a cualquier hora: los desayunos son un bien de Dios, para merendar el estómago hace fiesta mayor y, si es necesaria la cena, tendréis unos sueños felices.

Dirección: Calle Jerónimo Zurita, 8

 

Comarca Matarraña

La Comarca Matarraña, Calle Félix Latassa 8, Zaragoza
La Comarca Matarraña

La Comarca Matarraña es un clásico vivo de los bocadillos en nuestra ciudad.

Y aún más desde que este histórico bar de bocadillos actualizó sus instalaciones: ahora es un poco más confortable, aunque la sensación de prisa siempre está (aunque esto hace que disfrutes más del bocadillo).

Sus bocadillos lo merecen, probad el Monroyo (jamón de pato con tomate), el Calaceite (bacon, emmental, lechuga, huevo frito y mahonesa) o el Fórnoles (lechuga, huevo duro, cebolla, tomate, espárragos, maíz y mahonesa).

Tienen 50 referencias con varios bocados ‘veggie-friendly’ y sin gluten.

Las tablas de ibéricos con Jamón D.O Teruel, queso de oveja viejo o queso Patamulo son otras de las maravillas de su carta.

Dirección: Calle Félix Latassa, 8

 

Bar Cervino

Bar Cervino, Calle Ainzón 18, Zaragoza
Bar Cervino

Esta tasca aragonesa es un referente de la gastronomía popular de La Almozara. La barra y varias mesas altas en la entrada son excelentes pistas de aterrizaje para catar sus cuidadas elaboraciones.

Todo el mundo es bienvenido a este recuadro imposible hecho de baldosa antigua y madera prehistórica, rebozado con carteles antediluvianos de bebidas refrescantes y cervezas. Completan la pintura una recua de neveras de bodega pre-Transición.

La carta, sencilla, queda corta, pero se encuentran auténticas perlas, como la hamburguesa de ternasco, el langostino con panko o los huevos rellenos de lacón o de pechuga de pollo y jamón.

Su especialidad son las croquetas, ineludibles (cremosísimas y con marcados tropezones). Las tablas de ibéricos son otra de las maravillas de su carta.

Dirección: Calle Ainzón, 18

 

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