La plaza de San Francisco es una gran plaza de forma rectangular situada en el paseo Fernando El Católico, muy cerca de la puerta principal de la Ciudad Universitaria de Zaragoza.
En el centro de esta plaza, flanqueada por los raíles del tranvía, se sitúa la elegante estatua de bronce del rey Fernando el Católico, fundida en 1969 por el artista Juan de Ávalos García-Taborda.
Esta histórica plaza de ambiente universitario es uno de los lugares más emblemáticos y animados de Zaragoza y cuenta con numerosos bares y restaurantes. Aunque la actividad a su alrededor se concentra más entre semana, los fines de semana está cada vez más animada.
En una de las esquinas de la plaza se encuentra el Faustino, uno de los restaurantes de Zaragoza de toda la vida. Por sus salones pasaron muchas de las bodas, bautizos, comuniones y otras celebraciones familiares mañas de los años 70 y 80. Recientemente el espacio ha renovado su carta, manteniendo su estética kitsch setentera y todo su encanto. El Faustino ofrece dos ambientes bien diferenciados. Por un lado, la planta baja, con una gran barra donde se come de pie en mesas altas.
Al otro lado de la plaza, el San Güich ofrece bocadillos fríos y calientes hechos con buena materia prima e imaginación. Los que más triunfan son delicatessen como el croque monsieur con jamón braseado, huevo frito y bechamel de gorgonzola gratinada, la baguette de 5 cereales con mortadela IGP de pistacho, tomate deshidratado, rúcula y queso camembert, el bocadillo en pan de queso con pavo a la plancha, salsa de yogurt y eneldo y queso quark o el bocata de albóndigas, un clásico italiano que se sirve con provolone dulce gratinado.
A pocos metros se encuentra el Mott, uno de los locales de la ciudad dedicados en cuerpo y alma a convertir la hamburguesa en un alimento de calidad, saludable y, sobre todo, delicioso. Tienen una gran variedad de hamburguesas de creación propia, que, siempre que es posible, se adaptan a los gustos del cliente.
Justo al lado, la Pizzería Leone propone todo un viaje a través de Italia. Al fondo, en un espacio diáfano y con extraordinarios ventanales, un gran horno de leña absorbe el incesante ir y venir de pizzas. Biológicas, con ingredientes selectos (y mucha DOP) y de buen tamaño. No querrás ceder ni media porción.
Nuestra próxima parada es el restaurante Nómada (número 37). Hay restaurantes que de una manera u otra acaban apareciendo cuando se recomienda un buen restaurante, ya sea en un artículo como este o en una conversación entre amigos.
El Nómada es un buen ejemplo. Se ha convertido en un líder gastronómico indiscutible, en un restaurante de gran creatividad tan atrevida como con los pies en el suelo. Este restaurante apuesta por la mejor comida callejera de los cinco continentes. Su carta combina platos, bocadillos y raciones con los que dar la vuelta al mundo sin necesidad de moverte de Zaragoza.
Para conocer una de las hamburgeserías más antiguas de España, tan sólo tendremos que cruzar el Paseo Fernando el Católico y acudir a la Hamburguesería Nevada (Plaza San Francisco, 11).
Este establecimiento tiene una relación muy estrecha con la instalación de la base militar americana en Zaragoza en los años cincuenta, que explica un texto escrito en el papel que envuelve cada hamburguesa:
“En 1957 un cocinero americano de la base nos dio la receta de sus afamadas hamburguesas, convirtiéndonos de esta forma en uno de los locales pioneros en la elaboración de hamburguesas en España. Dos peculiaridades del país de la época dieron personalidad propia a las mismas: la forma de nuestras hamburguesas es alargada, ya que al no haber panecillos redondos hubo que amoldarse al pan que había disponible. Además, la inexistencia de kétchup nos llevó a elaborar una salsa de tomate casera que perdura hasta hoy”.
Las hamburguesas del Nevada son testimonio vivo de la fusión que tuvo lugar en Zaragoza durante los casi cuarenta años que estuvieron las tropas de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos (USAF).
Al otro lado de la plaza encontraremos la Mar de Cádiz, una taberna alegre y simpática que sirve platos andaluces, especialmente de Cádiz, en un ambiente ecléctico.
Estamos ante uno de los pocos lugares de Zaragoza donde podemos encontrar tapas al estilo gaditano: preparan un pescado frito impecable. Ahora bien, tienen más recursos: su carta llena de medias raciones-o enteras- de platos como la fritura gaditana o las gambas cocidas de Huelva.
Desde hace más de 30 años, los porches de la Plaza San Francisco se convierten todos los domingos por la mañana en un hervidero de coleccionistas de sellos y monedas, que se concentran allí ávidos de conseguir nuevo material numismático.
Los puestos callejeros ofrecen otros artículos como revistas viejas, libros de segunda mano, postales, insignias, billetes de lotería, tarjetas telefónicas, juguetes, minerales, fósiles y cualquier otro objeto susceptible de formar parte de una colección.
Además, dentro del Campus San Francisco, en la zona ajardinada entre el edificio Interfacultades y la Facultad de Derecho, se celebra todos los viernes de 8:30 a 14 h un Mercado Agroecológico.
Es una cita semanal con la alimentación sana y sostenible con más de 20 puestos donde productores aragoneses ofrecen directamente sus productos ecológicos, hortaliza, fruta, frutos secos, huevos, lácteos, mermeladas, conservas, cercezas, hierbas aromáticas… para llenar tu cesta de la compra.
La Plaza de San Francisco se mantiene como un cobijo para los vecinos y visitantes que buscan tomarse una cerveza o picar algo tranquilamente. A pesar de este maná de sillas y mesas, por la noche no es fácil encontrar sitio para sentarse, pero cuando se consigue, no hay quien te desenganche el culo de tu trocito de paraíso urbano.
Uno de esos lugares para reenamorarse de Zaragoza y del mundo en general.
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